El operador francés Sigfox se ha convertido en apenas ocho años en un proveedor de referencia mundial de conectividad para el llamado internet de las cosas (IoT), un nuevo mercado en el que las telecos tradicionales, como Telefónica o Vodafone, también empiezan a competir. La firma gala ya opera en 47 países, donde su red da cobertura a más de 1.000 millones de personas; en España, Sigfox cubre un 95% de la población, según dice en una entrevista a CincoDías Ludovic Le Moan, cofundador y CEO de la firma.

“Nuestro objetivo es construir una red de conectividad a nivel mundial que conecte objetos y ayudar a las empresas a utilizar y obtener valor de los datos de sus activos físicos. Queremos emular lo que pasó con internet y las redes sociales, que también generaron muchos datos y dieron pie a nuevos negocios”. Con este fin, la compañía, que ya ha superado los tres millones de objetos conectados a su red en todo el mundo, ha obtenido desde su fundación en 2010 casi 300 millones de euros de financiación de inversores estratégicos como Telefónica, SK Telecom, NTT DoCoMo Ventures, Air Liquide, Total, Intel Capital, Samsung y Salesforce.

En 2017, Sigfox superó los 50 millones de facturación, un 56% más frente a 2016, y espera ofrecer beneficios en el último trimestre de este año. Le Moan admite que el internet de las cosas “ha tardado bastante tiempo en madurar. Es ahora cuando realmente el mercado y los casos de negocio reales están surgiendo. Eso ha hecho que haya fondos que quieran invertir en nuestra compañía, pero aún no hemos tomado la decisión de abrir el capital”.

Uno de los acuerdos comerciales más potentes sellados por Sigfox hasta la fecha ha sido el de Securitas Direct para España, Portugal y Francia, “que nos atrae casi dos millones de objetos conectados”. El directivo destaca “el valor que aporta a las empresas de seguridad el uso de la red de Sigfox, que protege las alarmas contra los inhibidores”, permitiéndolas seguir emitiendo señales a la central receptora en condiciones de inhibición radio o de la red GSM.

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El directivo destaca igualmente otros acuerdos cerrados recientemente a nivel mundial como los de Michelin, Louis Vuitton y Total. La marca de lujo ha lanzado un pequeño dispositivo que permite rastrear las maletas fabricadas por esta compañía utilizando la tecnología de Sigfox. “Ya cubrimos 150 aeropuertos, así que los pasajeros pueden seguir sus maletas incluso en sus desplazamientos entre distintos países”. El dispositivo reconoce de forma automática las frecuencias de radio locales estándares y se adapta a ellas.

El cofundador de Sigfox explica que hoy el grueso del negocio de su compañía está en la logística. Otros sectores importantes para ellos son el de smart cities, domótica, sanidad, industria 4.0 y agricultura y ganadería.

“El tracking de activos ciertamente es algo que existe desde hace mucho tiempo y podría pensarse que no aportamos nada, pero no es así. El coste de extraer datos hasta ahora era muy alto: dispositivos muy caros, conectividad muy cara y poco adaptada al sector. La magia de Sigfox es que ofrecemos soluciones basadas en nuestra conectividad mucho más competitivas y focalizadas, con dispositivos autoabastecidos que duran años”, destaca Le Moan, que apunta que este punto “fue importante para Michelin.

El fabricante de neumáticos, octavo transportista de carga en barcos en el mercado mundial, lanzó hace unos meses junto a Sigfox y Argon Consulting, una solución para monitorizar en tiempo real contenedores durante envíos marítimos intercontinentales. Según Michelin, esta propuesta aumenta un 40% la precisión de las estimaciones de tiempo de llegada y reduce un 10% el inventario en alta mar y a 1/4 las rupturas de stock causadas por fenómenos climatológicos adversos. Sigfox también ha lanzado con la petrolera Total otra solución para monitorizar flotas de camiones. Esta permite localizar remolques, identificar los que están siendo usados por debajo de su capacidad o detectar el movimiento no autorizado de vehículos.

Le Moan cuenta que hace poco sellaron un acuerdo con Eutelsat para lanzar 30 satélites y ofrecer conectividad Sigfox con los mismos dispositivos en zonas hoy imposibles, como océanos, desiertos y otras muy poco pobladas. “Estará disponible comercialmente para 2022”.

España es el segundo mercado más antiguo y con más objetos conectados para Sigfox tras Francia. Entre sus clientes en España destacan, además de a Securitas Direct, Transmediterránea, Grupo Vips, Correos, Startbucks o Airbus (que hace con su tecnología el control de piezas de aviones). Aquí cuentan con uno de sus principales integradores, Indra.

El ejecutivo de Sigfox no puede disimular el entusiasmo que le produce el hecho de que el responsable de tecnología (CTO) de su compañía forme parte del equipo de 52 expertos elegidos por la Comisión Europea para el programa europeo de inteligencia artificial. “Piense que con la internet tradicional y las redes sociales, Europa se quedó fuera. Fueron los actores americanos quienes inventaron el concepto, después copiado por los chinos. Ahora es clave poder contribuir a que el internet de las cosas y los datos derivados puedan dar una ventaja competitiva a Europa en temas de inteligencia artificial”, Le Moan defiende que Sigfox es una “apuesta estratégica, un gran diferencial que tiene Europa y que puede ayudar a equilibrar el balance de poderes a nivel tecnológico entre EE UU, China y Europa”.

El ingeniero francés también aplaude la apuesta por la inteligencia artificial que está haciendo  Emmanuel Macron, presidente de Francia. Es quizás el gobierno europeo que mayor apuesta pública parece estar haciendo por la IA. En este contexto, Le Moan advierte que Europa «debe facilitar la vida a los próximos Sigfox, y las próximas empresas tecnológicas europeas. Hay que ayudar al talento de aquí para poder competir con los gigantes estadounidenses y chinos. Y no podemos pelear con céntimos contra millones de dólares de inversión». 

Desafío medioambiental

Baterías. El impulso del internet de las cosas no está exento de desafíos como los relacionados con la ciberseguridad y la privacidad. Le Moan defiende que Sigfox tiene un sistema de seguridad “equivalente a los de la telefonía móvil, con encriptación y securización en software y hardware”. Pero el directivo advierte de otro reto clave, el medioambiental, pues se están desplegando millones de baterías asociadas a los dispositivos. “Por ello, nuestra apuesta son dispositivos simples, de bajo coste y muy bajo consumo”, dice.

Optimizar la energía. El ejecutivo explica que con Sigfox el uso de las baterías es muy superior al de otros protocolos. “Optimizamos su uso, ya que cuando el dispositivo no está transmitiendo datos está apagado. Otros equipos están preguntando continuamente si hay señal, este no. Además, estamos trabajando con actores importantes de la industria para optimizar aún más el consumo de energía. El objetivo es que la energía cinética [como los relojes que se recargan con las pulsaciones] o la térmica alarguen la autonomía de los dispositivos. Somos los creadores del mercado low power en IoT”.

Compatibilidad. Un punto fuerte de la tecnología de Sigfox, dice, es que es compatible con Bluetooth, GPS 2G/3G/4G y Wifi. “Ello conlleva beneficios de seguridad, fiabilidad y anti-hamming (interferencias deliberadas)”, defiende.

Fuente: Cinco Días