Dios da pan a quien no tiene dientes y la Unión Europea da roaming sin cargos a unos habitantes que no terminan de enterarse de la buena nueva. El 48% de los ciudadanos aún no se ha percatado de que hace ya más de un año que podemos cruzar las fronteras de la UE con la misma alegría telefónica con que pasaríamos de Guadalajara a Cuenca.

La puñalada que asestaban las compañías telefónicas en la factura al llamar o navegar con el móvil desde otros países europeos ya no existe. Así lo dispuso el Parlamento Europeo en octubre de 2015 y así ocurrió el 15 de junio de 2017. Y no fue fácil. El fin del roaming fue la guinda de un pastel que llevaba diez años dando vueltas por las cocinas de Bruselas. Antes de su entrada en vigor, ya se había logrado un descenso de más del 90% en las tarifas por llamadas, mensajes cortos y tráfico de datos.

De hecho, en 2016 ya estábamos pagando lo mismo que en casa, con un añadido de 0,05 euros por minuto de llamada y mega de datos, y de 0,02€ en el caso de los SMS. Ahora nos apañamos sin extras, solo con la tarifa doméstica: si tenemos llamadas ilimitadas, ilimitadas serán allí donde estemos. Si se nos aplica algún cargo por minuto en España, se nos aplicará el mismo en Alemania.

  • ¿Duros de mollera?

La pregunta del millón la planteó el último Eurobarómetro Flash dedicado a este asunto: «¿Eres consciente de que, desde el 15 de junio de 2017, los residentes de la Unión Europea pueden usar sus teléfonos al viajar por la UE y pagar lo mismo que en casa?». En 2018, un 62% de los encuestados se han declarado conocedores de la nueva situación, nueve puntos porcentuales por debajo de la cifra alcanzada el año anterior. Estamos desaprendiendo.

Este desconocimiento está íntimamente relacionado con la experiencia previa de los ciudadanos. Entre los que han viajado por Europa durante los últimos nueve meses, los que están al día son el 81%. Sin embargo, también son menos que hace un año. «Estamos satisfechos de ver que los ciudadanos utilizan sus teléfonos móviles cada vez con mayor libertad cuando viajan a otros países de la Unión, sobre todo en lo tocante a los datos móviles. Las personas que viajan con frecuencia y los jóvenes europeos son los que más reconocen las ventajas de la itinerancia sin costes adicionales», declaraba Andrus Ansip, vicepresidente encargado del Mercado Único Digital, el pasado 15 de junio, al cumplirse el aniversario de la medida.

Los españoles han seguido una tendencia parecida: un 40% declaró ignorar el cambio en 2018, y si nos ceñimos a aquellos que han visitado otros países europeos, la cifra se eleva al 83%. Eso sí, en los dos casos se ha registrado un descenso.

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Pese a estar mejor informados, incluso aquellos que sí han viajado siguen desconfiando. Más de la mitad de los europeos han restringido el uso de sus teléfonos apagándolos (12%), desactivando los datos (27%), activando un plan especial (21%) o usando una SIM del país de destino (6%).

En este punto, España ha mejorado notablemente. Hace un año, el 66% de los viajeros seguía tomando alguna de las medidas anteriores. Sin embargo, ahora más de la mitad – el 51%- viaja con los smartphones como dios los trajo al mundo. «Desde que hemos eliminado esas tarifas, en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo se ha consumido un volumen de datos más de cinco veces mayor y se han efectuado casi dos veces y media más llamadas telefónicas», señaló Ansip.

  • Esto no es Jauja

Una vez asumido que el roaming prohibitivo es cosa del pasado (siempre dentro de la UE), conviene saber que la barra libre no es eterna ni aplicable en todos los casos. Para empezar, la magia solo se da cuando estamos viajando. Si llamamos desde casa a otro país, seguiremos teniendo costes, porque no estaremos haciendo roaming. El lado bueno de esto, es que una vez que estamos fuera, los tarifas nacionales se aplican para las llamadas a cualquier teléfono europeo. Briconsejo: si tienes un familiar de vacaciones por el viejo continente y quieres hablar con él, díselo por Whatsapp y que te llame él.

Los afortunados que han conseguido un chollazo en su paquete de datos mensual también pueden llevarse una sorpresa. De acuerdo con lo establecido por la UE, los operadores pueden aplicar un límite de datos inferior al que se tiene el el país de origen cuando el precio por giga es inferior a tres euros. Es decir, si estás pagando 30 euros -25 sin IVA- por 10 gigas y tienes llamadas y SMS ilimitados, los dos últimos seguirán siendo así, pero tu cuota de datos podría verse reducida. En cualquier caso, el operador deberá avisar a sus clientes en el momento en que se consuma el volumen asignado.

Cuando se superan los gigas contratados, el coste por unidad pasa a ser de unos suculentos seis euros por giga. Sin embargo, en la hoja de ruta de la UE figura la reducción progresiva de esta tasa, que tendría que alcanzar los 2,50€/GB en 2020.

¿Qué más puede pasar para que te quedes sin ese roaming gratis que tanto te gusta? Que prolongues tu estancia durante más de cuatro meses. Pasado este punto, tendrás que hacer frente a los cargos anteriores. Y si te vas de crucero, cuidado. Las comunicaciones vía satélite no están invitadas a esta fiesta: las llamadas, los SMS y el tráfico de datos vendrán con coste extra. Quita los datos cuando estés en alta mar, y que nada te amargue ese mojito.

Fuente: El País