Portugal cerró el año con un déficit del 0,6%, una décima inferior a lo indicado en los Presupuestos de 2018, según ha anunciado hoy miércoles el ministro de Finanzas, Mário Centeno. En 2017 el déficit fue del 3% a causa de la recapitalización de la banca pública Caixa Geral de Depósitos (CGD) con 3.400 millones de euros, sin esa carga, el déficit hubiera quedado en el 0,9%. En su comparecencia ante el Parlamento, Centeno refutó las críticas de la oposición que le acusó de rebajar el déficit a costa de parar gastos e inversiones aprobados en el presupuesto. Según el ministro, se ejecutó el 99,64% del gasto previsto.

En plena oleada de huelgas en la función pública y, en estos días concretamente, de los enfermeros por la falta de personal y los bajos sueldos en el Servicio Nacional de Salud, Centeno negó que haya habido cortes, como le acusó la oposición de centro derecha, pero también sus socios parlamentarios, el Bloco y el PC.

Centeno también negó que haya aumentado la carga fiscal de los portugueses, ya que el aumento de los ingresos de Hacienda se debe al aumento de la productividad del país y no a la presión fiscal. «Los países que crecen más que Portugal —y que los señores diputados de la oposición tanto gustan— no presentan resultados tan buenos en los frentes financiero, social y de consolidación presupuestaria».

Para este año, último de la legislatura, la previsión del déficit es del 0,2%, un paro algo superior al 6% (el año se cerró con el 7%, 1,9 puntos menos que en 2017) y una reducción de la deuda. El pasado año la deuda bajó al 121,4%, dos décimas más de lo previsto.

Fuente: El País