“No somos un país all included, ni queremos serlo”, afirma la secretaria de Estado de Turismo, Ana Mendes Godinho, para dejar claro cuál es su apuesta para el desarrollo de la industria turística. La oferta de Egipto y Túnez se recupera ya este año y, pese a ello, Portugal aumenta sus ingresos en esta actividad. Además, mejora el saldo de su balanza turística hasta el 15,3%.
En 2017, por primera vez, un país europeo fue elegido como mejor destino mundial. ¿Cuál fue? Portugal. Una distinción más a la de decenas que acumula en los últimos cuatro años. Con medallas, más o menos discutibles, se adjuntan cifras impresionantes, no tanto en visitantes como en el dinero que dejan. “El turismo supone ya el 18% de las exportaciones del país, el 50,1% de las exportaciones de servicios y el 12,5% del consumo interior”, explica Mendes Godinho. “En los dos últimos años hemos crecido más que en los cinco precedentes”, sigue la secretaria de Estado.
“No queremos ser un destino masificado, sino sofisticado, innovador y sostenible”, abunda sobre su modelo. Aún así, este año llegarán 25 millones de turistas a un país con 10,3 millones de residentes, será solo un 2% más pero que gastan seis veces más. “Nuestra estrategia a diez años es abrir el mapa y abrir el calendario. Enseñar la diversidad única del país y atraer a la gente en temporada baja”, detalla.
Los grandes datos pasan por la desestacionalización del sector. Hace dos años, el 38,7% del sector se concentraba en los tres meses de verano, ahora son dos puntos menos (36,5%) y para 2027 el plan es que caiga al 33,5%. Los mayores crecimientos de ingresos han sido en febrero (16%), marzo (20,3%) y mayo (19,5%). En el aumento de pernoctaciones, el 67% corresponde a la temporada baja. “La ampliación del calendario significa que de los 100.000 puestos de trabajo creados en el turismo en estos seis años, la mayoría se mantienen; no acaban con el verano y eso también conlleva una mejoría de los profesionales”, justifica.
Otro factor clave en este crecimiento imparable es la diversificación de su dependencia. Al sol y playa de la región del Algarve (más golf para los británicos), le ha sucedido desde hace cuatro años el turismo urbano de fin de semana, principalmente Lisboa y Oporto. Y ahora el mayor aumento de la facturación proviene de regiones olvidadas como el Alentejo, el Norte y las Azores.
Desde 2016 se han abierto 185 nuevas rutas aéreas con Portugal. “Principalmente buscamos nuevas rutas con países o ciudades de turistas que gastan mucho y viajan fuera de nuestra temporada alta”, explica la secretaria de Turismo. Es el caso de China (crecimiento del 80%), Canadá (32%), Estados Unidos (20,1%) y Brasil (14,7%). Si un español gasta de media 89 euros al día en Portugal, el chino se deja 642. En general los gastos del turista extracomunitario en un día equivalen a los del europeo en una semana.
El aeropuerto de Lisboa es, sin embargo, un freno al crecimiento turístico, según han reconocido los operadores. Absolutamente saturado, el sector de viajes estima que dejan de entrar millones de personas porque no hay espacio para más aviones. “La solución pasa por abrir más puertas”, explica Mendes Godinho, es decir, potenciar los aeropuertos infrautilizados: “El aeropuerto de Faro, en el Algarve, ya ha empezado a operar todo el año; y el de Beja, que hace diez años estaba en medio de la nada en el Alentejo, va a empezar a ser interesante”.
Fuente: El País