Los conductores de los VTC están trabajando este fin de semana en Madrid con miedo, tras el parón inesperado de los taxistas de la capital en solidaridad con sus compañeros de Barcelona. Así se desprende de las declaraciones de varios profesionales que han sufrido diversos ataques en las últimas horas cuando estaban circulando por la ciudad. Algunos reconocen que tienen compañeros que han preferido quedarse en casa ante el riesgo de sufrir destrozos o agresiones físicas.

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Algunos profesionales con los que ha hablado este periódico han visto dañados sus vehículos. Es lo que le ocurrió a Abdel Ghani, un marroquí que lleva 20 años en España. Cuando circulaba la pasada madrugada por la céntrica calle de O´Donnell, se bajaron cuatro ocupantes de un taxi y le lanzaron patadas y huevos contra el vehículo. «Tienen derecho a la huelga y a manifestarse para reivindicar lo que creen que son sus derechos, pero sin ejercer la violencia contra nosotros», se queja Ghani. Este trabaja para la plataforma Uber, cuyos conductores cobran unos 1.150 euros al mes fijos más unos 300 o 400 euros en incentivos. Trabajan unas 50 horas a la semana.

Otro conductor que circulaba por el paseo de la Castellana recibió varias pedradas cuando estaba a la altura del estadio Santiago Bernabéu. El coche recibió los impactos en las puertas laterales. «Los que los lanzaron estaban escondidos entre matorrales. Al no esperarlo, me llevé un gran susto y me temí lo peor», explica este afectado, que prefiere no dar su nombre. «En cuanto pueda, me cambio de trabajo. No se puede trabajar 12 horas seguidas y tener miedo», añadió el profesional, que acababa de dejar a unos pasajeros en el aeropuerto de Madrid-Barajas.

Los conductores que trabajan para la plataforma Cabify cobran unos 1.050 al mes y también tienen incentivos de un 40% si suman más de 4.000 al mes en facturación. Los profesionales consultados por este periódico aseguran que es fácil superar esa cantidad y cobrar entre 300 y 400 euros más. Su jornada es de unas 40 horas al mes. «Sabemos que ha habido diversos ataques esta madrugada. Algunas personas, suponemos que son taxistas, han ido a nuestras bases y han intentado entrar para destrozar los coches. El vigilante de seguridad ha tenido que encerrarse. Otros compañeros han sufrido pinchazos de ruedas y lanzamientos de huevos», afirma Alberto, un conductor de VTC desde hace dos meses y que antes era soldador profesional. 

Los profesionales de los VTC se quejan de que los taxistas quieren perpetuar «su monopolio» y que con la entrada de la competencia se les ha acabado la especulación que tienen desde hace décadas con las licencias. «En lugar de querer quitarnos, lo que deberían hacer es mejorar su servicio. Nosotros damos agua a nuestros clientes, vamos bien vestidos y ofrecemos la música que quiera el cliente. Además, con la telefonía mejora el servicio y somos más eficaces», añade Alberto. 

Un trayecto del centro de Madrid -desde el interior de la M-30- al aeropuerto Adolfo Suárez cuesta con la tarifa fija del taxi 30 euros, mientras que con las VTC no supera los 20 euros. A eso se añade además que Uber ha sacado una oferta de 15 euros durante los meses de verano. «No somos competencia del taxi. Ellos trabajan de una forma, con paradas en las calles y con la posibilidad de que les puedan parar mientras circulan. Nosotros por el contrario dependemos de las aplicaciones del móvil», explica Luis Álvaro, un cubano de 25 años que lleva dos años y medio en España. «Algunos compañeros han preferido no trabajar durante el día de hoy por el miedo a que les pasara algo. Yo la verdad es que no tengo miedo», añade este profesional.

De la misma opinión es José Miguel, un experiodista reconvertido en conductor de VTC. «Si tenían algo de razón en sus reivindicaciones, la han perdido esta semana al agredir a unos clientes en Barcelona. No se dan cuenta de que son los clientes los que tienen que elegir, que es una cuestión de oferta y demanda, que ha ocurrido en todos los sectores económicos», critica este conductor.

Fuente: El País