Los medios de pago están llamados a liderar la manera en que las empresas utilizan los datos para crear y mejorar servicios en los próximos años, según muestra Minsait, una compañía de Indra. Saber cuándo, cómo, dónde y por qué se compra ayuda a mejorar los servicios que se ofrecen a los clientes. Es lo que en este sector se conoce como economía basada en el dato. “Aunque todo negocio está llamado a convertirse en una data driven company (compañía basada en datos, DDC por sus siglas en inglés), el de los pagos ha sido pionero en adoptar un enfoque basado en datos, ya sea por cumplimiento normativo, por impulso innovador o por competencia del mercado”, afirman desde Minsait.

Una data driven company es aquella que utiliza la información recogida para apoyar la toma de decisiones o para eliminarla a través de un proceso de automatización, recopilando datos y educando a algoritmos para que tomen decisiones más eficientes. El Informe de Tendencias de Medios de Pago 2018, que muestra las líneas futuras del mercado, señala también que los proveedores de pagos tradicionales tienen que convertirse en nuevas propuestas de valor para los clientes, en parte debido a la innovación impulsada por los nuevos agentes de la industria y la regulación.

En algunos casos, los proveedores de pagos tradicionales están comenzando a definir el perímetro de los datos que atesoran, en otros ya se encuentran muy avanzados en innovaciones cercanas al concepto open banking. La banca abierta consiste en aumentar la transparencia de los datos. Su regulación, y en concreto la PSD2 en Europa, marcarán el camino hacia dicha transición en los próximos años.

  • Lo que viene este año

El informe señala dos tendencias que marcarán 2019. Por un lado, vuelven a la carga los códigos QR, que parecían olvidados y aparentemente en desuso. Pero lo cierto es que, según señalan los expertos, ya están siendo utilizados de manera masiva en muchos países: resuelven carencias de infraestructura y conectividad. Su aceptación es muy significativa en mercados donde crece el dinero electrónico e incluso algunas grandes superficies están estudiando su implementación en España. Otra tendencia a la que no hay que perder de vista son las iniciativas en torno a las billeteras digitales, pagos inmediatos, dinero electrónico y pilotos sobre identidad digital basados en blockchain.

Estas tendencias aportan información de valor que contribuirá a impulsar la transición hacia la economía del dato, un modelo de negocio que se basa en explorar las estructuras de datos existentes para identificar nuevas oportunidades de generación de valor, productos y servicios, según destaca Minsait, la compañía que agrupa los negocios de consultoría en transformación digital y de tecnologías de la información dentro de Indra.

El futuro de los medios de pago también viene condicionado por la implantación de nuevas modalidades de bancos digitales en España. El informe, realizado con la colaboración de Analistas Financieros Internacionales (AFI) y con las opiniones de numerosos directivos del sector bancario y clientes bancarizados, destaca que se está intensificando la asociación de entidades bancarias con fintech especializadas en la provisión de financiación al consumo, así como con gigantes procedentes del mercado asiático.

  • Hablemos de comercio electrónico

El crecimiento imparable del comercio electrónico en todos los países actúa también como un gran elemento dinamizador de la transformación digital del sector, ya que llevará hacia nuevas formas de banca online y a la necesaria omnicanalidad en los pagos. Las tarjetas de crédito o débito siguen siendo el vehículo de compra por excelencia en la red. En España, el 98% de la población con cuenta bancaria y acceso a internet compra online, lo que supone casi el triple del volumen de facturación desde 2012. Cuatro de cada diez usuarios compran online todas las semanas, gracias a que perciben un nivel de seguridad elevado en estas transacciones. La CNMC también está de acuerdo con esta conclusión. Según sus cuentas, en 2017 se registraron 514 millones de transacciones de comercio electrónico (un 30% más que en 2016), que supusieron un volumen de negocio de más de 30.000 millones de euros.

En España, el uso de tarjetas como medio de pago sigue creciendo, «aunque presenta amplios márgenes de mejora que podrían superarse con una política diversificada de incentivos». De hecho, son el medio de pago que mayor número de transacciones genera (el 65,1% del total en el país), pero representan solo el 6,6% del valor de las operaciones. Todo indica que nuestros hábitos de consumo ya están dejando de lado el pago en efectivo. En 2017, se pusieron en circulación 4,8 millones de tarjetas más que el año anterior. En total, los españoles tenemos 79,3 millones de tarjetas que usamos fundamentalmente como medio de pago directo en el punto de venta. Las utilizamos más para pagar directamente que para sacar dinero en cajeros automáticos.

Esta es una noticia patrocinada elaborada por Minsait.

Fuente: El País