Ibercaja registró un beneficio neto de 72,5 millones en los nueve primeros meses de 2018, un 10,1% menos que el mismo periodo del año anterior. La caída se debe a un incremento en el pago de impuestos tras la venta de participaciones no deducibles fiscalmente.

El margen antes de saneamientos sube un 10% y las provisiones de la cuenta suben. Los ingresos recurrentes se situaron en 699 millones, un 1,8% más. Los recursos de clientes subieron hasta 56.687 millones (+2,4% interanual), por la gestión de activos y seguros de vida, cuyo volumen aumenta hasta los 25.889 millones (+5,3% interanual). La rentabilidad sobre el capital está en el 4%, “una tasa débil que se irá incrementando en futuros ejercicios”, apuntan desde la entidad. Por otro lado, Ibercaja continúa con su plan de salida a Bolsa, operación para la que tiene hasta diciembre de 2020. No obstante, espera cotizar el próximo año, para no apurar los plazos, según fuentes de Ibercaja. Para lograr el éxito, han contratado a Rothschild como asesor financiero independiente.

La Fundación Ibercaja cuenta con el 88% del capital del banco y tiene que bajar a menos del 50% para el final de 2020. El banco espera obtener un buen precio, aunque no se ha fijado ninguno y da por hecho que no llegará a cotizar a una vez valor libros, que sería un precio muy superior al actual de Unicaja o Liberbank. “Esperamos que se valore que somos una franquicia regional bien situada, con posiciones en Madrid y el arco Mediterráneo, y con ingresos recurrentes por la gestión de activos”, apuntan en el banco.

Fuente: El País