No solo ha sido el Banco Central Europeo (BCE), a través de su vicepresidente, Luis de Guindos, quien ha reclamado a la banca española más capital. El Banco de España lleva tiempo pidiendo al sector que refuerce su capital, y ha aprovechado el último Informe de Estabilidad Financiera publicado este miércoles para insistir y reclamar más solvencia. En España las entidades financieras han elevado su rentabilidad y presentan ratios de solvencia superiores a los mínimos regulatorios, pero inferiores a los de sus pares europeos, señala el Banco de España. 

El supervisor, de hecho, insiste en lo poco que han mejorados los ratios de capital de las entidades españolas en los últimos años. Solo 30 puntos básicos desde la entrada en vigor de Basilea 3 en 2014, desde el 11,6% al 11,9%, según  datos del Banco de España a junio de este año, el mismo nivel que el pasado ejercicio.

La institución que encabeza Pablo Hernández de Cos mantiene que tanto en términos del ratio de capital de máxima calidad CET1 fully loaded como de capital de nivel1 «España muestra unos niveles reducidos. De hecho, es el país peor parado comparativamente del eurosistema. 

Las entidades superaron la pasada semana los test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) que mostraban «una considerable capacidad de resistencia» y superando la prueba con ratios «por encima de los mínimos regulatorios», recuerda el Banco de España. Pero en estas pruebas los ratios de capital CET1 fully loaded de la banca española bajaba a umbrales entre el 7,58% (Banco Sabadell) y 9,2% (Banco Santander) después de que la EBA tensase los balances bajo un escenario de crisis económica y financiera agravada.

«Se pone de manifiesto, por tanto, la necesidad de que las entidades españolas adopten estrategias de refuerzo de capital», concluye el Informe de Estabilidad Financiera. Se trataría de ampliar la red de solvencia para encarar un eventual agravamiento de la situación. Pese a esta advertencia, el supervisor nacional considera que el sector puede hacer frente a un refuerzo del capital sin muchas dificultades. 

El Banco de España mantiene, no obstante, que la banca debe reforzar su solvencia para encarar una eventual encarecimiento en las condiciones financieras si se agravasen los crecientes riesgos externos, como la crisis de Italia o la falta de un acuerdo en la negociación de salida de Reino Unido de la Unión Europea. 

«Los riesgos claramente han aumentado» en los últimos meses y, junto a la imprevisibilidad del brexit e Italia, se han intensificado las tensiones comerciales y hay dudas sobre los efectos de la normalización de la política monetaria en Estados Unidos y sobre el impacto de la sucesiva
apreciación del euro y dólar frente a las divisas de países emergentes.

Todos esos factores «podrían conducir a una reevaluación brusca de las primas de riesgo provocando un endurecimiento adicional de las condiciones de riesgo», alerta el organismo, que teme por su repercusión directa en los balances de algunas entidades y, de forma indirecta, en la situación patrimonial de las familias y empresas que venía mejorando en los últimos meses.

Pese a estos mensajes sobre las incertidumbres políticas, el Banco de España reconoce que hasta el momento las incertidumbres políticas y fiscales en Italia «no han tenido una repercusión significativa en España».

En cuanto a los países emergentes, mantiene que una «intensificación de los riesgos políticos y económicos en estas economías, con un escenario cambiario y de flujos de capitales poco favorable, podría afectar a su nivel de actividad, y materializarse en un aumento de la morosidad de los bancos y un deterioro de sus condiciones de financiación».

La materialización de parte de estos riesgos en Turquía y Argentina, no parece haber contagiado, por el momento a otras economías emergentes de mayor tamaño», señala en su informe el Banco de España.

También subraya las incertidumbres domésticas como las derivadas de la orientación futura de las políticas económicas  «en el contexto de fragmentación parlamentaria y un eventual repunte de las tensiones políticas en Cataluña». 

No ocurre lo mismo con la rentabilidad. El sector bancario español se sitúa por encima de la media europea y de los principales países europeos, subraya el supervisor doméstico. La rentabilidad o ROE (rentabilidad sobre recursos propios) se sitúan de media en el 7,6% a junio, frente al 7,1% de un año antes.

El principal determinante de esta mejora fue la reducción de as pérdidas por deterioro, mientras que el margen de intereses se mantuvo estable. De cualquier forma, el Banco de España mantiene que la rentabilidad del negocio en España mejoró ligeramente respecto al año anterior, pero se mantuvo por debajo de la rentabilidad consolidada.

Alerta sobre el crédito al consumo

Si bien este tipo de financiación ha moderado su expansión interanual desde el 28% de marzo a un 23% en junio, advierte de que la morosidad se ha acelerado y el saldo de impagos aumenta un 22,6% en los últimos 12 meses. 

El repunte «exigirá que las entidades provisionen adicionalmente el aumento de la morosidad, y revisen la sostenibilidad de su tasa de expansión a este segmento de negocio y si los criterios de concesión de las nuevas operaciones se ajustan al perfil de riesgo a medio plazo que desean para su cartera de crédito», detalla el organismo.

El Banco de España reconoce que vigila el crecimiento del crédito al consumo, y que en algunos casos ha estrechado la vigilancia, pese a ello, explica que esta financiación solo representa el 4% del total del crédito, por lo que su alza nada tiene que ver con las experimentadas antes de la crisis en el crédito vinculado al ladrillo. 

Por último avisa del potencial «deterioro» en la situación económica y financiera de los mercados emergentes «con potencial impacto en los resultados de aquellas entidades financieras más expuestas a estos mercados», donde sus filiales podría acusar un «deterioro de las condiciones de
financiación».

Fuente: Cinco Días