La Comisión Europea está perdiendo la paciencia con los gigantes de las redes sociales. Sobre todo con Facebook. Tras dos años de negociaciones, Bruselas lamenta que los avances de la plataforma para adaptarse a la legislación europea en materia de consumo sean «limitados». En concreto, considera que sigue sin informar a sus usuarios que usa sus datos con «fines comerciales» y sigue siendo opaco en sus contratos de condiciones. “Si los cambios no son completamente ejecutados antes de fin de año, llamo a las autoridades encargadas de la protección de los consumidores a actuar rápidamente y a sancionar a la empresa”, ha avanzado este jueves la Comisaria de Justicia Vera Jourová.

“Mi paciencia tiene un límite”, ha afirmado con rotundidad la comisaria. El ejecutivo comunitario instó el pasado mes de julio a Facebook y Airbnb a llevar a cabo modificaciones en sus plataformas, en especial en el contrato de términos y condiciones que deben aceptar los consumidores para unirse a ellas. En el caso de Airbnb fue más allá y le reclamó una mayor transparencia en la factura final que presenta a los usuarios para que estos no se encuentren luego con la sorpresa de que deben abonar gastos extra como la limpieza, impuestos locales y otras tasas.

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Los resultados han sido desiguales. Jourová ha celebrado el “deseo” de Airbnb de “hacer los cambios necesarios para asegurar la plena transparencia y comprensión de lo que los consumidores están pagando”. La comisaria ha sostenido que ha arrancado el compromiso de la compañía con sede en San Francisco de adaptarse a la normativa europea a partir de otoño, de modo que los viajeros que contraten sus vacaciones para Navidad a través del portal ya podrán beneficiarse de esas mejoras.

No es el caso de Facebook. La Comisión emprendió en 2016 una actuación contra los gigantes de las redes sociales después de recibir varias quejas de consumidores europeos que habían sido víctimas de fraudes o estafas. Además, el ejecutivo comunitario observó que determinados términos de servicios no estaban sujetos a la legislación comunitariaria. Por ejemplo, en los contratos había cláusulas en las que las redes sociales limitaban su responsabilidad con la prestación del servicio, exigían a los consumidores que renunciaran a derechos o les privaban de acudir a un tribunal de su Estado para remitirlos a la jurisdicción de Estados Unidos.

La Comisión Europea dio de plazo hasta el primer trimestre de 2018 a Google, Twitter y Facebook para cambiar su política contractual y de privacidad. La única que cumplió a rajatabla con los requerimientos fue Google, mientras que Facebook y Twitter quedaron rezagados en varios aspectos. La compañía fundada por Mark Zuckerberg, por ejemplo, siguió sin dar una justificación clara de por qué borraba algunos contenidos de los usuarios, como fotografías, sin dar a los consumidores la posibilidad de apelar. Tampoco ofrecía una dirección de correo en la que se contactara con la empresa fácilmente y seguía endosando la responsabilidad de todo cuanto ocurriera en la red a sus usuarios.

«Presentación engañosa»

La empresa cambió sus condiciones en abril, pero sus avances fueron “muy limitados”. En un comunicado, la Comisión explica que esos nuevos términos “contienen una presentación engañosa de las principales características de los servicios de Facebook”. “En particular, la plataforma señala ahora a los consumidores que sus datos y su contenido son usados únicamente para mejorar su experiencia global y no menciona que la empresa utiliza estos datos con fines comerciales”, añade la nota de Bruselas.

La comisaria ha admitido que no todo el mundo lee los contratos para acceder a la plataforma. Pero para la Comisión ello no es motivo para que Facebook persista incumpliendo la legislación comunitaria. «No todo el mundo tiene claro cómo usa los datos personales de sus usuarios y cómo trabaja con terceros. No mucha gente sabe que Facebook permite el acceso a sus datos por parte de terceros y conserva el copyright absoluto de los archivos colgados incluso después de cancelar una cuenta», ha expresado la comisaria.

Jourová ha dado un ultimátum a la plataforma, que tiene 300 millones de usuarios en Europa y ha afirmado que espera ver resultados en diciembre. “Ahora es el momento de actuar y no de hacer más promesas”, ha insistido.

Fuente: El País