Los culpables de los nombres siempre son los padres, aunque casi siempre tienen una pequeña historia detrás. En este caso, que el programa de aceleración de startups de Correos se llame Lehnica, nada tiene que ver con antiguos abuelos o apuestas con amigos. Este nombre se refiere a una localidad polaca en la que, allá por el siglo XVII, un cartero creó el primer buzón de la historia. Ahora, este municipio se ha trasladado a Madrid para convertirse en el pionero de la innovación en un servicio que suena a tradicional. La intención de este reto, que lleva en marcha año y medio, no es otro que impulsar la digitalización, el impacto social y la experiencia logística. Tres focos diferentes, pero con un objetivo común: trazar nuevas líneas de negocio.

Este Lehnica a la madrileña está ubicado en CorreosLabs, el espacio que pretende convertirse en referencia del emprendimiento para el servicio postal. Como explica Jordi Escruela, subdirector de innovación de Correos, era fundamental apoyarse en la agilidad de las startups para diversificar el modelo de negocio. “Ellos crecen y nosotros diversificamos. Se trata de una innovación dentro de la casa, alejada del riesgo. Buscamos que tengan un encaje claro en nuestra compañía y que lleguen a diseñar pilotos”, asegura. Por esta razón, el reto se aleja de la multitud en todos los sentidos. Solo seleccionan a cinco emprendedores, su espacio de trabajo durante un año se encuentra a las afueras de la ciudad y un trabajador de Correos tutela cada uno de los proyectos.

Esta idea opuesta a una fábrica de aceleración es lo que atrajo a Miguel Fernández, cofundador de Dotgis y uno de los elegidos en la última convocatoria. “Nos llamó la atención el bajo número de startups que seleccionaban cada año. Afinan mucho de cara a cogerlas. Se trata de algo cercano. De un camino en el que te acompañan y enseñan”, comenta. El proyecto que presentó Fernández junto con sus tres compañeros busca ofrecer soluciones de análisis de datos a través de mapas. “Geolocalizamos la información, le aplicamos algoritmos con base estadística con la intención de mejorar la experiencia logística. Así, con datos bien analizados, el proceso de toma de decisiones es más rápido y homogéneo”, añade. Con la ayuda de blockchain y técnicas de big data, pueden determinar si una zona de reparto, por ejemplo, está bien o mal cubierta y cómo optimizar estos recursos.

La idea inicial de Dotgis está en plena aceleración y no saben hasta dónde les llevará. Por el momento, en palabras de Fernández, este programa le está permitiendo definir quiénes son sus clientes y mejorar el producto. “Tenemos acceso a todo el equipo de Correos, que utiliza nuestra misma tecnología, y estamos empezando a comprender las verdaderas necesidades de un sector como el logístico”, sostiene. En su caso en particular, el salto cualitativo es bastante elevado. Geólogo de formación, especializado en cartografía, es su primera experiencia al frente de una startup. Todo lo relacionado con estrategia empresarial, dirección o planes de negocio no es su fuerte. “Este programa es una aceleración absoluta. Estaba muy verde y ahora mis padres se asustan casi con el vocabulario que empleo”, bromea.

«Apuesta de éxito»

Hasta junio del año que viene, los cinco proyectos que están en plena aceleración no tomarán su forma definitiva. No obstante, la ambición de este programa de innovación pretende trascender Madrid. Quienes están al frente afirman que habrá continuidad y existe la previsión de crecer a nivel nacional. El plan todavía no está definido por completo, pero la idea, sí. Seguiremos controlando el número de emprendedores y que tengan relación con la actividad de Correos. La semilla ya la hemos sembrado. Ahora falta que crezca”, sugiere Jordi Escruela, subdirector de innovación de Correos.

A ritmo de ‘startup’

Una de las obsesiones del reto Lehnica es llegar a ese ansiado proyecto piloto que abra las puertas de una futura comercialización. Para ello, Correos pone encima de la mesa hasta 30.000 euros. Como recuerda Escruela, no se trata de formar parte de las startups, sino que hay que justificar en qué se invertirá el dinero. Para la empresa pública, responsable de que el programa se desarrolle satisfactoriamente, uno de los aspectos más complicados para llegar con éxito a la meta final radica en moverse al mismo ritmo que los emprendedores. Todo se desarrolla con su metrónomo. “Para nosotros esto es de lo más complejo porque las velocidades no son precisamente iguales. También es una forma de innovar internamente”, sugiere.

Enfrentarse a un proceso de selección, al que se presentan más de un centenar de proyectos, ha sido de gran ayuda para Correos. Nadie ajeno a la organización está implicado en el programa de aceleración, con lo que ha sido mucho más fácil para sus empleados conocer cuáles son las tendencias tecnológicas. La posibilidad de probar 10 modelos de negocio diferentes, que han sido los finalistas en las dos ediciones con las que cuenta el reto, ha fomentado una transformación cultural casi sin precedentes. “Trabajar con startups nos ha acercado metodologías ágiles de trabajo y poder pensar como si fuéramos emprendedores. Al final, quienes participan en el Lehnica cambian su mentalidad”, concluye el subdirector de innovación de Correos.

Trabajar con startups nos ha acercado metodologías ágiles de trabajo y poder pensar como si fuéramos emprendedores»

Jordi Escruela, subdirector de innovación de Correos

MÁS INFORMACIÓN

Fuente: El País