Urbas no ha escuchado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). A pesar de que el regulador le advirtió de que la operación que pretendía someter a votación en la junta le podía costar incluso la suspensión de cotizacióno ser considerado un fraude, ha decidido seguir adelante. Ayer la junta de accionistas aprobó un desdoblamiento de sus acciones. Las dividirá hasta que bajen al nuevo valor mínimo que pueden tener por ley (0,001 euros), y así las blinda de posibles bajadas de valor en Bolsa al cotizar ya al mínimo.

En concreto, la compañía aprobó ayer el punto primero de su junta extraordinaria de accionistas con el 99,95% de los apoyos: “Desagrupación (split) de las acciones en que se divide el capital social, para su canje por acciones nuevas a emitir, en proporción de 10 acciones nuevas por cada acción preexistente, dando lugar a acciones de una milésima de euro (0,001 euros) de valor nominal”. El consejo tiene vía libre para hacerlo.

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En realidad, lo que aprobó ayer Urbas es una treta con la que sortea la nueva norma que entra en vigor el 28 de septiembre. Bolsas y Mercados de España (BME) decidió que, a partir de ese día, el precio mínimo que puede tener una acción en España es de 0,001 euros, y no 0,01 euros como hasta ahora. De ese modo, los títulos que ahora cotizan en Bolsa por 0,01 euros —y que al tener el valor más bajo aceptado están ya atascados y no pueden bajar más— podrán fluctuar hacia abajo si los inversores desean vender, hasta ese nuevo suelo de 0,001 euros.

Urbas es una de esas empresas que ahora estaban en el suelo mínimo estáticas, pero que a partir del 28 de septiembre podrán bajar más en Bolsa, hasta volver a tocar el nuevo mínimo legal. Para evitar eso, el consejo propuso un split, es decir, dividir cada acción de 0,01 euros en 10, de manera que cada una valiera 0,001 euros.Así su inversión sería la misma, pero repartida en porciones más pequeñas y blindada por el nuevo suelo.

Al enterarse de la treta (que también plantearon en Abengoa algunos accionistas), la CNMV envió una carta a Urbas el 29 de agosto. En ella le advertía de que esa operación “podría prolongar la actual situación de negociación desordenada de fijación de precios en niveles artificiales”, por lo que se enfrentaba a ser excluida de Bolsa e incluso a que la operación fuera considerada un fraude de manipulación de mercado. Le instó a no seguir adelante en sus pretensiones. La misma carta fue enviada a Abengoa.

Urbas, sin embargo, ha hecho oídos sordos con la decisión de su junta. Ha sometido la triquiñuela a votación y ha salido adelante, según comunicó ayer en un hecho relevante a la propia CNMV.

Fuente: El País