Uber quiere recuperar el tiempo perdido en España. La compañía, convertida en un icono mundial por ser una de las primeras aplicaciones móviles para contratar un coche con conductor, duplicó sus ganancias el año pasado en España, según sus cuentas anuales de 2017 depositadas en el Registro Mercantil.

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La compañía tuvo unos inicios complicados en España. Un juez mantuvo paradas sus actividades durante un año y medio tras admitir a trámite una denuncia del sector del taxi de Madrid. Uber no pudo operar al 100% en España hasta la primavera de 2016, cuando el juez se lo permitió. Durante en ese tiempo perdió terreno frente a otros competidores.

Eso explica en buena parte la gran mejoría de su actividad el año pasado. La compañía logró un beneficio neto de 163.514 euros, lo que supone un 96% respecto al año anterior. La filial española de Uber pagó 53.817 euros en impuesto de sociedades, un 89% más.

Tras la mejora de sus resultados financieros está el buen comportamiento de sus ingresos, que crecen un 102% hasta los 2.855.186 euros. La empresa factura toda esta cantidad a su matriz holandesa, Uber International Holding. «Uber cumple con todas sus obligaciones fiscales en los más de 70 países en los que opera en todo el mundo», explica un portavoz de la compañía. En realidad, Uber System Spain «ofrece servicios de marketing local y apoyo en servicios», según reconoce la compañía en sus cuentas anuales.

Cuando un usuario hace un viaje a través de Uber y paga el servicio con la aplicación a través del teléfono móvil, en realidad paga a la empresa de transporte, que tiene las licencias de VTC y contrata a los conductores. Esta empresa de transporte paga a su vez un 25% a la matriz holandesa en concepto de comisión por el uso de la aplicación informática. Es decir, el grupo Uber, a través de su satélite en Holanda, factura en España el 25% de todos los desplazamientos que se contratan bajo esa denominación.

«A diferencia de la mayoría de grandes tecnológicas, el 75% del ingreso que genera Uber se queda en España ya que es el conductor quien lo recibe directamente», añade el portavoz de la plataforma que sirve para alquilar un vehículo con conductor (VTC).

Esta práctica de trasladar el grueso de los ingresos a otra jurisdicción con un régimen fiscal mucho más ventajoso es legal a pesar de las suspicacias que despierta. Muchas otras multinacionales, como Apple, Google, Amazon utilizan esta estrategia fiscal para reducir su factura fiscal. Trasladan su facturación a Irlanda, Holanda o Luxemburgo, países con los impuestos sobre sociedades más reducidos.

«Como tantas otras empresas multinacionales, Uber tiene una sede internacional, en Holanda, desde donde operamos en toda Europa en virtud del principio de libre establecimiento de la Unión Europea», explica un portavoz de Uber.

¿Más impuestos sobre las plataformas?

«Las actuales estructuras tributarias se han quedado obsoletas para algunos sectores y, por tanto, no son capaces de hacer frente a los nuevos retos del siglo XXI. Hablamos de desafíos relacionados con la expansión de los negocios en la globalización, en la digitalización o en la economía colaborativa, donde ya no existen las fronteras», dijo la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Congreso. De esta forma, abrió la puerta a nuevos impuestos para las plataformas digitales.

Fuente: El País