Banco Santander intenta poner fin al lastre del ladrillo antes de que finalice el año. La presión del Banco Central Europeo (BCE) a todo el sector para que finalmente la banca se deshaga de todos sus activos inmobiliarios influye en esta decisión. El banco que preside Ana Botín, así ha alcanzado este miércoles un acuerdo con una filial del fondo de inversión estadounidense Cerberus Capital Management LP para la venta de una cartera de inmuebles residenciales por un importe de unos 1.535 millones de euros, lo que supone el 55% de su valor bruto contable.

La cartera de adjudicados está integrada por 35.700 inmuebles, incluidos viviendas, garajes y trasteros, y será gestionada por Haya Real Estate, una sociedad de gestión de inmuebles filial del grupo Cerberus. 

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Según ha informado el Banco Santander, la operación se ha estructurado mediante el traspaso de la cartera a una o más compañías ‘NewCo’), cuyo capital social será aportado o transferido de manera que la filial de Cerberus controle, directa o indirectamente, entre el 51% y el 80% del capital, mientras que Banco Santander será propietario del capital restante. El porcentaje exacto de las participaciones en la ‘NewCo’ se determinará antes del cierre de la transacción.

Está previsto que esta operación, que tiene un impacto inmaterial en el capital y resultados del Banco Santander, esté totalmente culminada a finales de este año o en el primer trimestre de 2019, cuando se cumplan todas las condiciones relativas a la cartera y la operación.

Esta operación se suma a la que Santander alcanzó hace un año con Blackstone para la venta de 30.000 millones de euros del ladrillo de Banco Popular por 15.000 millones. Esta operación la realizó en tiempo récord, solo dos meses después de haber comprado Popular tras ser intervenido.

Pese a esta venta, Santander tiene aún pendiente la enajenación de otro paquete superior a la transacción anunciada este miércoles para poner fin al lastre del ladrillo. Su objetivo era desprenderse de 5.100 millones de euros de valor neto (10.100 millones en valor bruto), que tiene aún en su balance para cerrar este capítulo. Fuentes financieras aseguran que el banco negociaba la venta de todo este paquete con Cerberus, pero parece que finalmente solo se llegó a un acuerdo para cerrar una parte. 

Así, ha decidido mantener en su balance los locales, que representan el 45%, y que pretende deshacerse de ellos más adelante, mediante otra operación. Según sus cuentas de junio de 2018, de los 10.100 millones de euros brutos exposición inmobiliaria que mantiene en balance, 5.000 millones corresponden a las provisiones, mientras que de los 5.100 millones restantes, 4.000 millones corresponden a activos inmobiliarios de los que 2.800 millones son activos adjudicados y 1.200 millones son activos en alquiler. Otros 1.100 millones corresponden a créditos morosos vinculados al ladrillo. 

Fuente: Cinco Días