José Antonio Álvarez, consejero delegado de Banco SantanderJosé Antonio Álvarez, consejero delegado de Banco Santander

El consejero delegado, José Antonio Álvarez, reconoció ayer que la “situación competitiva en España es actualmente intensa”. Pese a ello, el banco no recurrirá a ofertas comerciales más agresivas para ganar cuota, como tampoco plantea crecer con nuevas fusiones tras la compra de Popular.

“Lo que no vamos a hacer es comportarnos de forma irracional”, explicó.Álvarez, aunque aseguró que no tienen previsto cobrar nuevas comisiones, sí fue tajante al declarar “las comisiones deben reflejar los servicios que se prestan”. Descartó el cobro de los depósitos a los clientes de retail para compensar el tipo de facilidad de depósito, mientras el BCE mantenga en el nivel de -0,5%, “No veo que con los niveles actuales de los tipos se llegue a cobrar a los clientes minoristas. No lo veo”, subrayó. Aunque sí reconoció que “probablemente tengamos que ir ampliando en los depósitos no operativos de los clientes grandes”.

Sobre el escenario político en España, Álvarez reclamó al Gobierno que surja de las urnas, “lo que nos exigimos a nosotros mismos. Predictibilidad y generar un entorno de estabilidad y baja incertidumbre para que los agentes económicos puedan tomar decisiones en un entorno favorable”. Y avisó de que lo que “no favorece” es el actual entorno en Cataluña. “No es una buena noticia para la economía”, añadió.

España se ha convertido en la franquicia con la morosidad más alta del grupo, al alcanzar el 7,23%. Brasil, el país que más aporta al beneficio, suma una morosidad del 5,33%. Álvarez aclaró que este alto nivel se ha debido a la integración de Popular. “La morosidad de Santander antes era una de las menores del sector”, remarcó.

Una de las preguntas en la que más insistieron los analistas en la reunión que tuvo el banco ayer fue en el ratio de capital CET1 fully loaded, que se mantiene en el 11,3%, sin cambios sobre junio y 19 puntos básicos más que el año pasado. Álvarez confía en estar cerca del 12% a finales de 2020, además de que espera seguir repartiendo entre sus accionistas entre el 40% y el 50% de su beneficio recurrente, aunque no explicó.

El banco presumió de Santander Consumer como líder de financiación al consumo en Europa, con más de 130.000 puntos de venta asociados, sobre todo en autos.

Álvarez fue menos optimista que su homólogo de Bankia, José Sevilla, sobre la evolución de la economía española. Aseguró que el menor dinamismo económico se reflejaba ya desde principios de año en distintos indicadores adelantados, pero ahora la desaceleración se ve ya “en muchos frentes”, aunque todavía se crea empleo.

El director financiero, José García Cantera, reconoció que Santander “es muy sensible a los tipos de interés”, y calcula que una subida de 100 puntos básicos supondría al banco 1.300 millones más en ingresos. Ante este escenario de tipos de interés bajos o negativos, Santander está dando un giro a su modelo de negocio, hasta ahora muy orientado a la captación de depósitos. Ha iniciado una reducción de sus posiciones en el negocio corporativo e institucional ante la decisión de no competir con márgenes que considera insuficientes, aunque eso implique ceder cuota de mercado, explicó Álvarez.

Santander está “cayendo” en el nicho institucional y mayorista “porque el capital no se encuentra bien remunerado”. Aclaró que en estos negocios los márgenes que ahora se están fijando en el mercado son “muy bajos”. Sí apuesta por el crédito en su conjunto, aunque el stock financiado con clientes disminuye en un año por culpa del mayor repago en las hipotecas y el descenso del mayor repago en las hipotecas y el descenso en financiación institucional, ya que está “creciendo muy bien en pymes y consumo”.

En la reunión con analistas Álvarez explicó que el banco tiene margen aún para rebajar el coste de los depósitos en España.

Santander se guarda para el cuatro trimestre 700 millones de euros en plusvalías por la venta de parte de su negocio de custodia a Crédit Agricole.

Santander cerró los nueve primeros meses del año con un beneficio atribuido de 3.732 millones de euros, con una caída del 35%, tras el ajuste de 1.500 millones en su filial británica (principalmente por el brexit), y el ERE que está llevando a cabo en España tras la integración de Popular. Sin estos impactos, el banco habría ganado 6.180 millones, un 2% más que el año pasado.

En el tercer trimestre estanco la entidad obtuvo su mayor beneficio ordinario trimestral desde el segundo trimestre de 2010, de 2.135 millones de euros (+7% interanual), y un retorno sobre el capital tangible (ROTE) del 12,2%, “uno de los mayores entre sus comparables”, según ha resaltado. Para los nueve primeros meses del año, el ROTE fue del 11,9%.

Pese a que estos resultados han sido superiores a lo esperado por los analistas, el mercado penalizó sus acciones con una caída en Bolsa del 4,85%, para situar su acción en los 3,70 euros . Aunque el consejero delegado, José Antonio Álvarez, restó importancia a este desplome.Explicó que parte de la caída obedece al dividendo que se paga mañana viernes: los accionistas a cierre del martes tienen derecho al cobro de éste, pero quien comprase ayer, no. Por ello, el mercado descuenta en la cotización el dividendo.

Brasil ha vuelto a ser el impulsor de los resultados. Este país obtuvo un beneficio neto de 2.249 millones de euros, un 19% más que un año antes. Aporta el 29% del beneficio ordinario. Las expectativas de crecimiento de la economía del gigante latinoamericano son positivas para 2020, frente a las de otras economías como la Europea. La banca comercial en España suma el 15% del beneficio, con 1.185 millones de euros, un 3,4% más (hay que descontar las pérdidas por el ladrillo y sumar los beneficios de parte de Santander Consumer), tras integrar Popular. Reino Unido se ha convertido en los últimos trimestres en el farolillo rojo, tras ganar 825 millones de euros, con una caída del 19%.

Fuente: Cinco Días