Las autoridades británicas han advertido de que la fusión propuesta entre los supermercados Sainsbury, la segunda mayor cadena del sector en Reino Unido, y su competidora Asda, filial de Walmart en el país, representa «grandes problemas de competencia» a los que las empresas deben dar respuesta mediante la venta de un número significativo de activos o renunciando a la operación, según ha informado este miércoles la Autoridad de Mercados y Competencia (CMA por sus siglas en inglés), señalando que considera difícil que estas puedan resolver los problemas planteados.

Las acciones de Sainsbury se desploman alrededor de un 16% en la Bolsa de Londres después de haberse conocido el dictamen provisional de la CMA, que espera ofrecer su opinión definitiva el próximo 30 de abril. Walmart, por su parte, cae un 2% en Wall Street.

El acuerdo de fusión entre Sainsbury y Asda, alcanzado en abril de 2018, daría origen a la mayor cadena de supermercados en el país, con una facturación combinada de más de 50.000 millones de libras esterlinas (57.456 millones de euros) y una red de más de 2.800 tiendas Sainsbury, Asda y Argos, con alrededor de 47 millones de transacciones semanales, alcanzando una cuota de mercado superior al 30%.

«La CMA ha encontrado que el acuerdo propuesto podría conllevar una peor experiencia en tienda y online para los consumidores mediante precios más altos y reducciones en el rango y calidad de los productos ofrecidos», ha señalado la autoridad británica, que también aprecia riesgos de subida de precios en más de un centenar de gasolineras de Sainsbury y Asda.

Más información

En sus conclusiones provisionales, el supervisor advierte de que la fusión planteada podría representar «una disminución sustancial de la competencia a nivel nacional y local», particularmente en zonas donde actualmente están presentes las dos cadenas de supermercados.

«Se trata de dos de los mayores supermercados del Reino Unido», destacó Stuart McIntosh, presidente del grupo independiente que ha desarrollado la investigación, advirtiendo que la fusión propuesta conllevaría «precios más altos, menos calidad y capacidad de elección y una peor experiencia de compra en Reino Unido».

Difícil encaje

En este sentido, la CMA ha planteado una serie de opciones potenciales a las empresas, que deberán informar sobre posibles remedios a estos problemas el próximo 6 de marzo como muy tarde, entre las que se cuentan bloquear la fusión o exigir la venta de un número significativo de tiendas y otros activos, incluyendo desprenderse de la marca Asda o Sainsbury, para recrear la rivalidad perdida con la combinación de ambas cadenas.

«La actual opinión de la CMA es que probablemente sea difícil para las compañías hacer frente a los problemas identificados», apuntó la autoridad.

Por su parte, las dos empresas han respondido mediante un comunicado conjunto en el que señalan que las conclusiones de la CMA «malinterpretan» cómo compran hoy en día los consumidores en Reino Unido, así como el nivel de competitividad en el sector, afirmando que la autoridad «ha cambiado las reglas y su análisis no es consistente con casos comparables».

En este sentido, las dos cadenas de supermercados defienden que su fusión permitiría un ahorro significativo de costes, lo que permitiría a su vez rebajar los precios de venta. «Estamos sorprendidos de que la CMA haya elegido rechazar la oportunidad de poner dinero directamente en los bolsillos de los clientes, particularmente en estos tiempos de incertidumbre», añaden.

Fuente: Cinco Días