Iván Segal, director general de Renault Iberia, se ha mostrado este viernes muy satisfecho de Zity, la iniciativa de coche compartido lanzada por la marca francesa junto a Ferrovial en diciembre de 2017, y ha afirmado que han ampliado la flota de 500 vehículos a 650 durante un encuentro con periodistas en la sede de la compañía en España. La compañía, según ha afirmado, analiza llevar a otras ciudades españolas o europeas su proyecto de movilidad urbana, que acaba de aterrizar en París.

Segal ha explicado que el servicio de coche compartido en Madrid tiene muchas posibilidades de ser rentable y eso les ha animado a estudiar otras localizaciones, nacionales o internacionales, para exportar el modelo. «Estamos analizando qué sitios podrían ser idóneos para rentabilizar el negocio, hemos aprendido mucho en estos 12 meses y la alianza con Ferrovial ha sido muy positiva», ha remarcado. El directivo ha señalado que los factores a tener en cuenta para elegir nuevas ciudades a las que llevar Zity serán el aparcamiento gratuito para vehículos eléctricos o incentivos a la compra de estos coches.

Respecto al balance de 2018, Segal ha explicado que en la primera parte del año sus ventas han sido muy parecidas a las de 2017, aunque durante la segunda parte han notado mucho la entrada en vigor de la nueva normativa de emisiones que entró en vigor el pasado 1 de septiembre. «Ha sido un año muy complicado», ha afirmado Segal, ya que Renault tenía un 15% de su gama sin homologar a la nueva normativa WLTP. Esta circunstancia ha lastrado las previsiones de crecimiento de la empresa.

La compañía consiguió en 2018 una cuota de mercado del 12,26%, tuvo un volumen de ventas un 2% superior al año anterior, una cifra modesta teniendo en cuenta que el conjunto del mercado español el volumen de ventas avanzó un 7%. La rentabilidad de su red de concesionarios se ha situado en torno al 1,5%, una décima por debajo que en 2017, debido a la pérdida de cuota de mercado de Renault y al crecimiento de las matriculaciones de Dacia, marca que tiene una rentabilidad menor. «Las ventas de Dacia están teniendo un crecimiento sostenido y este enero han subido mucho más de lo que esperábamos», ha explicado Segal.

El directivo ha aseverado que esperan volver a la normalidad, tras el impacto sufrido por la normativa WLTP, entre enero y abril de este año. «El cliente está un poco perdido sobre qué modelo de coche comprar en este momento por los mensajes negativos que se están lanzando contra el diésel y las restricciones a la circulación de determinados vehículos», ha dicho Segal.

Para 2019, el ejecutivo ha dicho que su previsión inicial es que el mercado español crezca el 3% y prevé que la rentabilidad de la red comercial llegue al 1,5%, algo por debajo que en 2018. Segal ha apuntado que la rentabilidad en la venta de vehículos de ocasión se incrementará en mayor medida que la de nuevos y que este año la red tendrá que aguantar en el primer semestre, en el que no habrá nuevos lanzamientos, que llegarán en la segunda parte del ejercicio.

Ensamblaje de vehículos electrificados

Segal ha confirmado que ya se ha fabricado la última unidad del modelo eléctrico Twizy de la planta de Valladolid y ha señalado que a partir de ahora se ensamblarán en este centro las baterías para vehículos electrificados. Según el directivo de la compañía, esta reconversión forma parte de la estrategia de fabricación de vehículos híbridos en España como el Captur, que se hace en Valladolid, o el Mégane, hecho en Palencia. La empresa no prevé de momento la producción de baterías para modelos 100% eléctricos en España.

Antigüedad del parque

El director general de Renault Iberia, Iván Segal, ha señalado durante el encuentro mantenido este viernes con periodistas que el parque de vehículos español tiene una antigüedad media de 12 años, una de las más altas de la Unión Europea.

Segal ha calificado los planes PIVE de insuficientes y ha dicho que son medidas a corto plazo que dependen mucho de los vaivenes de los cambios políticos. El ejecutivo ha abogado por medidas como la revisión de la fiscalidad del sector, a través de figuras como el impuesto de matriculación y circulación. «El objetivo es llegar a las cifras de edad media del parque automovilístico que tienen otros países del entorno europeo, por temas de contaminación y de seguridad vial. Después de los planes PIVE seguimos con una edad media de 12 años y no hemos solucionado el problema», ha subrayado Segal.

Fuente: El País