Las líneas de apoyo público a las pequeñas y medianas empresas en España no son precisamente el principal planteamiento de este tipo de firmas a la hora de buscar financiación. Si el 41% de las pymes este año prevé autofinanciarse, el 34% utilizará la financiación bancaria, y el 10%, el leasing financiero, tan solo el 8% acudirá a préstamos de instituciones públicas como ICO, ICEX o ENISA, según el último Diagnóstico financiero de la empresa, elaborado por la Confederación Española de la Pequeña Y Mediana Empresa (Cepyme).

Dentro de la financiación por parte de instituciones públicas, sin embargo, podrían jugar un papel destacado los apoyos proporcionados por la UE. La clave está en conocerlos para aprovecharlos mejor. “Existen multitud de instituciones públicas y privadas, así como redes, cuya tarea es facilitar a los emprendedores toda la información necesaria para acceder a las líneas de financiación europea”, señala el secretario general de la Cepyme, José Alberto González-Ruiz.

La demanda de ayuda pública, al alza

A la hora de decidir qué financiación es la más adecuada, las pymes prefieren utilizar recursos internos (financiación de proveedores, beneficios retenidos, aportaciones de los propietarios), más que los externos (bancos, emisión de deuda, aportaciones de socios ajenos). Y se decantan más por los instrumentos de deuda (préstamos o líneas de crédito) que los recursos de capital (participaciones, acciones o capital riesgo), según González-Ruiz. Unas condiciones de crédito más laxas en los últimos años, junto con un fuerte proceso de desendeudamiento, completan el marco que explica la menguante necesidad de apoyo público a la financiación por parte de las empresas de menor dimensión.

Pese a todo ello, “las perspectivas apuntan a una mayor demanda de esta clase de financiación, ya que el ciclo de actividad e inversión se va compaginando con un progresivo endurecimiento del acceso y de las condiciones de crédito de otro tipo”, opina el secretario general de Cepyme. De entre las diferentes opciones, las líneas europeas constituyen una excelente oportunidad, siempre y cuando “la inversión esté bien definida y acotada, y que la empresa disponga de una capacidad sistematizada de reportar información”, detalla González-Ruiz. En su opinión, pedir financiación europea resultará en una mejor capacidad competitiva y gestión de la empresa, así como en la liberación de recursos para acometer nuevas inversiones y la adquisición de buenas referencias para acceder a otras líneas o intermediarios. La diversificación de las fuentes de financiación y la reducción de los riesgos para la empresa se añaden a estas ventajas.

Instrumento Pyme

Una de las principales líneas de financiación de la UE es el Instrumento Pyme de Horizonte 2020, que ofrece financiación y mentoría a empresas innovadoras. Cuatro años después del inicio del programa, unos 1.500 millones de euros han subvencionado a más de 3.500 pymes de 36 países, 645 de ellas en España. “Por cada euro invertido se han generado 1,60 euros de inversión privada”, afirma el jefe de la unidad responsable de este proyecto en la Agencia Ejecutiva para la Pyme de la Comisión Europea, Bernd Reichert. “Las empresas participantes han incrementado un 118% su cifra de negocio y un 158% su plantilla”, agrega.

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Destinada a pymes que innoven, respondan a una necesidad real del mercado y busquen internacionalizarse, Instrumento Pyme se compone de dos fases. En la primera, la Comisión Europea concede a las compañías ganadoras 50.000 euros para llevar a cabo un estudio de viabilidad y les ofrece tres días de coaching. Si el proyecto logra una puntuación suficiente para salir entre los primeros, empieza la segunda fase, en la que la pyme recibe el 70% del presupuesto que ha elaborado, y que puede oscilar entre 800.000 y 3 millones de euros, aunque para planes en el ámbito de la salud el techo se fija en 5 millones de euros.

A partir de este año, no hay separación por temáticas a la hora de presentar una propuesta y, en la segunda fase, no solo habrá una evaluación en remoto, sino también una presencial en la que los responsables de la empresa tienen que defender su solicitud ante un jurado de especialistas. La solicitud se puede presentar en cualquier momento hasta 2020. Las próximas fechas de corte para la evaluación por parte de los expertos externos son el 5 de septiembre y el 7 de noviembre, para la primera fase, y el 10 de octubre 2018 y el 9 de enero de 2019, para la segunda.

Cosme y más

Otro programa citado por el secretario general de la Cepyme es Cosme, una ayuda para empezar a operar, acceder a la financiación e internacionalizarse. Dotado con unos presupuestos de 2.300 millones de euros a ejecutar hasta 2020, Cosme ofrece garantías a las pymes para obtener préstamos, en general por un máximo de 150.000 euros, y aportaciones de capital para las etapas de crecimiento y expansión. InnovFin, por su parte, otorga préstamos y garantías a empresas innovadoras, financiación de proyectos de investigación y desarrollo, y aportaciones de capital en las fases iniciales de una pyme.

Si Europa Creativa concede préstamos a pymes del sector cultural y creativo, el Programa para el empleo y la innovación social (EaSI) se propone suportar las microempresas y las personas que pertenecen a colectivos vulnerables. Ofrece préstamos de hasta 25.000 euros e inversiones de hasta 500.000 euros dirigidas a empresas sociales. Los fondos estructurales y de inversión europeos (los llamados fondos EIE) proporcionan préstamos, garantías, capital a las empresas, o las subvencionan directamente a través de programas plurianuales cofinanciados por la UE. González-Ruiz añade también a su lista de las principales financiaciones europeas los préstamos, la microfinanciación, las garantías y el capital riesgo que gestionan el Banco y el Fondo Europeo de Inversiones (BEI y FEI).

Los consejos de la Cepyme

“En muchas ocasiones, la reducida demanda de préstamos de instituciones públicas se produce porque la información no llega a las pymes, no está centralizada y es difícil de localizar”, denuncia el secretario general de la Confederación Española de la Pequeña Y Mediana Empresa (Cepyme), José Alberto González-Ruiz. De ahí la necesidad, si se quiere solicitar financiación de la UE, de “informarse y documentarse lo máximo posible”.

En segundo lugar, el emprendedor que opte por estas líneas de ayuda tendrá que analizar detenidamente los requerimientos técnicos y administrativos que precisa su solicitud, concurrencia, ejecución y justificación, así como los beneficios externos que se puedan obtener”, añade González-Ruiz como, por ejemplo, las posibles ventajas fiscales.

Fuente: El País