Un grupo tailandés prácticamente desconocido en Europa y Estados Unidos se ha llevado la joya de la corona, la compañía insignia de la hotelería urbana española: NH Hotel Group. Se trata de Minor International, un conglomerado de hoteles, restaurantes y tiendas de moda que aspira a convertirse en un actor relevante en el negocio europeo del hospedaje a través de la compra del 94,1% de la cadena española, su primera operación de relevancia tras la incursión en Portugal a través de Tivoli. La compañía asiática, con unos ingresos de 1.500 millones de euros y un ebitda de 320 millones en 2017, se sitúa en el puesto 68 del ranking mundial por número de habitaciones, mientras que NH está en el 28. Unidas ascenderán hasta la 19ª posición, según Minor.

Tras haber diseñado una estrategia muy hábil para garantizarse el triunfo de la opa lanzada a la compañía presidida por Alfredo Fernández Agras a 6,3 euros por acción, adquiriendo previamente los paquetes accionariales del fondo de inversión británico Oceanwoods y la hotelera china HNA, según Iván San Félix, analista de Renta 4 Banco; los planes del holding tailandés pasan por mantener, al menos durante los próximos 12 meses, a su equipo gestor, sus marcas, plantilla y plan de negocio, que prevé un ebitda de 260 millones de euros este año y de 285 millones el que viene, además de seguir con ella en Bolsa. En todo caso, “podría proponer modificar la marca de algunos hoteles NH por marcas de Minor, y a la inversa”, reza el folleto de la opa.

Su objetivo no era tener una participación tan elevada. Buscará un socio institucional

Un pez chico

La tailandesa cuenta con 161 hoteles en 40 mercados (sobre todo en Asia, África, Australia, Oriente Próximo y, en menor medida, en Europa y América) frente a los 380 de la española, presente sobre todo en Europa y América. Así que los analistas consultados ven la complementariedad de las carteras, aunque les cuesta más visualizar las sinergias que el grupo asiático dice que se derivarán de la unión, más allá de Portugal o Brasil, donde comparten activos. Minor habla de aprovechar las bases de clientes de ambas hoteleras para aumentar la demanda de turistas asiáticos hacia Europa y al revés, pero no ofrece datos ni de cuánto ni de cómo. Lo mismo que respecto a las sinergias en costes, a las que también se refiere.

NH muda de piel bajo el control asiático

“Hasta que Minor no aporte información sobre el plan conjunto, la acción de NH seguirá floja”, prevé Francisco Rodríguez, analista de Banco Sabadell. En una semana la cadena se ha caído un 12% en la Bolsa, hasta 5,40 euros por acción. “Con un accionista tan fuerte, NH sale del radar de los inversores”, aprecia un experto que pide anonimato y que afirma que los accionistas han acudido en masa a la oferta porque, al dar por hecho el éxito de la opa, no veían que la compañía tuviese con Minor un plan de futuro mejor del que tenía en solitario. Al mercado no le gustan los holdings y suele aplicarles descuentos, aprecia otro analista. El grupo tailandés genera el 53% de sus ingresos en el negocio hotelero y el 47% restante de los ventas proceden de sus 2.000 restaurantes y 416 comercios de moda.

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Cautelas

Para Iván San Félix, Minor se ha pasado de frenada, pues aspiraba a controlar entre el 51% y el 55% del capital de NH, en vez del 94,1% con el que se ha quedado finalmente. “No es lo mismo comprar el 55% de NH con unos 1.400 millones de euros de deuda, como tenía previsto, que adquirir casi el 100% con 2.400 millones de deuda”, señalan fuentes próximas al consejo de administración de la hotelera española, que recuerdan que las alarmas sobre el coste de financiación de la opa saltan a partir de la posesión del 65% de las acciones.

Aunque los portavoces de Minor afirman que la tailandesa se siente cómoda con el resultado de la opa y cuenta con el 100% de la financiación para hacerle frente, el grupo ha decidido posponer la venta de las acciones “sobresuscritas” para intentar frenar su caída en Bolsa. En los próximos meses, sostienen, “no habrá problema para encontrar un socio financiero de corte institucional que les acompañe”. Pero en el mercado no se ve tan claro.

“Ahora Minor ha de financiar la operación. Tiene suficiente crédito, otra cosa serán las condiciones de los covenants [compromisos con los acreedores] a futuro”, aprecia un analista, que justifica la caída de la acción porque, al contrario de valores como Meliá, que ha cedido un 18% en Bolsa en lo que va de año, NH no había perdido valor al estar sujeta al precio de la opa. Su recomendación, no obstante, es comprar títulos de NH, ya que su valoración es baja. Renta 4 sitúa el precio objetivo en 6,80 euros. Habrá que esperar para verlo. “Tras la caída del 12%, aunque hay potencial, no vemos catalizadores a corto plazo”, señala Francisco Rodríguez.

“NH es una cadena con perspectivas. Sus gestores han acometido un proceso de reestructuración muy fuerte en los últimos años, lo está haciendo bien y lo va a seguir haciendo bien, aumentando los precios por habitación y la rentabilidad”, estiman los analistas. Albert Grau, socio de Magma Hospitality Consulting, cree que la operación de Minor es positiva, se ha cerrado a un precio razonable y va a aportar valor y estabilidad a NH, una de las cadenas que más han apostado por el reposicionamiento de activos y la tecnología últimamente, asegura.

Historia convulsa

2007. Hesperia alcanza el 25% del capital de NH.

2009. El grupo entra en pérdidas (41 millones de euros) y amplía capital.

Las cajas de ahorros sindican sus acciones, del 20,74%.

2011. Gabriele Burgio es sustituido por Mariano Pérez Claver en la presidencia. La hotelera china HNA entra en el capital con el 20%.

2012. La cadena refinancia su deuda. Federico González Tejera sustituye a Pérez Claver. Sus pérdidas llegan a 292 millones.

2013. NH hace un ERE de más de 600 empleados. Salen las cajas del accionariado.

2015. Vuelve a beneficios. Entra Oceanwood en el capital y nombra a Alfredo Fernández Agras presidente. Junto a Hesperia, saca a HNA del consejo.

2017. Barceló propone una fusión a NH que valoraba su acción en 7,08 euros. Es rechazada.

Fuente: El País