La pobreza energética afecta a más de 13 millones de personas en España. «6,8 millones sufren temperaturas inadecuadas en la vivienda o retraso en el pago de recibos. El resto gasta una cantidad muy baja», según el último estudio referido a 2016 de la Asociación de Ciencias Ambientales. El invierno está al venir y la calefacción seguirá apagada.

Para combatirlo, la Fundación Naturgy acaba de lanzar un fondo solidario para mejorar la eficiencia energética de los pisos de colectivos en situación de vulnerabilidad energética sujetos al bono social. Son propietarios o inquilinos de viviendas sociales, atendidas por entidades del tercer sector, situadas en Cataluña, Galicia y Madrid. Son anteriores a 1980 y auténticos coladeros de energía. En este momento se están identificando las viviendas que serán reformadas en colaboración con entidades como Cáritas y Cruz Roja, que conocen de primera mano cómo es la realidad de estas casas y de sus habitantes. Los propietarios serán informados por la fundación de si son seleccionados. Después, la compañía aportará una cantidad inicial al fondo, que además está abierto a la contribución ciudadana (de 1 a 10.000 euros). Por cada euro aportado, la entidad sin ánimo de lucro contribuirá con el mismo importe.

El fondo servirá para distintos cometidos. «El primero es hacer rehabilitaciones a bajo coste pero muy efectivas. El segundo es reparar o sustituir electrodomésticos y equipamiento poco eficiente», indica Martí Solà, director general de la Fundación Naturgy. El tercero es garantizar el suministro de gas y electricidad y cumplir con la normativa: cambios de tarifas o discriminación horaria y obtención del boletín de la instalación.

Las obras son las recogidas en el estudio Re-habilitación exprés para hogares vulnerables. Soluciones de bajo coste, que incluye 76 medidas para conseguir hogares más eficientes con un coste de entre 5.000 y 7.000 euros. En el mismo estudio, de la arquitecta Margarita de Luxán, se dice que una reforma de siete medidas aumenta un 22% los días de bienestar al año que una persona puede estar en la casa sin ningún consumo de energía. Hay que tener en cuenta que «el 40% de la gente vulnerable no gasta nada en calefacción ni refrigeración», añade. Además, cuando sí hay consumo, las medidas ahorran hasta 650 euros anuales.

Las empresas del sector apoyan la idea de que no son necesarios grandes desembolsos. «Las ventanas con rotura de puente térmico y vidrio doble con cámara de aire ahorran un 30% en calefacción», indica el especialista en aislamiento Sto. «Algunas medidas no tienen coste y ahorran al año de 17 a 200 euros», dicen en Kelisto. Hay más iniciativas. La propia Naturgy y otras eléctricas como Endesa, junto con Anerr y Ecodes —esta última con el programa Ni un hogar sin energía—, impulsan la eficiencia energética para familias vulnerables. Van desde talleres formativos para el cambio de hábitos y formación de desempleados hasta el prepago de electricidad de Endesa.

Fuente: El País