Lufthansa y Norwegian se perfilan como las próximas aerolíneas de bandera que se verán beneficiadas por las ayudas estatales para combatir el parón de actividad causado por el Covid-19. El pasado fin de semana, Francia y Países Bajos anunciaron los detalles del rescate, de unos 10.000 millones de euros, de una de las mayores empresas del sector, Air France-KLM.

El Gobierno alemán se muestra abierto a seguir los mismos pasos para la mayor aerolínea germana. El ministro de Transportes, Andreas Scheuer, ha dicho este lunes que está a favor de proteger y apoyar a Lufthansa, pero ha subrayado que la aerolínea debe seguir siendo capaz de operar de forma flexible. La coalición gobernante de Alemania está dividida sobre el protagonismo del Estado en la gestión de Lufthansa a cambio de un paquete de rescate.

Por su parte, también este lunes, se ha pronunciado el ministro de economía alemán, quien ha dicho a la radio pública que el Ejecutivo aún no ha tomado una decisión y que esta llegará cuando Lufthansa formalice la petición de ayuda al Estado. «Queremos que las compañías importantes y que desempeñan un papel importante en la economía global se mantengan competitivas después de la crisis», ha revelado Altmaier.

Deutsche Lufthansa AG advirtió la semana pasada de que la liquidez caerá bruscamente si la firma, la mayor transportista europea de viajeros, no consigue acceder a las ayudas estatales, informó Bloomberg. La pandemia de coronavirus ha obligado al grupo germano a detener la mayoría de los vuelos, lo que reduce los ingresos mientras los gastos asociados a los reembolsos de billetes y las obligaciones financieras están poniendo a prueba sus reservas. Lufthansa discute un paquete de hasta 10.000 millones euros que incluye garantías, préstamos y alguna forma de capital con negociadores en Alemania, Suiza, Austria y Bélgica, según personas familiarizadas con el tema citadas por Bloomberg.

Francia anunció el fin de semana el rescate de la aerolínea Air France-KLM por medio de un paquete de ayuda masiva, dotado con unos 10.000 millones de euros, a cargo de los estados francés y holandés, ambos accionistas de la aerolínea. La intervención para salvar la compañía aérea se ha hecho inevitable ante la parálisis casi total de los vuelos. La actividad de Air France-KLM ha caído más del 95%. Cada día pierde 25 millones de euros, una sangría que, sin la intervención pública, la llevaría pronto al colapso. Ni Francia ni los Países Bajos están dispuestos a que desaparezca una empresa de esta relevancia ­estratégica.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), habla ya de 314.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros) perdidos en concepto de ingresos por pasajeros. El tirmeste actual verá esfumarse 61.000 millones de dólares, advierte IATA, a lo que se suman 25 millones de puestos de trabajo que penden de un hilo. Por estos motivos, el organismo reclama «ayuda financiera directa, préstamos y garantías de préstamos y apoyo al mercado de bonos corporativos por parte de los gobiernos o los bancos centrales, y exenciones impositivas», indica su director ejecutivo, Alexandre de Juniac, en una nota.

Norwegian propone a acreedores convertir hasta el 85% de deuda en acciones

Al igual que otras aerolíneas, Norwegian se ha visto aefctada por el cese de gran parte de la actividad, reducida ahora en gran parte del mundo a vuelos de reepatriación y de transporte de material sanitario. La aerolínea de bajo coste noruega pretende convertir hasta el 85% de la deuda de sus acreedores en acciones y lanzar una nueva emisión de títulos para poder acceder a la ayuda estatal por la crisis del coronavirus, según el plan presentado hoy por la compañía.

Norwegian propone a los titulares de obligaciones convertir el 60% de la deuda, un porcentaje que subiría al 85% para los tenedores de un préstamo convertible, de acuerdo con un comunicado enviado a la Bolsa de Oslo.

A las compañías de alquiler de aviones les pide que renuncien a un mínimo de 500 millones de dólares (462 millones de euros), a través de reducción de alquileres desde julio y que el coste hasta junio se cubra con acciones en vez de con efectivo. El objetivo es convertir hasta 1.200 millones de dólares (1.108 millones de euros) de la deuda total con arrendadores y tenedores de bonos en títulos, con lo que los actuales accionistas retendrían el 5,2 % del capital. Ese porcentaje hace referencia al capital de la compañía antes de una emisión prevista de 400 millones de coronas noruegas (35 millones de euros).

Fuente: Cinco Días