El vicepresidente de las Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Mario Armero, alerta del proceso de “desdieselización”. Y pide una “transición ordenada” y ayudas.

Pregunta. ¿Ha pillado desprevenida a la industria la caída de ventas del diésel?

Respuesta. Quizás… Es muy difícil planificar. No hubo periodo de adaptación suficiente a la nueva normativa de homologación de emisiones WTLP. Pero sí, la desdieselización ha sido más acentuada de lo esperado, más que en nuestro entorno, ha caído del 65% al 37% en cuatro años. No es una buena noticia, ya que para luchar contra cambio climático, el diésel es fundamental, porque emite menos CO2 que la gasolina.

P. ¿Peligra el empleo?

R. Las fábricas se están adaptando y estamos viendo con el Gobierno qué políticas pueden ayudar a esa transición. No podemos cuantificar el impacto en el empleo. Creemos que puede ser absorbible el impacto del paso de diésel a gasolina.

P. ¿A qué achaca esa “desdieselización” tan acelerada?

R. Hay una competencia global, bloques geográficos que quieren tener mayor penetración en el mercado del automóvil. También reconozco que el sector no ha sido capaz de comunicar que para combatir el CO2 el diésel sigue siendo importante. Pero también ha habido en los últimos tiempos en España una serie de pronunciamientos, sobre todo de Ayuntamientos y comunidades, que han causado cierta confusión o miedo a los consumidores.

“El problema no es el diésel, el problema está en los coches viejos”

P. Esos pronunciamientos se han producido en más países…

R. Discrepo. No conozco en nuestro entorno ninguna prohibición masiva, global del diésel.

P. Hay acuerdos internacionales de ciudades que se comprometen a prohibir la entrada del diésel en sus cascos en 2020 o 2025…

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R. Hay declaraciones conjuntas de Ayuntamientos. Dado que el diésel emite menos CO2, pero emite más partículas que afectan a la calidad del aire, las ciudades ponen más restricciones al diésel, pero hablamos del diésel antiguo. Un coche de hace 10 años emite lo mismo que 15 coches nuevos. Abogamos por políticas industriales para renovar el parque y sacar de la circulación coches viejos más contaminantes e inseguros. El problema no es el diésel, el problema son los coches viejos.

P. ¿La ciudadanía se puede fiar de unos fabricantes que han cometido un fraude masivo como el dieselgate?

R. No voy a negar que se han producido irregularidades y los que las han cometido hacen frente a acciones judiciales y comerciales, pero no me parece que sea masivo.

P. Fueron millones de coches…

R. Fueron millones en un contexto de cientos de millones de vehículos, pongámoslo en su justa medida.

P. Lo que ahora ocurre con el diésel, ¿ocurrirá pronto con todos los motores de combustión?

R. Estamos en una transición. Este sector va a cambiar en los próximos cinco o diez años todo: modelo de negocio, tipo de vehículos (conectados, autónomos), el coche será un servicio y no un producto… Pero necesitamos una transición ordenada, no anticipar tecnologías no desarrolladas del todo. Hace falta política.

P. ¿En concreto?

R. Un enfoque integral, no podemos ver solo el diésel. Pedimos programas de apoyo al vehículo eléctrico y alternativo. Europa está muy retrasada. No solo subvenciones, también una regulación que favorezca que haya puntos de recarga. En Europa hay 100.000. Hacen falta dos millones. Y habrá que hablar con las ciudades, con emprendedores… Por eso es importante la mesa de movilidad que quieren impulsar la ministra de Industria, Reyes Maroto, y la de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que incluya a todos los sectores implicados.

P. ¿Qué le parecen los incentivos de España al coche eléctrico frente a los de otros países?

R. Son ridículos, no hay continuidad ni uniformidad en los planes, no tenemos infraestructura de carga… Llevamos años pidiendo una política coherente, largoplacista para el vehículo eléctrico.

P. ¿Qué espera de esa mesa de la movilidad?

R. Estamos trabajando con Ribera y Maroto, por un lado, para la creación de una mesa de movilidad para que todos los agentes aporten ideas sobre cómo tiene que ser la movilidad. Otro grupo de trabajo es de apoyo a las inversiones, incentivos para producir modelos eléctricos en las fábricas españolas y para ayudar en el traslado de diésel a gasolina y cómo acompañar a la industria de componentes. Y otro grupo es para modificar la fiscalidad para hacer un nuevo impuesto verde actual.

P. ¿Hay que igualar la tributación de diésel y gasolina?

R. No. En todos los países del entorno la fiscalidad del diésel es más favorable. Queremos un enfoque integral de la fiscalidad del automóvil, que incentive la renovación del parque. ¿Por qué no un IVA reducido al coche eléctrico?

Fuente: El País