Daniel Zhang es el consejero delegado de Alibaba, la mayor empresa de comercio electrónico de China. En un año se convertirá también en su presidente, cuando el carismático fundador del grupo, Jack Ma, se retire para dedicarse a la filantropía. El relevo supondrá el paso definitivo a la primera línea de la élite empresarial china de un hombre que ha huido del protagonismo, pero al que se considera imprescindible para explicar el éxito de la empresa, actualmente la sexta más grande del mundo por valor bursátil con una facturación de alrededor de 40.000 millones de dólares anuales.
Conocido en China como Zhang Yong, el consejero delegado es a primera vista todo lo contrario que Jack Ma. Más allá de su enorme éxito empresarial, a Jack Ma se ha ganado fama de showman en su país de origen por su carácter extrovertido, sus discursos visionarios y por sus apariciones estelares en las fiestas anuales de la empresa, en las cuales ha bailado disfrazado de Michael Jackson o presentado una película de kung-fu en la que él es el protagonista. Daniel Zhang, en cambio, es una persona extremadamente comedida y que ha llevado un perfil bajo en los años al frente de la operativa de la empresa.
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Zhang, al contrario que la mayoría de los altos directivos de Alibaba, no forma parte del equipo fundador. Contable de formación, se incorporó al proyecto en 2007 como director financiero de la plataforma Taobao.com, canal de la compraventa entre pequeñas empresas y consumidores. Poco después se encargó no solamente de las finanzas, sino de la operativa de este portal y de relanzar Tmall.com, que conecta a los clientes chinos con las grandes compañías y marcas locales e internacionales. Estas páginas web son actualmente la octava y novena más visitadas del mundo respectivamente, según Alexa.
Zhang, de 46 años, fue además el ideólogo y ejecutor del Día del Soltero, convertido en el mayor festival de compras por Internet del planeta por volumen de transacciones. El éxito sucesivo de todas las ediciones de esta jornada de descuentos (se celebra desde 2009) inspirada en el Black Friday estadounidense ha sido decisiva para el crecimiento y visibilidad de la empresa. Durante estas jornadas frenéticas, mientras Jack Ma aparecía ante los medios de comunicación para hacer un discurso tan pegadizo como grandilocuente sobre el potencial del poder de compra de los consumidores chinos, un metódico Zhang explicaba los detalles de la operativa y los retos tecnológicos y logísticos que supone para Alibaba una jornada de este calibre. La última edición, por ejemplo, se saldó con transacciones por valor de unos 22.000 millones de euros en 24 horas (una cifra similar al presupuesto de la Comunidad de Madrid para este 2018), picos de hasta 250.000 operaciones por segundo y la entrega de 800 millones de paquetes.
El éxito de su apuesta le aupó hasta la dirección operativa del grupo en 2013. Mano a mano con Jack Ma fraguó la exitosa salida a Bolsa de la empresa en 2014, que se convirtió entonces en la mayor de la historia de Wall Street. En 2015, Ma le nombró consejero delegado, pese a admitir que siempre había pensado que un director financiero nunca podría ser un buen consejero delegado por su visión cortoplacista. “Su mente analítica no tiene parangón, aprecia nuestra misión y visión, acepta la responsabilidad con pasión y tiene las agallas para innovar y probar modelos comerciales creativos», escribió Ma sobre Zhang en la misiva de este lunes, en la que anunciaba su retirada el próximo año.
“Alibaba tiene una maquinaria de publicidad muy poderosa y lo más probable es que lo poco que hemos visto sobre él es lo que la empresa quiere que veamos. No parece un tipo excesivamente bueno ante los medios, pero es capaz de ver una perspectiva más amplia y a su vez piensa muchísimo cada una de sus ideas antes de proceder. Jack Ma parece haberlo tutelado durante todos estos años”, dice un empleado de medio rango de la empresa, que pidió preservar su anonimato ante la prohibición de hablar con los medios de comunicación.
En los tres años como consejero delegado, Zhang ha liderado el trasvase de todo el ecosistema de Alibaba, desde el PC hasta los soportes móviles, y apostado por la combinación entre el negocio en Internet y en las tiendas físicas. La empresa ha mostrado un crecimiento sostenido de los ingresos durante este periodo, lo que ha revalorizado las acciones en un 85%. Pero también ha arriesgado con una política de inversiones más agresiva para tratar de mantener su liderazgo no solamente en comercio electrónico, sino también en pagos por móvil. Zhang se enfrenta a un mercado cada vez más competitivo en China sin haberse hecho un hueco significativo en otros países. El futuro crecimiento de las empresas, por tanto, recaerá en el ingenio de su nuevo líder -apoyado por el enorme engranaje que deja Ma en marcha-, para que los consumidores sigan vaciando sus monederos virtuales en los portales de Alibaba.
Fuente: El País