El mercado se ha sorprendido de cómo el Ibex 35 se ha recuperado (de forma ininterrumpida) desde los niveles mínimos marcados el pasado 7 de septiembre. El selectivo no ha conocido las pérdidas en diez sesiones y ha pasado de los 9.171,20 puntos a los 9.590. Un rebote que responde a la moderación de los mismos riesgos que no hace ni un mes desataron las pérdidas. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, la crisis de los emergentes, el brexit e Italia continúan generando incertidumbre, pero los inversores han aparcado por el momento las dudas. Con todo, la mayoría de analistas mantiene la cautela y prefiere no hablar de euforia, dado que las tensiones geopolíticas persisten. Así, opinan que la racha alcista no tiene mucho más recorrido y, en el mejor de los casos, el Ibex 35 podría alcanzar los 9.900-10.000 puntos.
Victoria Torre, jefa de análisis y producto de Selbank, sostiene que el Ibex 35 “todavía está lejos de los máximos del año” y que los recientes repuntes podrían ser un rebote técnico. “El próximo hito para el Ibex sería recuperar los 10.000 puntos, pero no está tan claro que lo pueda conseguir a corto plazo”.
En la misma línea, Juan J. Fdez-Figares, de Link Securities, cree que el índice «se enfrenta a importantes resistencias en los niveles actuales que, de superarlas, podrían llevarle a los 9.900 puntos», una cota que, sin embargo, ve «complicado» que rebase, dado el contexto geopolítico actual. Además, destaca que «necesitaría el apoyo del sector bancario», algo en lo que ahora mismo no confía, «quizá más adelante». Eso sí, pone el foco en el petróleo como otro posible factor desestabilizador de los mercados si supera los 100 dólares el barril. Actualmente, el Brent ronda los 80 dólares.
Para Ramón Morell, responsable de Experiencia Trading, el ‘minirally’ podría continuar como mucho una semana más porque, a su parecer, «al final van a pesar más los riesgos a medio plazo de la guerra comercial iniciada por Trump y la liquidación de beneficios de inversores que entraron más abajo y recuperan niveles». Pronostica un primer objetivo en los 9.900 «si no hay un par de jornadas de corrección en medio».
El conflicto comercial ha subido de grados esta semana, con el anuncio de EE UU de imponer aranceles a 200.000 millones de dólares de importaciones chinas y la réplica de China de 60.000 millones. Sin embargo, los tipos aplicados han sido menores de lo previsto y los inversores se lo han tomado bien, lo que explicaría la reacción positiva de las Bolsas. No obstante, si ambos países no llegan a un acuerdo, es muy probable que las nuevas tarifas se elevan hasta el 25%, lo que sería un nuevo foco de incertidumbre.
Por otro lado, la subida de tipos del Banco de Turquía ha calmado las aguas en los emergentes. En cuanto al brexit, parece que la primera ministra británica, Theresa May, está teniendo dificultades para que se acepte su plan de salida de la UE. De hecho, en la reunión de los líderes de la UE en Salzburgo (Austria), se ha rechazado. Algunos expertos creen que los mercados han dejado de lado por el momento esta cuestión, a la espera de que se agote el tiempo de las negociaciones, pero es un riesgo que sigue ahí. Mientras, en Italia, se ha relajado el temor a que el país decida saltarse las normas fiscales europeas.
Por su parte, Sergio Ávila, de IG, recuerda que las subidas de la última semana y media han coincidido con el vencimientos de futuros y opciones trimestrales, lo que anima las compras y aumenta la volatilidad. «La semana posterior a los vencimientos de futuro en septiembre suele ser una semana negativa estadísticamente hablando. Para poder continuar con el rebote, deberíamos ver un cierre diario del Ibex por encima de los 9.668,7 puntos, en cuyo caso podría llevarnos hacia los 9.800».
Desde ActivTrades señalan que a pesar de que esta reacción alcista está siendo «bastante estable», de momento no se puede hablar de un cambio de tendencia porque apenas se han sumado 360 puntos en nueve sesiones. «Esto debe llevarnos a pensar que estamos ante una reacción alcista mientras no se demuestre lo contrario». Añade que el cambio de tendencia se daría de superar el Ibex 9.600 puntos.
En opinión del departamento de análisis de Bankinter, «las turbulencias en emergentes, las disputas comerciales y la ampliación de la prima de riesgo en Italia siguen pesando en el ánimo de los consumidores, a pesar del las continuas mejores en empleo y salarios. En cualquier caso, el deterioro es ya muy marginal y podría interpretarse como un freno en la tendencia de caída registrada durante todo el año».
Benjamin Melman, director de asignación de activos y deuda soberana de Edmond de Rothschild AM, mantiene que los últimos meses han dejado un panorama en las Bolsas algo más complicado de lo que se esperaba y «no parece que los próximos meses vayan a ser mucho más fáciles, sino todo lo contrario». Sostiene que las negociaciones del brexit seguirán acaparando la atención de los inversores conforme se acerca la fecha límite, «lo que puede inyectar más temor al mercado». Del mismo modo, «el próximo presupuesto italiano, las elecciones parlamentarias de Estados Unidos y las elecciones presidenciales brasileñas son también eventos que tienden a crear incertidumbre».
En Unicorp se muestran más optimistas. Estiman que las bolsas europeas cerrarán el ejercicio con crecimientos estables en torno al 2%, lo que unido a una magnífica evolución de los resultados empresariales, a unos tipos de interés en mínimos históricos y una inflación estable y aproximándose a los objetivos del BCE, «nos hará darnos cuenta que la corrección actual ha sido una magnífica oportunidad de compra».
También es positivo Mark Haefele, economista jefe de UBS, que indice en el informe mensual de la entidad suiza que «en un ciclo económico maduro debemos estar preparados para más volatilidad», sin embargo, opina que «las perspectivas siguen siendo positivas en líneas generales para los inversores diversificados».
Por su parte, Didier Saint-Gerorges, de Carminac, considera que las valoraciones de la renta variable europea siguen viéndose lastradas por la ralentización económica y la incertidumbre política. A su parecer, «este periodo de final de los ciclos económico, monetario y político constituye el principal riesgo para los mercados y exige una marcada asignación sectorial y geográfica, así como una rigurosa selección de valores».
Fuente: El País