
La revuelta de los chalecos amarillos en Francia, que empezó como una protesta contra la subida de los combustibles y que se ha convertido en una gran movilización contra la presidencia de Emmanuel Macron, costará al país una décima de PIB, según el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire. El fin de semana ha estado marcado por las manifestaciones masivas, durante las que la policía realizó 1.385 arrestos y 135 personas (17 de ellos miembros de las fuerzas de seguridad) resultaron heridas.
Las protestas provocaron el cierre de la mayor parte de los monumentos, museos y comercios en París, núcleo de las protestas. En ciudades como Burdeos, centros comerciales se vieron obligados a cerrar sus puertas con los clientes en el interior. De acuerdo con la patronal de la distribución, las pérdidas suman 1.000 millones de euros desde que las protestas comenzaron hace un mes. El presidente del sinditaco hotelero Synhorcat señaló, por su parte, que las rservas hoteleras en París, han bajado a la mitad sobre el año pasado.
De acuerdo con Le Maire, la pérdida estos 2.000 millones de PIB significa «menos prosperidad para los franceses», tal y como indicó en una entrevista a la emisora RTL. Le Maire insistió en que lo importante ahora es «que se pueda poner fin a esta crisis y recuperar la paz». Macron, recibe hoy a sindicatos, patronal y responsables de altas instituciones del Estado antes de dirigirse esta noche a la nación por televisión, en la que será su primera intervención pública en más de una semana para abordar las protestas de los chalecos amarillos. La ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud, descartó ayer una de las reivindicaciones más frecuentes que surgen desde ese movimiento, un incremento significativo del salario mínimo.
Fuente: Cinco Días