Las grandes empresas tributaron a un tipo efectivo sobre el resultado contable en el Impuesto de Sociedades del 6,14% en 2016, inferior al 7,54% por el que tributaron en 2015, mientras que el resto de empresas lo hicieron al 15,4% y la media del conjunto de empresas pagó al 10,18%.

Este es el tipo que pagaron teniendo en cuenta el resultado contable, pero teniendo en cuenta la base imponible los grandes grupos consolidados pagaron un 19,01%, también por debajo del 19,91% del año 2015. En el caso del resto de empresas, el tipo efectivo sobre la base imponible alcanzó el 22,6%, por lo que el conjunto empresarial español pagó un tipo efectivo sobre la base imponible en 2016 del 21,24%.

Por su parte, CEOE estima que las grandes empresas españolas pagan un tipo efectivo del 19,2% en Sociedades, en línea con la presión fiscal por este gravamen en muchos países de la UE.

A su juicio, se usa de «manera incorrecta» el tipo sobre el resultado contable para tratar de medir la presión fiscal de las empresas, ya que el Impuesto de Sociedades se paga sobre la base imponible positiva. Por lo tanto, cree que es más correcto utilizar el otro tipo efectivo sobre base imponible, es decir, aquel que recoge la relación entre cuota y base imponible.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció a principios de julio que el Gobierno pretende «rediseñar» el Impuesto de Sociedades con el fin de que el tipo efectivo de las grandes empresas se acerque al tipo nominal (25%) y fijar una tributación real mínima del 15% para los grandes conglomerados empresariales.

Montero aclaró que el Gobierno aprobará «lo antes posible» un paquete de medidas fiscales que contempla de forma «inminente» la reforma del Impuestos de Sociedades, para fijar un tipo mínimo del 15% a partir del cual no se podrán aplicar deducciones dirigido a «grandes corporaciones» y que no afectará a pequeñas y medianas empresas, y la creación del impuestos a los servicios digitales.

Según la CEOE, elevar el Impuesto sobre Sociedades sin reducir la presión fiscal total que soportan las empresas mediante la reducción de otros tributos, como las cotizaciones sociales, afectará negativamente a las empresas y podría lograrse un efecto contrario al deseado.

La recaudación subió pero fue 7.012 millones inferior a lo estimado

El informe de la AEAT muestra que los ingresos tributarios alcanzaron los 193.951 millones de euros, lo que supone un 4,1% más que el año anterior. No obstante, la recaudación fue 7.012 millones inferior a los 200.963 millones de euros estimados por el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017, que proyectaba un aumento de los ingresos del 7,9%.

Según el informe, la evolución de los ingresos estuvo condicionada por la introducción del nuevo sistema de Suministro Inmediato de Información (SII) en el IVA, ya que sin él los ingresos habrían crecido un 6,4%. Esto habría supuesto que la desviación de los ingresos con respecto a lo presupuestado habría sido del 1,4% (2.862 millones).

Asimismo, destaca que las bases imponibles de los principales impuestos crecieron en 2017 un 5,6%, tanto en las ligadas a las rentas como en las vinculadas al gasto, y se alcanzó un nivel próximo al de 2008 y al máximo de 2007.

La otra causa del crecimiento de los ingresos fue el resultado de las declaraciones anuales del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades con las que se liquidó el año 2016.

En concreto, la recaudación por IRPF creció un 6,4%, hasta los 77.038 millones de euros, por el aumento de las rentas brutas (+4,1%) y el positivo comportamiento de la cuota diferencial, si bien fue un 1,3% inferior a lo presupuestado.

Los ingresos tributarios por el Impuesto de Sociedades fueron un 6,8% superiores a los de 2016, al situarse en 23.143 millones de euros, también por debajo de los 24.399 euros previstos por el Ejecutivo en la ley de Presupuestos.

En el caso de la recaudación por IVA, ésta se elevó un 1,3%, hasta los 63.647 millones de euros, por debajo de los 67.463 millones contemplados en las cuentas públicas de 2017.

Por último, los ingresos por impuestos especiales aumentaron un 2,2%, hasta los 20.308 millones de euros, por el crecimiento de los consumos, la subida de tipos en alcohol y tabaco, y el ingreso en 2017 de los últimos devengos de 2016 en estos dos últimos impuestos.

Fuente: El Derecho