Bruselas se convirtió este miércoles en el ogro de Google. La Comisión Europa no solo multó con 4.343 millones de euros al gigante de internet, por abuso de posición dominante a través de Android, su sistema operativo para dispositivos móviles, sino que le exigió que desmantele su modelo de negocio de Android en 90 días. El organismo europeo aseguró en un comunicado que la compañía”ha impuesto restricciones ilegales a los fabricantes de dispositivos Android y operadores móviles para consolidar su posición de dominio en las búsquedas en internet”. La sanción es la mayor impuesta por la Comisión a una empresa hasta la fecha por infringir las normas de la UE.

Tras hacerse pública la multa, Google anunció a través de Twitter que recurrirá la sanción de la Comisión. La compañía aseguró a través de una nota que “Android ha creado más libertad de elección para todos, no menos”. “Un ecosistema vibrante, innovación rápida y precios más bajos son los sellos clásicos de una competencia robusta. Apelaremos a la Comisión decisión”, afirmó Mark Jansen, portavoz de la multinacional.

Bruselas ha multado a la tecnológica por obligar a los fabricantes de móviles preinstalar su buscador y su navegador Chrome como condición para otorlarles la licencia de uso de su tienda de aplicaciones (Play Store). También por exigirles que se comprometieran a no modificar Android (que es abierto) si querían utilizar las aplicaciones creadas por Google. Algo que, según la Comisión, impidió crear variantes de Android como la impulsada por Amazon. Y por haber pagado a fabricantes y a operadores de redes móviles a condición de que preinstalaran exlusivamente el buscador Google Search en sus dispositivos. La Comisión aseguró que llegaron a darse en el 80% de las ventas de aparatos con Android.

En cualquier caso, lo más grave para Google no es la multa, pues pese a lo abultada de la misma esta apenas representa algo más de dos semanas de ingresos para Alphabet, la matriz de Google, y apenas afectaría a las reservas de efectivo de la compañía de 102.00 millones de dólares, según Reuters.

El mayor temor para la compañía viene por las restricciones que le ha impuesto Bruselas en cuanto a sus prácticas “anticompetitivas” con Android. La Comisión le ha dado 90 días para que cese en las mismas, y si no lo cumple, amenaza con imponerle una multa adicional de hasta el 5% de la facturación diaria de Alphabet. La compañía aseguró ayer que estudia pedir cautelares para evitar un “daño irreversible” a su modelo de negocio.

Bruselas, por su parte, indicó que la tecnológica ya había ido suprimiendo algunas de sus prácticas «ilegales», como la citada concesión de incentivos financieros. «En 2013, después de que la Comisión empezara a examinar esta cuestión, Google fue suprimiendo gradualmente el requisito y la práctica cesó definitivamente a partir de 2014». 

El caso de Google con Android recuerda al de Microsoft con su navegador web Explorer, que también generó problemas de competencia. En 2013, Bruselas impuso una multa de 561 millones al gigante del software tras incumplir este la obligación de ofrecer navegadores alternativos al suyo.
Las restricciones podrían dañar los cimientos del imperio móvil de Google, que ahora abarca más de 2.000 millones de teléfonos móviles en todo el mundo. Y es que, Google, a través de Android, ha puesto su buscador, sus servicios Youtube y Google Maps, y su tienda de aplicaciones en manos de miles de millones de usuarios. Android corre hoy en el 80% de los smartphones del mundo, según la firma de mercado Strategy Analytics.

Frente a quienes acusan a Google de haber utilizado Android para promocionar sus servicios digitales, la firma estadounidense defiende que su plataforma móvil ha permitido a los fabricantes de terminales no tener que comprar o construir un sistema operativo, algo que se habría traducido en un abaratamiento de los dispositivos.

Igualmente, Google defiende que Android es un sistema mucho más abierto que el iOS de Apple, lo que habría impulsado la economía de las apps. El consejero delegado de Google, Sundar Pichai, lamentó hoy que la decisión de Bruselas “ignora que Android compite con el iOS de Apple” y deja fuera las opciones que su plataforma ofrece a fabricantes de teléfonos, operadores de redes móvil, a desarrolladores y consumidores.

Según Google, gracias a Android, actualmente hay más de 24.000 dispositivos de una amplia gama de precios y de más de 1.300 marcas diferentes, incluyendo los elaborados por fabricantes de móviles de Dinamarca, Finlandia, Francia, España, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Letonia, Polonia, Rumania y Suecia. “Un ecosistema de Android próspero y saludable es algo de interés general y hemos demostrado que estamos dispuestos a hacer cambios. Pero nos preocupa que la decisión de la Comisión perjudique a este equilibrio y que envíe unas señales preocupantes a favor de sistemas cerrados y privados frente a las plataformas abiertas”, añadió Pichai.

Algunos expertos, sin embargo como Geoff Blaber, vicepresidente de la firma de investigación tecnológica CCS Insight, afirmó hace unos días a Político, que “Android fue concebido por Google para promocionar sus propios servicios”. Y este miércoles indicó a Reuters que la multa de Bruselas llega entre seis y ocho años tarde, con los usuarios ya pagando el precio. Algunos expertos creen que las restricciones podrían hacer perder fuerza a Android, dando vuelo a rivales de Google, como Apple, Facebook o Amazon, que tratan de expandir rápidamente su participación en el mundo móvil a través de sus propias aplicaciones y servicios.

Impacto en una industria clave

La multa a Google por Android llega poco más de un año después de que Bruselas impusiera otra sanción a la tecnológica de 2.400 millones de euros por abusar de su dominio en el mercado de búsquedas en internet y favorecer a Google Shopping, su servicio de comparación de precios. Aunque la compañía tiene abierto un tercer expediente en Bruselas (por Adsense), el caso Android es el más importante, pues cualquier cambio forzado en este sistema operativo podría tener a lo largo de los próximos años un impacto en la industria móvil, clave para el internet del futuro. 

Bruselas relató hoy que Google entendió rápido que la transición de los PC a la internet móvil, que se inició a mediados del 2000, representaría un cambio fundamental para Google Search, de donde la firma obtiene la mayoría de sus ingresos. Por ello, en 2005 compró el desarrollador original de Android y lo ha desarrollado desde entonces.

Más allá de la tensión entre la Comisión Europea y Google, la sanción por Android podría echar más leña al fuego en la guerra comercial que enfrenta a la Administración de Donald Trump con Bruselas. El presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, se reunirá con el presidente de EE UU el próximo miércoles en un esfuerzo para evitar la penalización a las exportaciones europeas de coche.

14.000 millones de multas en cuatro años

Las multas impuestas a empresas por la comisaria europea de Competencia,
Margrethe Vestager, por abuso de posición dominante o por pactos de precios
desde que asumió el cargo en noviembre de 2014 superan los 14.000 millones
de euros, según cálculos de Europa Press en función de los datos de la
Comisión Europea.

De todas ellas, la más elevada es precisamente la sanción de 4.340 millones de euros anunciada este miércoles a Google por prácticas ilegales a través de su sistema operativo Android, que además es también la más alta entre todas las que ha impuesto la Unión Europea en su historia por violar las reglas en materia de competencia.

Esta multa ha superado en la primera posición a la sanción que Bruselas impuso también al gigante tecnológico en 2017 por abuso de posición dominante a través de su servicio de comparación de precios, Google Shopping, que ascendió a 2.420 millones de euros. Google, sin embargo, recurrió ante la Justicia europea esta decisión y ha anunciado una actuación idéntica tras la multa que afecta a Android.

El tercer caso por abuso de posición dominante bajo el mandato de Vestager es la multa de 997 millones de euros a Qualcomm por exigir exclusividad a Apple a cambio de cantidades significativas de dinero en el mercado de chips para dispositivos móviles 4G (LTE).

El cuarto caso que completa las multas por monopolio bajo el mando de Vestager es mucho menor. Se trata de la sanción de 6 millones impuesta
en septiembre de 2016 a la empresa austriaca ARA por impedir a competidores la entrada en el mercado nacional de gestión de residuos de envases.

A estas cuatro multas hay que sumar todas las sanciones que las autoridades europeas de Competencia han aprobado por pactos para fijar precios entre empresas en múltiples sectores.

Cartel de fabricantes de camiones

La cifra más elevada en este apartado corresponde a la multa de 2.930 millones a cinco fabricantes de camiones — MAN, Volvo/Renault, Daimler, Iveco y DAF –, por haber pactado los precios de venta de sus vehículos y haber repercutido en el comprador los costes de cumplir con las normas en materia de emisiones contaminantes. A esta cifra se añade la sanción de 880 millones a Scania por haber participado en el mismo cártel.

La siguiente multa más alta es la de 776 millones de euros a once compañías aéreas por haber participado en un cártel en el mercado de servicios de transporte aéreo que había afectado a vuelos realizados dentro del Espacio Económico Europeo. Esta sanción había sido impuesta en 2010, pero Bruselas la fijó de nuevo en 2017 tras haber sido anulada en un principio por la Justicia europea por motivos de procedimiento.

Otro caso de gran calibre es la sanción de 485 millones en diciembre de 2012 a los bancos Crédit Agricole, HSBC y JPMorgan, por participar en un acuerdo ilegal para influir en los precios de productos derivados de tipos de interés de referencia como el Euríbor.

La siguiente sanción más elevada es la multa de 395 millones aprobada en febrero de este año a cuatro empresas de transporte marítimo de coches
nuevos, camiones y otros vehículos pesados por «coordinar precios, repartirse
la clientela e intercambiar información comercial sensible sobre precios». Bruselas exigió el mismo día 76 millones a Bosch y NGK y otros 75 millones a Bosch y Continental por participar en otros dos cárteles.

Tras ellas se encuentran las multas anunciadas en marzo de este año a ocho compañías japonesas por pactar precios en el mercado de condensadores de aluminio y tántalo durante catorce años, que en conjunto ascienden a 254 millones de euros.

Por debajo de los 200 millones

Sony, Panasonic y Sanyo protagonizan la siguiente sanción más elevada (166 millones) por pactar precios e intercambiar información sensible, en este caso sobre baterías de ion de litio recargables que producían y que se utilizan habitualmente en teléfonos móviles y ordenadores.

Muy cerca se sitúa la multa de 155 millones impuesta en marzo de 2017 a seis fabricantes de componentes para vehículos por coordinar precios e intercambiar información sensible en el mercado provisión de sistemas de control de climatización y de refrigeración de motores.

Dos años antes, la Comisión Europea había anunciado una sanción de casi 138 millones a Melco (Mitsubishi Electric) e Hitachi por haber participado en un cártel con una tercera marca japonesa, Denso, para pactar precios y repartirse el mercado de los alternadores y los motores de arranque.

A finales de octubre de 2015, cuando Vestager estaba a punto de cumplir un año en la cartera de Competencia, Bruselas aprobó una multa de 116 millones a ocho empresas, entre ellas Toshiba, LG y Sony, por formar un cártel en el sector de los lectores de disco óptico con los que se leen o graban datos en CD, DVD y Blu-ray.

Unos meses antes, la Comisión había anunciado una multa también de 116 millones a ocho fabricantes de bandejas de envasado para alimentos al por menor por haber participado en al menos uno de los cinco cárteles que había pactado entre ellos.

Ya por debajo de los 100 millones está la sanción a tres empresas del sector del reciclado de baterías para coches (68 millones), a dos operadores de trenes de mercancías (49 millones), a cinco fabricantes de dispositivos de seguridad para vehículos (34 millones), a dos fabricantes de sistemas de iluminación de vehículos (27 millones) y a cinco fabricantes de sobres (19,4 millones).

Otras multas, en este caso individuales, son los 68 millones de euros al fabricante alemán de piezas de coche Eberspächer, los 6 millones al grupo italiano Pometon y los 5,2 millones a la compañía española de hortalizas frescas y en conserva Riberebro.

Fuente: Cinco Días