El Consejo de Administración de CNN, sociedad propietaria de La Naval de Sestao (Bizkaia), controlado por Astilleros Murueta e Ingeteam, ha tirado la toalla. Este lunes ha dado luz verde a solicitar al Juzgado la apertura de la fase de liquidación de la empresa. Van a seguir negociando con el armador Van Oord las condiciones que este demanda para la construcción de la draga ‘Alexia’, pero la situación ya es crítica. Van Oord reclama un inversor que soporte la responsabilidad del astillero en caso de incumplimiento. La firma emplea a 180 trabajadores directos y a más de 2000 indirectos cuando la producción está a pleno rendimiento.

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La salida del cablero ‘Living Stone’ y de la draga de succión ‘Vox Amalia’ se sumó a las pérdidas de más de 150 millones acumuladas en los últimos años creando una situación difícilmente sostenible que se materializó el pasado octubre. La firma presentó ese mes ante la jurisdicción mercantil de Bilbao la solicitud de apertura del procedimiento concursal del astillero. La decisión había sido aprobada por sus accionistas en junta extraordinaria el pasado 30 de agosto

La entrada en la fase de liquidación todavía puede demorarse, y es reversible si las partes llegan a un acuerdo. Sí parece que acaba de cerrar definitivamente la puerta a que el Gobierno vasco tome una participación. El pasado octubre la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, se mostró dispuesta a ello, pero siempre que el concurso de acreedores concluyera con el mantenimiento de la sociedad.

La dirección de La Naval ha tomado esta decisión al haber vencido ya los plazos legales para la presentación de un convenio de acreedores, y tras varios meses de negociación con el armador Van Oord y los bancos implicados en el proyecto de construcción del buque Vox Alexia. La dirección del astillero se lo ha comunicado este lunes a los sindicatos. El comité de empresa se reunirá en breve con el Gobierno vasco y con el delegado del Gobierno en el País Vasco. Los sindicatos acusan a la dirección de la firma de una mala gestión, al facturar a precios muy inferiores a los costes reales. El Voz Alexia, es el último clavo al que La Naval se puede aferrar. El penúltimo fue Manuel del Dago, quien iba a acudir con 40 millones a una ampliación de capital que nunca se produjo.

Fuente: El País