El turismo sigue dando síntomas de enfriamiento. Si en los siete primeros meses del año, la llegada de turistas se estancó y tan solo creció un 0,3%, con una caída de casi medio millón de viajeros solo en julio, los datos de ocupación hotelera en agosto avanzan que las cifras de entrada correspondientes a ese mes seguirán esa tendencia negativa. El mes más importante de la temporada turística en España se produjeron 46,3 millones de pernoctaciones, lo que supuso una caída del 0,6% respecto al mismo mes de 2017. Es la primera vez desde 2012 que cae la ocupación hotelera en un mes de agosto, según los datos del INE.
El descenso en las pernoctaciones obedeció en exclusiva al deterioro del turismo extranjero, con un ajuste del 2,5%, mientras que las estancias de viajeros nacionales, por el contrario, crecieron a un ritmo del 2,87%. Tanto la caída de llegadas como la de pernoctaciones responde al trasvase de viajeros de los tres mayores mercados emisores (Reino Unido, Alemania y Francia) hacia otros destinos más baratos. España se ha beneficiado de los conflictos sociales, la inseguridad y los atentados terroristas en enclaves competidores de turistas de sol y playa como Egipto, Túnez o Turquía desde 2011. Y eso le ha llevado a ganar 30 millones de viajeros entre 2012 y 2017, lo que representa un ritmo de cinco millones al año. Ese crecimiento fue aprovechado por los empresarios hoteleros para recuperar los niveles de precios y rentabilidades perdidos durante la crisis. Los datos de la consultora STR, especializada en el sector hotelero y que analiza 58.000 establecimientos en todo el mundo, reflejan que la subida de tarifas ha sido constante desde que estalló la crisis en 2008 y ha sido exponencial en los dos últimos años. El precio medio de una habitación de hotel a finales de 2017 fue de 114 euros frente a los 93,6 euros de 2008, lo que representa un crecimiento acumulado del 21,7%. Frente a ese crecimiento, los precios medios en Turquía cayeron un 43,9% y apenas subieron un 8,6% en Egipto o un 6,6% en Túnez. El precio de una habitación de hotel en España este verano ha duplicado a otra de similares características en Turquía.
A ese efecto llamada han respondido los tres mayores mercados emisores de viajeros de España (Reino Unido, Alemania y Francia), de donde proceden la mitad de los turistas en España. Entre enero y julio han llegado 800.000 viajeros menos de esos tres países, de los que más de la mitad son alemanes. Entre enero y agosto se han producido 1,6 millones de pernoctaciones menos, de las que la mayoría corresponde al mercado alemán.
Pese a esos malos datos, Gobierno y empresarios rechazan las visiones catastrofistas sobre la evolución del sector y consideran que lo acontecido en agosto era lo previsible. José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, el lobby que representa a 21 de las más empresas más importantes, entre las que se encuentran Amadeus, Globalia, Iberostar, Iberia, Meliá, NH o RiU, destacó que los últimos datos no representan en ningún caso el derrumbe de la actividad. “Significa simplemente que crecerá a tasas más moderadas tras encadenar varios años creciendo a doble dígito”, apuntó durante la presentación de un informe sobre Turismo y Economía en el Consejo General de Economistas. “La buena noticia es que el ingreso medio por turista crece. Ese es el camino que hay que coger para el futuro. No hay que caer en triunfalismos de llegar a máximos de turistas sino aspirar a alcanzar máximos de gasto por turista”, recalcó durante su intervención.
El Ejecutivo se propone romper la estacionalidad y elevar la estancia media
En esa misma línea, la Secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, hizo una defensa encendida del turismo como la primera industria española. “España cerró 2017 como el segundo destino del mundo y en los ochos primeros meses de 2018 se ha producido una desaceleración. En ese escenario queremos darle mucho más valor al gasto por turista que a las llegadas. No caben lecturas catastrofistas, era algo esperado y no sería muy deseable que continuara esa tendencia. Ahora vamos a trabajar para generar una oferta de calidad que de réditos en el futuro”. La hoja de ruta de Oliver pasa por dos objetivos: alargar la estancia media y mejorar la oferta para atraer turistas de mayor poder adquisitivo. “El objetivo es que el gasto crezca más que las llegadas”, recalcó. Y para ello el objetivo pasa por incrementar la promoción en mercados con elevado poder adquisitivo, pero que tienen una participación minoritaria en el volumen total de turistas recibidos. El gasto medio diario por viajero en España se sitúa en 137 euros, con fuertes diferencias por mercados emisores. El desembolso de un turista alemán se sitúa en 124 euros, el de un británico en 120 y el de un francés en 87 euros. Entre los tres suman más de la mitad de las llegadas.
En el otro lado aparecen países como Filipinas, con un gasto medio diario de 597 euros, más de cuatro veces más que la media, o Japón, con 409 euros. En 2017, los destinos españoles recibieron apenas 54.398 viajeros, lo que supone apenas un 0,06% del total. En el caso de Japón, la cifra es más elevada (444.518), pero apenas supone el 0,5% del total de viajeros.
Fuente: Cinco Días