El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revisado al alza el crecimiento de la economía española en 2018. En lugar del 2,5% inicialmente estimado, el organismo ha calculado que el Producto Interior Bruto (PIB) avanzó un 2,6%, una décima más. Sin embargo, la composición de la segunda mitad del año empeora. En vez de los crecimientos trimestrales del 0,6% y el 0,7% que se dieron respectivamente en el tercer y el cuarto trimestre, ahora se anota un 0,5% y un 0,6%. Es decir, en la primera mitad del año la economía creció más de lo que se estimó en un principio. Y en la segunda mitad se está produciendo una desaceleración de la actividad algo más pronunciada de lo que se esperaba, tal y como ya vaticinó el Banco de España.
Esto ocurre fundamentalmente por un peor comportamiento de las exportaciones y un menor gasto público respecto al que se detectó en un primer momento. Destaca la caída de la inversión en el último trimestre, que retrocedió un 0,2% trimestral. Solo la de bienes de equipo y maquinaria se desplomó un 2,7% entre octubre y diciembre. Íntimamente relacionado con estos datos, la industria se hundió un 1% en el cuarto trimestre y un 0,3% en el segundo. La ralentización global del comercio y las dificultades de la industria alemana están claramente afectando a la marcha de la economía española.
Como nota positiva, la inversión en vivienda tiró mucho más de lo que adelantó el INE. Se disparó un 1,3% en el último trimestre de 2018 frente al leve incremento del 0,1% apuntado inicialmente.
Fuente: El País