BP está aguantando el tirón. Hoy en día, los inversores en petróleo son escépticos acerca de los acuerdos que duplican el coste de los hidrocarburos. La adquisición de los activos de esquisto –un tipo de combustible– estadounidense de BHP valorados en 10.500 millones de dólares por parte de la mayor petrolera de Reino Unido, anunciada el pasado viernes, roza esa problemática, pero aún merece la pena.

A simple vista, BP lo está pagando. El precio está por encima de un rango de entre 8.000 millones a 10.000 millones de dólares en el que los analistas tenían estimados los activos de las cuencas de tierra pérmica de Eagle Ford y Haynesville, en Texas. Y el valor implícito del terreno es de alrededor de 66.000 dólares por hectárea, por encima del promedio de 54.000 dólares de las últimas transacciones de tierra pérmica, según los cálculos de la firma Raymond James.

Los inversores de BP tienen otras dos razones para sentirse optimistas. En primer lugar, la compañía ha estado subexpuesta al mercado más convulso del mundo desde la venta de sus activos de esquisto en EE UU en 2010. Añadir unos 190.000 barriles de petróleo por día a la producción puede parecer ínfimo en comparación con la producción anual de 2017, de 3.600 millones de barriles por día.

Pero los ciclos de producción de esquisto son mucho más cortos que los de los proyectos petroleros tradicionales, por lo que es más probable que estos activos sean explotados antes de que la demanda de petróleo llegue a su máximo.En segundo lugar, el balance de BP es lo suficientemente saludable como para soportar la tensión. Si bien utilizará sus reservas de efectivo para pagar la mitad de los 10.500 millones de dólares, podría generar 5.000 millones tanto en 2019 como en 2020 después de contabilizar los gastos de capital y los dividendos, según las estimaciones de los analistas de Jefferies. Un aumento de capital pagaría el resto, pero sería neutralizado por una recompra, financiada mediante la venta de activos.

Los inversores de BP son conscientes de que BHP gastó 30.000 millones de dólares tratando de aprovechar al máximo los activos antes del acuerdo, y tuvo que tragarse una amortización final de 2.800 millones el pasado viernes. Sin embargo, la lógica detrás del acuerdo de la petrolera es sólida.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Daniel Domínguez, es responsabilidad de CincoDías.

Fuente: Cinco Días