Por sus teléfonos pasan las llamadas de atención al usuario del 012 del Gobierno de Canarias, Binter, Canary Fly, Hospitales San Roque o incluso contra el acoso escolar. Pero Contactel es mucho más que un call center. Hace casi 20 años nació la empresa para cubrir el vacío que existía en Canarias en el campo de las tecnologías de la información y las comunicaciones.

En la actualidad, tiene 900 empleados, es líder en su sector y la única con ADN canario, sus competidores son grandes multinacionales. Liderando este proyecto, y con poca visibilidad por voluntad propia (esta entrevista es casi una excepción), está Juan Ramírez Said. Nieto de palestino, padre de dos hijos y casado con una mujer que le animó en 1999 a que abandonara lo público y apostase por emprender en un terreno casi desconocido en el archipiélago.

Ha pasado casi dos décadas al frente de Contactel y cuenta con una extensa carrera previa en consultoras internacionales y empresas públicas. ¿Cómo ha evolucionado Canarias en el sector de la tecnología?

En el ámbito de desarrollo de proyectos tecnológicos tenemos el mismo hándicap que cualquier asunto en Canarias: los 2.000 kilómetros que nos separan de nuestro continente. Desde la explosión de las nuevas tecnologías (que ya son viejas) hace 20 años, es ahora, en los últimos dos años, cuando empezamos a ver que empresas localizadas en las Islas pueden prestar buenos servicios a empresas localizadas en cualquier parte del mundo. Nosotros junto a Inerza, acabamos de ganar un concurso del Instituto de Ciberseguridad en León y desde aquí les prestamos el servicio a nivel nacional

Canarias ha de ser un verdadero ‘hub’, conseguir la Quinta Libertad del aire y transitar a la Industria del Conocimiento

Otros sectores del archipiélago denuncian que carecen del personal cualificado. ¿Ocurre lo mismo en este?

Yo corrí delante de la policía en las manifestaciones para que se creara la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, no le quitemos valor. Pero es cierto que ambas universidades deben modernizarse. Las carreras técnicas no son malas, son capaces de dar futuros profesionales. Tenemos las mejores condiciones del mundo para atraer conocimiento, más de 300 días de sol, playas increíbles, un atractivo para nómadas digitales que vienen a enriquecernos y a formar a los que vienen detrás. La gran apuesta de Canarias es convertirse en el Silicon Valley de Europa.

¿Está preparada Canarias para esta revolución tecnológica?

Si, como cualquier otra. Pero además, la idiosincrasia de nuestras Islas hace que tengamos mejor predisposición porque estamos invadidos por terceros, por 16 millones de turistas que nos han ido enriqueciendo. Debe haber una apuesta seria y sólida por parte de las Administraciones Públicas para crear espacios físicos, jurídicos, de apoyo a emprendedores, etc. Pero que no vuelvan a cometer el error de reducirlo a querer traer a un grande como IBM y que monte aquí un chiringuito. Eso ya no va de eso, ahora debemos pensar que dos señores en un garaje fueron capaces de crear la empresa de mayor capitalización.

¿Qué cree usted que debe hacerse en este sentido?

Desde las universidades hay que dinamizar la emprendeduría y establecer convenios de trabajo con las empresas privadas. Hay que meter dinero en investigación. Esto no va de rojos o azules, va de lo que tenemos que hacer sin desarmar lo que tenemos y seguir avanzando. Si no invertimos… ¡adiós!

Y siguiendo con este tema, ¿debería incluirse en los planes de estudio términos como el big data, la inteligencia artificial o el blockchain?

Por supuesto. Antes los que estudiaban matemáticas eran unos pirados y aspiraban a dar clase en un instituto, hoy esos señores son los más cotizados. Los estamos buscando debajo de las piedras. Las carreras técnicas van a representar más del 70% de los nuevos puestos de trabajo de los próximos 10 años. La tecnología se ha metido, literalmente, hasta en la cocina.

Juan Ramírez Said junto a Guillermo Cedrés, director de RRHH, y Cristina García, responsable de Operaciones de Gran Canaria, en las instalaciones de Contactel en Telde Juan Ramírez Said junto a Guillermo Cedrés, director de RRHH, y Cristina García, responsable de Operaciones de Gran Canaria, en las instalaciones de Contactel en Telde

¿En qué medida puede afectar esta revolución tecnológica a la escasa diversificación de la economía canaria, monopolizada hasta ahora por el turismo?

Es prácticamente imposible pensar que haya algún sector que le haga sombra al turismo, pero es cierto que hay dos estrategias que habría que poner en marcha para permitir cierta diversificación. Por un lado, convertir a Canarias en un verdadero hub y conseguir la Quinta Libertad del aire (ser plataforma de trasbordo entre un estado y otro, entre América, África y Europa) para los aeropuertos, como ya ocurre con Miami o Singapur.

Y por otro lado, ir a la industria del conocimiento, constituirnos como Silicon Valley. No tener aquí los almacenes, pero sí la logística, la gestión. Hay que crear el espacio de seguridad.

¿Cree que Gran Canaria está perdiendo competitividad frente a Tenerife?

Sí [rotundo], sin duda. Está fallando estrepitosamente una estructura fundamental que es el Cabildo de Gran Canaria. Desgraciadamente es una institución obsoleta. Mientras el Cabildo de Tenerife hace auténticas virguerías, nos dan 30.00 vueltas, tienen una visión de isla en su conjunto, son mucho más dinámicos.

Hemos pasado a ser la cuarta isla por producto interior bruto cuando esta isla debería ser el motor económico de todo el archipiélago. Casi es preferible que no hubiera Cabildo.

Fuente: Cinco Días