Mientras usted se toma el café en su casa o en la barra de un bar, Europa se encuentra en un momento clave de su existencia. Quizás algo más que clave.

Estará harto de oír palabras como inteligencia artificial, nube, big data o 5G. Algunas están en pañales, otras son negocios consolidados. Pero todas van a marcar nuestra vida de aquí a unos años. En la fraccionada Europa, los datos que regalamos a empresas de EE UU los alojamos también en nubes de EE UU. Paralelamente, estamos desplegando, como todos, nuestras redes 5G. Redes que compramos a los chinos.

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Respecto a la IA, la cosa no mejora. Quien tiene las bases de datos más grandes, tiene el mejor sustrato para entrenar sus sistemas. China parte con la ventaja de sus 1.386 millones de habitantes y de su laxa legislación de privacidad. En EE UU solo viven 327 millones de personas pero, a cambio, tienen a Google, Facebook o Amazon.

Tenemos un problema. Y uno de los principales deberes de la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, será adaptar las estructuras europeas para convertir a 28 Gobiernos lentos a la hora de acometer la modernización en una sola estructura innovadora para hacer frente a una realidad que en poco tiempo hará obsoletas tantas banderas sueltas.

Fuente: El País