Cuando Dante llega a las puertas del infierno siguiendo a Virgilio en La Divina Comedia, encuentra una inscripción en lo alto: «Por mí se va, a la ciudad doliente; por mí se va, al eternal tormento; por mí se va, tras la maldita gente […]. ¡Oh, los que entráis aquí, dejad toda esperanza!». En la puerta del internet oscuro –darknet o dark web– podrían colgar una placa parecida.

De acuerdo con el informe sobre la amenaza del crimen organizado (IOCTA 2019) que elabora anualmente la Europol, en las profundidades menos accesibles de la red se comercia con todo lo malo: drogas, armas, explosivos, datos y tarjetas de crédito robadas, software malicioso, productos y divisas de contrabando y documentos falsificados. Y, sin embargo, no es crimen todo lo que reluce en el lado oscuro de internet. También hay clubes de lectura, ajedrez y, cómo no, gatitos.

Empecemos por distinguir churras y merinas. Cuando hablamos de internet oscuro, nos referimos a una parte de internet a la cual no se puede acceder a través de los medios habituales, este espacio se construye deliberadamente al margen de la web tal y como la conocemos y exige el uso de navegadores como Tor. El internet profundo (deep web) es todo aquel que, mal y pronto, no sale en Google. Son sitios web que no están indexados por motores de búsqueda, páginas que exigen contraseña (como tu correo electrónico), intranets de empresas, registros médicos, documentos legales… En este sentido, todo lo que vemos en Google, en la superficie de la web, sería un 4% del iceberg. La deep web supone un 90% y la dark web constituye el 6% restante.

  • ¿Qué se te ha perdido a ti ahí abajo?

«Lo que permite la darknet es un internet con privacidad», resume Víctor García Font, profesor de los Estudios de Informática Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya. En un país donde las libertadas están limitadas, el internet oscuro es un medio de expresión y acceso a informaciones que en otros espacios estarían vetados o supondrían un riesgo inasumible. «En España no estamos preocupados por eso porque hay ciertas libertades. La gente puede visitar páginas de partidos políticos o compartir sus opiniones en las redes sociales. Y, aparte de que te insulten en Twitter, pues no hay muchas consecuencias. En países como Irán o muchos otros, esto es un problema», explica García. Por supuesto, en tales lugares, lo que aquí asumimos como un derecho legítimo entra dentro de la ilegalidad. 

Si tienes la suerte de no necesitar la dark web para esconderte de un gobierno opresivo y muestras un saludable poco interés en el mercado negro de todo lo ilegal, pero te apetece ser aún más invisible o sencillamente hacer turismo, lo que necesitas es Tor.

Este navegador es la opción más sencilla para aventurarte a navegar las aguas que no surca Google Chrome (o cualquier navegador al uso). The Onion Router –el enrutador cebolla– es la versión extendida de su nombre y su inspiración vegetal es una metáfora de su funcionamiento, basado en una red de servidores que añaden sucesivas capas de encriptación a la información que circula por ellos. De ahí la cebolla… Y el anonimato.

Funcionamiento de Tor
  • Cómo evitar riesgos

«Tienes que tener en cuenta, más o menos, lo mismo que cuando navegas de forma convencional por internet», advierte García Font. La primera regla del internet oscuro es sencilla: no hagas nada que no harías en el internet superficial. Además, a tu habitual cautela deberías añadir un toque de desconfianza extra: ni se te ocurra hacer pagos en estas aguas. Y si vas a hacerlo, necesitas precauciones adicionales y más comprometidas que no abordaremos en esta visita turística.

Primera parada: esta misma web. Si copias el enlace de este artículo y lo abres en Tor, verás exactamente lo mismo. Ni siquiera estás en la darknet. La diferencia es que tu proveedor de servicios de internet no sabe lo que estás viendo, porque tu petición está enmascarada por la susodicha cebolla de encriptación.

Si esto te sabe a poco y quieres bucear un poco más, hay algunas páginas que puedes probar sin grandes riesgos. «Si quieres acceder a un sitio de venta de malware, tienes bastantes números para acabar infectado con malware«, recuerda el profesor de la UOC.

  • El New York Times oscuro

Hace ya un par de años que el New York Times abrió un túnel a sus contenidos para usuarios de Tor (https://www.nytimes3xbfgragh.onion/). «Algunos lectores eligen utilizar Tor para acceder a nuestro periodismo porque están técnicamente bloqueados para acceder a nuestra web, porque se preocupan por el monitoreo de redes locales, porque se preocupan por su privacidad, o simplemente porque es el método que prefieren», explicaban en el momento del lanzamiento. 

Hablando de túneles, otra web que puedes encontrar aquí abajo es ITT Underground, «una expedición a las áreas subterráneas prohibidas» del Instituto de Tecnología de Illinois (http://62gs2n5ydnyffzfy.onion/). ¿Por qué? La respuesta es la misma que explica los desvaríos que también brotan en la superficie de la red: ¿Por qué no?

  • Más cosas legales que hacer en la darknet

En general, cuanto menos merodees mejor, pero hay algunos servicios que pueden ayudarte a no meterte en territorios peligrosos. Uno de ellos es Hidden Wiki. En este directorio encontrarás un listado de páginas con una breve descripción de los contenidos de cada una. «Muchas páginas de Hidden Wiki ofrecen enlaces a sitios que no querrías visitar. La mejor manera de lidiar con esto es limitarte a las categorías que están relativamente libres de riesgos», advierten en VPN Overview. Por ejemplo, en lugar de entrar a Guns Dark Market a comprar pistolas, rifles de asalto y lanzagranadas, puedes escuchar la radio en Deep Web Radio.

En VPN Overview recomiendan además otros oscuros sitios -que parecen temporalmente inactivos-, como Bibliomaniac, un club de lectura en el que no estarás haciendo nada ilegal, a menos que te dediques a descargar alguno de los libros pirateados que pueden aparecer en su catálogo. Si lo tuyo es el ajedrez, ve a The Chess a enfrentarte con desconocidos. Y si echas de menos el internet de toda la vida, un mar de gatitos te espera en Tor Kittenz.

Un Tor que no ofenda

METODE es uno de los proyectos del grupo de investigación de García Font en la UOC. Su objetivo es desarrollar herramientas como Tor, pero en las que se pueda frenar la proliferación de contenidos ilegales u ofensivos. «La idea es usar blockchain para crear identidades descentralizadas», señala.

A esto se suma la posibilidad de revocar el anonimato de ciertos usuarios, en concreto, aquellos que han violado las normas establecidas por el resto de los integrantes de la red. «Si un usuario publica algo que va contra las normas del grupo, los demás pueden cooperar para desanonimizarle».

Fuente: El País