El mayorista turístico británico Thomas Cook ha acusado en sus cuentas la ola de calor de este verano en Europa. La empresa ha publicado una nota (una especie de profit warning, un aviso a los inversores sobre cambios en los resultados) en la que rebaja sus previsiones, informando de que el prolongado periodo de calor registrado este verano en buena parte del continente europeo hizo que muchos clientes se quedase en casa en junio y julio y que aplazasen la reserva de sus vacaciones en el extranjero, contratándolas a última hora (agosto y septiembre) con descuento. Por ello, esperan a final de año un beneficio de 280 millones de libras (312 millones de euros) un 13% por debajo de lo pronosticado a finales de julio, que ya fue una revisión a la baja). La empresa está sufriendo un fuerte varapalo en la Bolsa de Londres, donde cae más de un 20%.

Las inusuales altas temperaturas registradas en Europa este verano ya se notaron en las cifras de turistas llegados a España en julio, lastradas también por la recuperación de destinos como Turquía, Túnez o Egipto.

«El verano de 2018 ha sido el de la vuelta a la popularidad de destinos como Turquía y Túnez. Sin embargo, también ha estado marcado por un periodo prolongado de calor en Europa. Esto significa que muchos clientes pasasen junio y julio disfrutando del sol en casa y aplazasen sus vacaciones en el extrnajero, lo que ha llevado a una competencia aún más dura y a niveles por encima de lo habitual de descuentos en los mercados de última hora de agosto y septiembre», dice Peter Fankauser, consejero delegado de Thomas Cook, en la nota, en la que añade: «Nuestro desempleño comercial reciente es claramente decepcionante».

Según los datos publicados por la empresa, durante el periodo veraniego han vendido el 90% de lo previsto para el verano, más o menos como el año pasado. Sin embargo, los ingresos han caído un 5% debido a que ha registrado un porcentaje mayor de vuelos de corto y medio radio, más baratos. La ola de calor se notó especialmente en el negocio de turoperaciones, que tuvo que afrontar un «altamente competitivo entorno comercial en el mercado de última hora, como consecuencia del prolongado periodo de calor en Europa este verano». Debido a ello, las reservas apenas aumentaron un 1%, con un crecimiento del 3% en precios.

Thomas Cook ha sentido especialmente esas condiciones en el mercado británico. Con precios un 7% mayores que el verano de 2017, las reservas se quedaron en el mismo nivel del año pasado. Admite el mayorista una desaceleración de las reservas en los tres meses de verano, lo que provocó que se recurriese más a los descuentos. «Esto ha exacerbado la presión sobre los márgenes», explica la empresa. En el mercado del Norte de Europa, señala Thomas Cook que el aumento del 4% en las reservas «a expensas del precio», con un magro aumento del 2%, dos puntos menos de lo anunciado en las últimas previsiones. El mercado de Europa Continental ha tenido un comportamiento parecido, «con un aumento de reservas en las últimas semanas impulsado por precios más bajos».

Tampoco de cara al invierno las previsiones son demasiado halagüeñas. Thomas Cook explica que por el momento tiene vendido el 43% de su programa, un 2% menos que el año pasado. En este caso, son los mercados nórdico y continental los que lastran las ventas, también debido a la ola de calor, apunta el turoperador, que ha decidido recortar un 5% las plazas para el mercado nórdico.

Como consecuencia de todo lo anterior, Thomas Cook revisa a la baja sus previsiones de resultados. Ahora esperan un beneficio operativo de 280 millones de libras (312 millones de euros), una rebaja «en la que el principal elemento es la floja actividad comercial». Admite además que el cálido verano se va a seguir notando en las ventas de cara al invierno.

Fuente: El País