El Ministerio de Trabajo ha buscado que se enfríen los ánimos antes de volver a sentar en la misma mesa, al mediodía de mañana, a la dirección de Ryanair y a los sindicatos USO y Sitcpla, representantes de los 1.800 tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) de la low cost con base en España. Se busca evitar una huelga.

El intento de mediación del pasado día 18, por parte de la Dirección General de Trabajo, no fructificó y se trata de un último intento de evitar la huelga fijada para el miércoles y el jueves. Unos paros que coinciden con los convocados por los TCP de Ryanair en Bélgica, Portugal e Italia, y que en el caso de España han motivado la cancelación de 400 vuelos. La cifra de afectados podría ascender a los 75.000 viajeros solo en este país.

El contexto que rodea a la mediación del Gobierno sigue siendo de total enfrentamiento. Ryanair ha presentado los resultados de su primer trimestre fiscal, oportunidad aprovechada por su primer ejecutivo, Michael O’Leary, para advertir que las huelgas podrían motivar la reducción del calendario de vuelos para la temporada de invierno y una recolocación de la flota en los países afectados por conflictos laborales, lo que derivaría en pérdida de empleo. Una hipótesis de recorte de producción que los sindicatos, así como el propio Gobierno de Pedro Sánchez, han visto hasta ahora poco probable en el caso del mercado español, al resultar clave para la mayor aerolínea de bajo coste de Europa.

Desde USO se ha criticado la nula disposición de Ryanair a negociar una vez que O’Leary ha asegurado que la empresa no cederá ante demandas que “pongan en riesgo el modelo de negocio»

No por ello las palabras del ejecutivo irlandés han dejado de escucharse como una clara amenaza a oídos de los sindicatos. Desde USO se ha criticado la nula disposición de Ryanair a negociar tras presenciar como O’Leary aseguraba que la empresa no cederá ante demandas que “pongan en riesgo el modelo de negocio basado en precios bajos y alta eficiencia”.

De hecho, O’Leary avanzó a inversores y analistas que su aerolínea prevé nuevas movilizaciones a lo largo del verano por parte de los pilotos en Irlanda y, probablemente, en Alemania y Portugal. En el caso de España, tal y como avanzó CincoDías, el sindicato de pilotos Sepla ha optado por demandar a la compañía ante la Audiencia Nacional. Este colectivo, al igual que el de TCPs, reclama contratos bajo legislación laboral española y el reconocimiento como interlocutores por parte de Ryanair.

“Estas desafortunadas declaraciones [de O’Leary]vienen a mostrar nuevamente la nula disposición de Ryanair a negociar un acuerdo en España, similar al alcanzado con el sindicato Ver.di en Alemania la semana pasada”, señaló ayer Ernesto Iglesias, responsable de Vuelo de USO Sector Aéreo, “si se llega a la huelga, es únicamente responsabilidad de la compañía, por su inmovilismo que deja en tierra a miles de pasajeros en toda Europa con tal de no ceder en algo a lo que sí ha cedido en Alemania”.

Ryanair ha visto caer un 20% su beneficio en el primer trimestre fiscal, hasta los 319 millones de euros, pese a elevar un 9% sus ingresos, que marcaron 2.079 millones entre abril y junio.

Fuente: Cinco Días