Íñigo de la Serna comenzó el año como figura emergente del Gobierno y del Partido Popular, cuando se especulaba ya con la búsqueda de sucesor para Mariano Rajoy, y llegó al verano cediendo la cartera de Ministro de Fomento al socialista José Luis Ábalos y con serias dudas sobre su futuro como notable en el partido. El exministro y exalcalde de Santander, que sopesó presentarse a las recientes primarias y decidió expresar su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría, ha anunciado hoy que deja la política para pasar al sector privado.

Era de los pocos del anterior Ejecutivo que se había quedado fuera del Congreso, al carecer de acta de Diputado, y aunque muchos apostaban por él como cabeza de cartel de los populares a las próximas elecciones al Gobierno de Cantabria, en 2019, la decisión por el momento es apartarse de la política activa, según ha expresado en una entrevista concedida a El Diario Montañés.

De la Serna no ha aceptado la invitación del nuevo hombre fuerte del PP, Pablo Casado, para integrarse en la ejecutiva con un papel de segunda o tercera fila. Dice mantener su lealtad a la exvicepresidenta y tener buena relación con el propio Casado, pero argumenta que no es partidario de «acuerdos individuales» y sí de una «negociación global para la integración de candidaturas«.

«Como dice Mariano Rajoy, me aparato, pero no me voy. Soy del partido y lo seguiré siendo», ha declarado el exmiistro, que se abre a participar en las autonómicas cántabras

En el tanteo de oportunidades en el mundo de la empresa, este ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de 45 años de edad, asegura que cumplirá con el régimen de incompatibilidades tras su paso por el ministerio de la Obra Pública. En él ha demostrado capacidad al verse embarcado en una actividad frenética.

Con su equipo, en gran parte heredado de la etapa de Ana Pastor, lanzó los planes directores y urbanísticos de los aeropuertos de Barajas y El Prat; capeó con los conflictos laborales de la seguridad privada en El Prat y de la estiba portuaria; dispuso todo un programa para renovar las Cercanías de Renfe y la oferta del AVE; logró el desbloqueo de decenas de obras del trazado de alta velocidad ferroviaria, y tenía avanzada la relicitación de las autopistas quebradas, así como el lanzamiento de un plan de inversión en carreteras (PIC) capaz de movilizar 5.000 millones de inversión privada. La legislatura se le quedó muy corta.

Puerta abierta al regreso

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«Punto y aparte a casi dos décadas de servicio público. Hoy es un día para dar las gracias a todos los que habéis estado ahí. Ha sido un gran honor. Gracias de todo corazón», ha escrito en su cuenta personal de Twitter. Sale de escena uno de los grandes derrotados en la lucha de poder en el PP y Casado ya ha expresado que espera que el tránsito a la actividad privada sea temporal. El presidente del PP ha afirmado que el partido necesitará talento cuando vuelva al Gobierno.

El propio De la Serna ha dejado la puerta abierta: «Como dice Mariano Rajoy, me aparato, pero no me voy. Soy del partido y lo seguiré siendo», ha declarado. Y ha añadido que en la tarea de recuperar el Gobierno de Cantabria «estaré para lo que me necesiten».

Este vasco de nacimiento y santanderino de adopción tiene probada experiencia en la gestión pública y pasó, recién licenciado ingeniero por la Universidad de Cantabria, por el sector privado. Su especialidad es Hidráulica, Oceanografía y Medio Ambiente.

En la política tomó notoriedad, más allá de Santander, como presidente del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE) y vicepresidente primero de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Es un ganador de elecciones y ha utilizado su perfil amable, de buen comunicador y sus dotes de negociación cuando ha sido necesario negociar. Antes de tomar la cartera de ministro, en noviembre de 2016, ocupaba la alcaldía santanderina con el respaldo de Ciudadanos.

Fuente: Cinco Días