El consejo de administración de Dia, que se reunió este miércoles para valorar la opa presentada por el fondo Letterone del magnate ruso Mijail Fridman, considera que los planes del fondo para la empresa, en especial la ampliación de capital de 500 millones, son demasiado inciertos porque los plazos no están claros y porque no cuentan, por el momento, con el respaldo de la banca acreedora, al contrario del plan que diseñó la cúpula actual de la empresa y que le sirvió para lograr un acuerdo de refinanciación con los bancos el 31 de diciembre. Además, señala que ha logrado incluso ampliar ese acuerdo hasta 2023. En todo caso, considera que el plan estratégico esbozado por Letterone esta «alineado» con el suyo y se ofrece a colaborar con el fondo para «explorar la posibilidad de adaptar los términos de la oferta para resolver estos aspectos».

En un hecho relevante emitido poco después de las diez de la noche, el consejo de Dia, dirigido por Borja de la Cierva, valora la opa y el plan de reflote de la cadena de mercados presentado el martes por Letterone. En primer lugar, dice que en la reunión mantenida este miércoles, «constata la alineación del plan de transformación basado en seis pilares del Oferente para la Sociedad con el plan estratégico de DIA» presentado a finales del año pasado por el consejo. En cualquier caso, anuncia que emitirá su opinión sobre la oferta cuando esta sea autorizada por la CNMV y subraya que el hecho de que se haya presentado la opa es indicativo del «atractivo del negocio de la sociedad».

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Sin embargo, acto seguido señala las incertidumbres del plan presentado por Fridman. Sostiene que la ampliación que propone el fondo del magnate ruso «no ofrece certeza sobre su ejecución efectiva ni sobre el momento de su implementación, ni tiene en cuenta las obligaciones de la Sociedad frente a sus acreedores ni sus vencimientos de deuda a corto plazo». Además, subraya que la opa está condicionada a alcanzar un acuerdo «satisfactorio» con la banca acreedora, que aún no tiene y que «introduce una incertidumbre adicional».

Subraya así de forma implícita que el plan del consejo sí que tiene ese apoyo y a continuación lo destaca aún más al informar de que este mismo miércoles ha llegado a un acuerdo con los bancos acreedores para ampliar el acuerdo de refinanciación del 31 de diciembre. Ese acuerdo, valorado en 896 millones, incluyendo una línea de liquidez inmediata por 215 millones, expiraba el 31 de mayo y está sujeto a una ampliación de capital por 600 millones que el consejo debe promover en la junta de accionistas del mes que viene. Hoy, añade que ese pacto sigue en pie y que los bancos están dispuestos a «prorrogar la fecha de vencimiento final de sus actuales líneas de financiación sindicadas que permanecerán con posterioridad al Aumento con Derechos, por un importe de 765 millones de euros, hasta marzo de 2023», siempre y cuando amortice anticipadamente 100 millones con la venta de las perfumerías Clarel y los supermercados mayoristas Max Descuento, que considera activos no estratégicos de la empresa.

En resumen, el consejo saca pecho del apoyo de la banca con el que cuenta, a diferencia del «incierto» plan de Letterone, que aún no ha recabado apoyos. En realidad, como destaca el consejo, al que Fridman echaría sin contemplaciones en caso de éxito de la opa, es decir, si consigue al menos la mitad del 70,9% de las acciones que aún no posee, los dos planes no son muy distintos. Uno planea una ampliación de capital por 600 millones y el de Letterone, por 500. Ambos plantean un plan de negocio que incluye cerrar tiendas, vender activos y redefinir la estrategia de precios. El del consejo cuenta con la ventaja de que ha sido compartido con la banca, que dio su plácet implícito al aceptar una renegociación de la deuda más urgente a final de año, plácet que ayer amplió.

Además, el de Fridman tiene el hándicap de los plazos. El consejo mantiene su hoja de ruta, que pasa por presentar resultados este viernes, celebrar junta de accionistas en marzo para lograr el apoyo a su plan y llevar a cabo la ampliación en abril. El de Fridman, por su parte, choca con los plazos porque tiene que adaptarse a lo que marque la CNMV, a la que aún tiene que solicitar formalmente la opa y que tiene que aceptarla o no. Los bancos, por su parte, esperan a que los accionistas se pronuncien, bien a favor de la opa o del plan del consejo. En todo caso, fuentes de una de las entidades acreedoras indicaron que es bien recibido que haya actores -el consejo o el fondo- dispuestos a meter dinero en la empresa y que esta tiene posibilidades.

Rebaja de Standard & Poor’s

A quien no convence ninguno de los dos planes es a la agencia de calificación Standard & Poor’s, que ayer emitió una nota en la que expresaba sus dudas sobre ambos planes y sobre el futuro inmediato de la cadena, por lo que rebajaba nota un escalón más. Colocó a Dia en CCC, lo que supone que considera que la empresa es “vulnerable a un incumplimiento de pago y depende de condiciones favorables del negocio, financieras o económicas para cumplir con sus compromisos financieros”. Para la agencia, tanto el plan del consejo como el del principal accionista “conllevan riesgos de ejecución significativos y resultados inciertos”.

A S&P le preocupa la liquidez de Dia a corto plazo, pese al acuerdo de refinanciación logrado al filo de la Nochevieja y alerta de «riesgos de refinanciación a corto plazo de Dia, con vencimientos de deuda de alrededor de 1.200 millones de euros en los próximos seis meses». Además de la deuda bancaria, de unos 900 millones, tiene bonos por 900 millones. Una emisión de 300 millones vence en julio. Por ello y pese a los planes de rescate en liza, S&P dice que no puede «descartar problemas de liquidez a corto plazo”.

Finalmente, tampoco ve claro que sea capaz de reflotar su negocio. «Seguimos creyendo que en los próximos meses, Dia se enfrenta a un buen número de incertidumbres», dice la agencia, y añade que, además de una nueva estructura de capital, tendrá que afrontar muchas presiones, incluyendo un «mercado muy competitivo en España» y «debilidades de moneda en Brasil y Argentina», «mientras su dirección gasta tiempo y recursos en su plan de recapitalización». Asegura que en los resultados de 2018 el resultado operativo (ebitda) se reducirá un 40%, hasta una horquilla de entre 270 y 300 millones, y que la deuda neta se incrementará entre 370 y 400 millones (desde los 1.422 que la cadena publicó en los resultados del tercer trimestre). Así, estima necesaria una “profunda transformación para ganar competitividad y restaurar los márgenes”, pero cree que esa transformación conlleva riesgos y le hará incurrir en gastos que añadirán aún más lastre a la rentabilidad del grupo.

Fuente: El País