“No todo lo que suena por ahí es economía social. Las empresas de economía colaborativa pierden la esencia cuando abusan de sus trabajadores y se convierten en puras sociedades mercantiles”. Así de claro lo tiene María del Pino Domínguez, profesora de Derecho de la ULPGC e investigadora de Economía Social y Cooperativismo. “La economía social lo es porque atiende al principio de otorgar poder a la persona en todos los sentidos. Incluso digo más, una buena economía social garantiza el empleo, pero un empleo de calidad, es un antídoto contra el empleo precario”.
De la mano de esta docente, la universidad se ha integrado recientemente en la Red Universitaria Euro-Latinoamericana en Economía Social y Cooperativa (RULESCOOP).

María del Pino Domínguez, profesora de Derecho de la ULPGC e investigadora de Economía Social y Cooperativismo María del Pino Domínguez, profesora de Derecho de la ULPGC e investigadora de Economía Social y Cooperativismo

La red la forman 24 universidades europeas y latinoamericanas comprometidas con este tipo de economía. Para la universidad canaria estar en RULESCOOP supondrá “difundir e intercambiar con otros investigadores de universidades europeas y latinoamericanas las consecuencias teórico-prácticas desarrolladas en esta materia”, además de convenios interuniversitarios que posibiliten la movilidad de estudiantes interesados en la economía social y su estudio.

Esta investigadora cree que Canarias tiene un gran potencial en una economía que se define como pensada “para atender las necesidades de interés general, bien sea de sus propios asociados, de determinados colectivos desfavorecidos o de la comunidad en general, poniendo por delante el bienestar de las personas a la rentabilidad del capital invertido”.  

Sería una solución para un archipiélago donde no solo hay una alta tasa de desempleo, sino que cuando se consigue revertir, el trabajo no siempre es de calidad.  

Trabajar en economía social crea más vínculos con el territorio y da una visión socio-cultural y ambiental más allá de la economía»

Pero para llegar hasta ahí las islas tienen varias asignaturas pendientes con la economía social,: “Primero explicar qué es. Porque para llegar al público hay que divulgar”. ¿Legislación? “No soy partidaria de crear normas cuando ya las tenemos. Está la ley de Economía Social, de 2011. Como ella hay pocas en Europa, España es muy puntera en esto. Antes que legislación, pondría la necesidad de la financiación, por eso la red RULESCOOP se convierte en algo tan importante, porque traeremos muchas ideas de Iberoamérica, que son muy novedosas”.

Y eso que Canarias, según Rodríguez, tiene una importante trayectoria en este tipo de organizaciones. Los datos de la Cátedra Caja Siete de Economía Social y Cooperativa hablan de 5.642 entidades entre cooperativas, sociedades laborales, pero también asociaciones, centros especiales de empleo o empresas de reinserción, entre otras.

Ventajas
¿Ventajas para las islas de expandir este tipo de economía? “Sin duda, trabajar en economía social supone crear mayores vínculos con el territorio, se consigue una visión socio-cultural y ambiental del territorio que supera lo estrictamente económico. Tiene un impacto positivo en el desarrollo socioeconómico local.” 

Domínguez señala que “el estilo de trabajo marca la diferencia, con una gestión democrática, participación activa y responsable, primacía de lo colectivo sobre lo individual, cooperación y vinculación al territorio”. Los ejemplos, para ella, abundan con “personas cercanas a su jubilación que ponen en marcha un proyecto de alojamiento en común con actividades sociales y servicios asistenciales; o un grupo de personas desempleadas que montan una cooperativa para asegurarse un puesto de trabajo estable. 

También encontramos instituciones sin ánimo de lucro que promueven iniciativas para atender necesidades de colectivos desfavorecidos: discapacitados, inmigrantes, parados de larga duración.
Otro ejemplo que propone, cuando una asociación de padres de personas discapacitadas ponen en marcha un centro especial de empleo, o una fundación de ayuda al refugiado pone en marcha una empresa para dar trabajo a estas personas”.

Auge cooperativo

Experiencias. Las primeras experiencias cooperativas, asociativas y mutualistas surgen desde finales del siglo XVIII y se desarrollan a lo largo del siglo XIX en distintos países de Europa. 

Estadísticas. Las estadísticas del Ministerio de Empleo señalan un descenso de un 1,9% de las cooperativas y sociedades laborales en el segundo trimestre de 2018 respecto al mismo periodo de 2017. 

Reglamento. El Reglamento europeo de 2003, que regula las cooperativas las define como agrupaciones que se rigen por principios diferentes de los de otros agentes económicos, caracterizados por la primacía de la persona.

Fuente: Cinco Días