Algo profundo está cambiando en RSC. Ante las elecciones de medio término en EE UU, en un gesto inédito, una gran coalición de empresas líderes, entre ellas Walmart, Patagonia, Lyft o Levi Strauss, crearon la campaña Tiempo de votar, y llamaron a sus empleados y clientes a hacerlo. Menos del 50% de los posibles votantes fueron a las urnas en 2014. Muchos dijeron que fue por conflictos de trabajo. Las 150 empresas aliadas en la campaña están dando facilidades a sus empleados: Patagonia cerrará todo ese día; Levi Strauss dará cinco horas libres a sus empleados; Walmart creó una website para ayudar a saber dónde votar; Lyft ofrece trasladar gratis a poblaciones pobres. La presidenta de Patagonia, Rose Macario, dice que “las empresas pueden jugar un rol vital en remover barreras para que la gente vote”.

La presión contra la discriminación de género crece. En las 500 empresas de Fortune hay solo un 5% de mujeres en la alta dirección, este año un 25% menos. A pesar de los múltiples estudios que revelan que las empresas serían más rentables, colaborativas e inclusivas con más mujeres. MacKinsey muestra que si hubiera verdadera igualdad de género, el PBN en EE UU aumentaría un 26%. Las mujeres son el 47% de la fuerza de trabajo en EE UU, tienen mayores grados universitarios y son solo el 17,7% de los miembros de consejos de administración.

Quebrando resistencias, Noruega impuso que el 40% de los cargos de los consejos deben ser ocupados por mujeres. La idea de cuotas avanza en los otros países nórdicos y en Francia, entre otros. El Senado de California ha aprobado que toda empresa en Bolsa debe tener al menos una mujer en su consejo de administración en 2019 y dos o tres en 2021. Empresas líderes han tomado una posición activa. BlackRock, el mayor inversor del mundo, anunció que quiere ver no menos de dos mujeres en los consejos de las empresas en las que invierte. El gigantesco fondo Calpers escribió a 504 empresas en 2017 exigiéndoles mejorar la diversidad, y vota contra los directores de las que no lo hacen.

La primera ministra que sacó a Islandia de una gravísima crisis, Johanna Sigurdardottir, reflexiona que tenía igual número de mujeres que de hombres en su Gabinete, en cambio no había ninguna mujer en los bancos privados islandeses que quebraron. Dice: “Denle a la mujer una oportunidad y cambiará el mundo para mejor”.

Fuente: Cinco Días