Apple exhibe músculo al cierre de su ejercicio fiscal de 2018. Ante unas cifras de competidores como Netflix, Amazon o Facebook que han defraudado por unos motivos o por otros al mercado, el fabricante del iPhone aun no da signos de agotamiento. Ganó 59.531 millones de dólares, un 23% más que en 2017 y un 24% que hace tres meses.

La cifra permite a Apple pulverizar su propio récord de beneficios anual en el cómputo histórico. Lo estableció en 2015, cuando sus ganancias se elevaron hasta los 53.390 millones. Asimismo, la enseña capitaneada por Tim Cook ingresó hasta septiembre 265.595 millones. Un 15,9% más que los 265.595 millones que se embolsó en 2017 y un 18% más que la cifra percibida en el segundo trimestre del año.

Las cifras, en general, han cumplido con las previsiones de los analistas. Según los cálculos de Bloomberg, el mercado auguraba un aumento del beneficio en este ejercicio del 22,3% hasta los 59.019 millones de dólares, al tiempo que las ventas alcanzasen los 280.701 millones, un 15,8% más. Algo que ha supuesto una buena acogida de los inversores, al menos en un primer momento. Las acciones de Apple caen un 5% en la poscontratación de Wall Street ante las menores previsiones para el próximo año.

Un colofón a un trimestre bursátil que ha permitido a Apple superar los 1.000 millones de dólares de capitalización. Incluso en octubre, un mes durante el que el fantasma de la burbuja ha castigado al sector en Bolsa, ha gozado de una relativa buena salud para los mercados. Apple ha caído un 3,1%, frente al 20% que se han dejado Netflix y Amazon. Alphabet (matriz de Google) ha cedido un 9,9% y Facebook, un 7,7%.

Los precios más altos del iPhone, así como el tirón de su división de servicios han permitido a las Apple revalidar sus propios récords. Son también los principales argumentos esgrimidos por los analistas para confiar en la firma de la manzana frente a otras tecnológicas, ligados a los mayores márgenes que ha vuelto a exhibir frente a Netflix o Facebook, pese a incrementar las ventas de iPhone solo un xx%.

Tal ha sido el éxito de esta calculada política de precios, que la compañía ha vuelto a subir los precios en sus últimos iPhone, salvo en el modelo Xr, el más barato, que parte de los 859 euros. Sin embargo, los precios de salida del Xs y del Max son de 1.159 euros y 1.259 euros, mientras el iPhone X partía de los 999 euros. En los resultados divulgados ayer tan solo se recogen las ventas de sus dos de sus tres nuevos modelos (XS y XS Max).

Por tanto, y más allá de unas cuentas descontadas por el mercado, la atención de los analistas se ha centrado en las previsiones de venta de su smartphones para el primer trimestre del próximo ejercicio. Reflejará el apetito de los consumidores por sus nuevos dispositivos en la temporada cumbre del año, la Navidad. «Esperamos que el iPhone XR sea el más popular en 2019, según los consumidores empiecen a verlo por la calle y reconozcan su valor», afirma Gene Munster, analista de Loup Ventures.

Consciente de las dificultades del mercado, Apple también parece querer apostarpor vender menos unidades a un mayor precio también en sus otras áreas de negocio. Este mismo martes el gigante tecnológico anunció su nuevo MacBook Air, al que ha subido un 20% el precio, y su nueva tableta iPad Pro, a la que ha aplicado una alza del 25% aproximadamente.

En cuanto a la división de servicios (que engloba iTunes, iCload, entre otras marcas) El banco de inversión Jefferies, que aconsejaba comprar títulos de la compañía, afirmaba que Apple puede construir un negocio de servicios «masivo, recurrente y con márgenes superiores a los del hardware». Y que los servicios representarán entre un 52% y un 83% del valor de Apple en Bolsa.

Fuente: Cinco Días