“El diésel tiene los días contados (…) su impacto en la calidad del aire es lo suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida”. Estas declaraciones, que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, realizó este miércoles, han hecho saltar la alarma en todo el sector del automóvil. Anfac, la asociación de fabricantes, pidió ayer “moderación” y alertó “de las graves consecuencias” que una subida de las tasas supondría para la industria de los coches diésel y las personas que trabajan en ella, unas 40.000. La asociación habló ayer de “veto tecnológico” al gasóleo por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Desde Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor) tachan las palabras del Gobierno contra el diésel de “dardos sin fundamento” y que lo que debería hacer el Ejecutivo es un plan que incentive el achatarramiento de los vehículos más antiguos (la media de edad del parque es de 12 años), como el viejo plan PIVE, una reforma fiscal que suprima el impuesto de matriculación y que se reoriente el impuesto de circulación para que se base en las emisiones, en lugar de en la cilindrada y la potencia.

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“Es temerario que la ministra Ribera haga estas declaraciones porque es evidente que no está teniendo en cuenta que con las tecnologías de hoy día el diésel expulsa menos gases de efecto invernadero”, aseguró Lorenzo Vidal de la Peña, presidente de Ganvam.

Faconauto, la asociación de concesionarios, tildó de precipitada una subida impositiva al diésel. Actualmente, según datos de AOP (Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos), el litro de gasolina 95 octanos tiene una tasa de 40,07 céntimos, mientras que la del gasóleo es de 30,7 céntimos. Faconauto pide que “antes de dar por muerto al diésel, el Gobierno lidere el proceso de descarbonización de la movilidad, que debería ser progresivo y ordenado”. Toda la industria remarca que no es comparable los antiguos coches diésel con los últimos motores Euro 6, “que son muy eficientes en cuanto a emisiones”.

El Ejecutivo planea recaudar unos 2.140 millones de euros con esta medida y elevar así el gasto social. “Estamos trabajando ya en la elaboración de unos nuevos Presupuestos Generales más sociales, igualitarios y descentralizados que irradien que otra política es posible”, aseguró el miércoles la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. “Hablamos de una fiscalidad para el siglo XXI, que asiente las bases de una sociedad moderna”, añadió. La subida de la fiscalidad del diésel ya venía recogida en los presupuestos alternativos presentados por el PSOE y también figuraba en una enmienda de los socialistas a los Presupuestos Generales del Estado para 2018 del anterior Gobierno.

Según Anfac, esta industria emplea al 9% de la población activa. “Esta incertidumbre solo puede provocar que perdamos oportunidades de nuevas adjudicaciones de modelos y que nuestra industria se debilite gravemente”, aseguró el presidente de Anfac, José Vicente de los Mozos.

Esta subida impositiva se suma a la incertidumbre causada por la entrada en vigor de la nueva homologación de emisiones WLTP, que los fabricantes esperan que provocará un aumento del impuesto de matriculación de los vehículos. En línea con estos desafíos, la industria ha invertido en los últimos cuatro años, más de 10.000 millones de euros. Anfac calcula que si el Gobierno no varía la fiscalidad del automóvil, la producción caerá en 2019 entre un 7% y un 10%, motivada por lnueva norma WLTP. A pesar de la gran inversión de la industria, los vehículos de energías alternativas siguen sin despegar.

El 42% de los coches producidos en España funcionan con diésel

La industria del automóvil en España ha producido más de 1.350.000 coches en lo que va de año. De ellos, aproximadamente el 42% funcionan con diésel, mientras que el resto son casi todos de gasolina (los eléctricos todavía representan una porción pequeña, de entre el 1% y 2%). Al año, según datos de Anfac, se fabrican más de 1,2 millones de vehículos diésel. El sector ha visto como en los últimos ejercicios, los clientes han abandonado de manera progresiva el diésel, que ha pasado de suponer el 68,9% de las nuevas matriculaciones en 2012, a solo el 35,5% en la actualidad.

No solo España abandona de manera progresiva el diésel. En 2017, la ventas de este tipo de vehículos en Europa cayeron un 8%, alcanzando la cuota más baja de la última década. Esta huida de los coches de gasóleo, no ha implicado en España un aumento significativo de la compra de vehículos más respetuosos con el medio ambiente. Hoy, solo el 6,6% de los coches que se compran son de energías alternativas. El alto precio de los vehículos eléctricos y la escasa red de puntos de recarga explican esta situación. Es muy diferente en otros países de Europa, como Noruega, donde la promoción de este tipo de coches ha generado que más de la mitad de las nuevas matriculaciones sean de automóviles eléctricos o híbridos. Desde Anfac piden que estos coches tengan un IVA reducido.

El que sí ha subido y de manera notable es el uso del coche de gasolina. El 58% de las nuevas matriculaciones son de vehículos que usan este tipo de carburante, mientras que en 2012 solo tenían una cuota de mercado del 29,6%. Desde Anfac y Faconauto achacan esta subida, a que las empresas de alquiler de vehículos han aumentado sus compras de vehículos a gasolina.

Los tres coches más vendidos en lo que va de año son el Seat León, con más de 21.000 unidades; el Seat Ibiza (19.519); y el Volkswagen Polo (17.183). Todos ellos se producen en las fábricas de Cataluña y Navarra.

El sector del automóvil representa el 8,6% del PIB nacional. España es el segundo productor de coches de Europa, solo por detrás de Alemania, y el octavo del mundo. En 2017 se fabricaron 2,87 millones de unidades en las 14 plantas que hay en el país.

El sector pide una mayor inversión en puntos de recarga, “donde España está en una posición muy rezagada respecto a los principales mercados europeos”, y la puesta en marcha del programa VEA de estímulos a la compra de automóviles híbridos, eléctricos y de gas.“Los fabricantes están preparados para adaptarse a las políticas medioambientales y sociales, pero se necesita una transición ordenada y una gestión adecuada de estos cambios”, aseguró Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de Anfac.

Desde la asociación tildan la situación de “persecución al diésel” y remarcan que desde que entrara en vigor la normativa de motores Euro para los gasóleos en 1992, los coches actuales emiten hasta 100 veces menos de óxido nitroso. Anfac asegura que los 14,5 millones de coches con más de 10 años que circulan por España emiten un 90% más de gases contaminantes que los nuevos.

Faconauto resaltó que la futura Ley de Cambio Climático que quiere impulsar el Gobierno “será una gran oportunidad” para que se pueda llegar a un consenso y alcanzar una movilidad más sostenible. “Estos cambios legislativos han de propiciar que España sea un referente mundial en el diseño, fabricación y comercialización de vehículos de bajas emisiones”.

Fuente: Cinco Días