Para sobrevivir es necesario adaptarse al entorno. Esa capacidad también se aplica a las empresas, especialmente a aquellas que se mueven en un terreno cambiante. Inmersas en la denominada cuarta revolución industrial, las compañías tecnológicas se han visto obligadas a reinventar su modelo de negocio ante la demanda de nuevos productos.

Víntegris es uno de esos ejemplos. Creada en 2004, en sus inicios se constituyó como una empresa integradora de servicios de seguridad a terceros, principalmente en viviendas familiares. Su fundador, Facundo Rojo, encontró un nicho de mercado en la certificación de documentos.

Un certificado digital tiene múltiples usos. A un particular le brinda la posibilidad de firmar cualquier documento de forma online. A una compañía le ofrece la alternativa, por ejemplo, de poder sellar pólizas de seguro en lote sin necesidad de tener que tramitar cada documento por separado. 

La catalana comenzó con el desarrollo de vinCERT, un sistema pionero en España que permite coger los certificados de un ordenador personal y alojarlos en un gran almacén, denominado HSM, que sirve de directorio. “Para el usuario no supone nada, sigue teniendo el documento, y cuando quiere hacer una operación, la realiza de forma normal; y para la empresa supone tener un control que no tenía antes”, explica Rojo.

«Nuestro almacén de certificados supone darles un control a las empresas que antes no tenían», explica Facundo Rojo, fundador de Víntegris

Víntegris también se constituye como una consultora tecnológica, y es esa perspectiva la que le permite conocer las necesidades de las empresas en materia de seguridad de datos. Esa oportunidad es la que cambió la hoja de ruta de la compañía para diversificarse y convertirse en proveedor directo de sistemas de seguridad online. En otras palabras, comercializar su propio producto. Una máxima continúa presente.

De los 5,1 millones de euros que facturó en 2017, Víntegris reservó una partida del 10,3% para el desarrollo de nuevos productos. Algo necesario en un sector, el tecnológico, en constante cambio. En este sentido, la compañía invirtió algo más de 250.000 de euros en su centro de I+D+i en L’Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, un 2% más que en el anterior ejercicio, para continuar desarrollando nuevas soluciones que refuerzen la seguridad online de sus clientes.

Desde la entrada en vigor en julio de 2014 de la nueva normativa europea de reconocimiento de identidad electrónica (eIDAS, por sus siglas en inglés), Víntegris es una de las pocas firmas españolas que presume de emitir la certificación oficial.

Víntegris Las oficinas de Víntegris en la sede de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

Producto estrella

A raíz de la aprobación de la eIDAS, la compañía catalana desarrolló su producto estrella, nebulaSuite. La nueva ley regula los usos de los certificados y permite su uso en movilidad, y en Víntegris llegaron a la conclusión de que lo más eficiente era poder firmar los documentos en cualquier lugar.

La suite Nebula actúa como una nube. A las organizaciones les proporciona la infraestructura completa para la emisión, gestión y firma de los certificados, que se alojan en una plataforma protegida con un servicio de autenticación. Basta con introducir el token –una contraseña que genera Víntegris para evitar el acceso de terceros– y el usuario podrá acceder a los documentos.

La cifra

5,1 millones de euros es el monto de facturación que registró la empresa en 2017. De ese monto total, la compañía catalana destinó el 10,3%, un 2% más respecto al balance anterior (unos 500.000 euros), al desarrollo de nuevas soluciones. Además, la empresa certificadora guarda una partida de 250.000 euros para invertir en mejoras de su centro de I+D+i en L’Hospitalet de Llobregat, en Barcelona.

Nebula funciona tanto en ordenadores como en dispositivos móviles y dispone de tres módulos: SIGN, para la firma digital, CERT, para administrar los certificados y ACCESS, que gestiona el acceso a los sistemas de organización de 12 formas distintas, desde un código QR hasta vía SMS.

Pero no todos los empleados tienen acceso a todos los certificados. Para el cliente es una forma de tener sus documentos en el mismo espacio online y con la garantía de seguridad de Víntegris.

Con casi una centena de fieles clientes, aproximadamente la mitad pertenece al sector bancario. Entre las entidades financieras que recurren a los servicios de Víntegris se encuentran BBVA, Bankinter, Laboral Kutxa, Sabadell o Bankia.

Planes de expansión

Víntegris apuesta principalmente por el mercado asiático para su internacionalización. Para ello, en 2016 llegaron a un acuerdo por valor de 200 millones de euros con Feitian Technologies para almacenar la huella digital –todos los permisos que se puede requerir al cliente– en los llaveros que fabrica la compañía china y comercializar conjuntamente puertos USB con toda la información del usuario.

“El Gobierno chino controla los algoritmos y, por tanto, las claves, por lo que podría hackearlos. Aunque la legislación europea no sirve allí, podemos vender nuestro producto con el suyo fuera de China”, apunta Rojo.

Con la aparición del internet de las cosas, una tecnología por la cual se conectan dispositivos tradicionalmente analógicos a una nube, los gestores de la compañía se plantean una nueva forma de concebir el negocio. “Hay que adaptarse. Ahora si te dejas el coche abierto, lo puedes cerrar con el móvil; estamos planeando innovaciones como introducir un nuevo token de un solo uso que puede ser muy útil en robótica”, adelanta Rojo.

El fundador de Víntegris no descarta adentrarse en el consumo doméstico, pero reconoce que faltan contactos y proveedores para dar el paso. Aún así, y tras 14 años reinventándose, la compañía catalana puede presumir de saber adaptarse al entorno en el que convive. Y esa capacidad de supervivencia les convierte en el guardia del ecosistema digital.

Las últimas novedades

Víntegris Dos clientes consultando el catálogo de productos de Víntegris.

Acuerdo comercial con Protokol Group. En julio de 2017, la empresa llegó a un acuerdo con el grupo Protokol, con sede en EE UU y 80 trabajadores, para su incursión en países como República Dominicana, Colombia o Venezuela.

Planes de expansión. Dubái, Vietnam, Suiza o México son algunos de los países en los que la compañía ha aterrizado recientemente o planea hacerlo.
Verificación de los documentos. Desde hace seis años, Víntegris se constituye como una entidad capaz de auditar todos los certificados digitales que procesa.

Récord en licencias. El servicio de autenticación nebulaACCESS, que garantiza la seguridad en el acceso a los certificados, supera más de 100.000 licencias, solo en España.

Satisfacción de los clientes. El 98% de sus compradores –más de la mitad son algunas de las principales entidades bancarias españolas– continúa confiando en los servicios de la firma catalana desde el primer producto contratado.

Una empresa sin inversión externa, fundada a pulmón

Facundo Rojo Facundo Rojo, fundador de Víntegris.

Daniel Domínguez

El modelo de negocio de Víntegris, basado en la certificación digital, surgió tras una conversación de Facundo Rojo con uno de sus clientes del sector bancario. “Le quería vender un producto y me dijo: ‘Oye, déjame en paz, mi problema es que tengo muchos certificados y no se nada sobre eso, búscame algo y hablamos’ y eso hice”, cuenta Rojo.

El fundador de la compañía catalana desarrolló entonces un sistema de control de acceso basado en el que tenían algunos hoteles. “Quería una cosa sencilla, así que hicimos un producto que pudiera tener el móvil o que usase una tarjeta de coordenadas”, precisa el ingeniero catalán.

A partir de una necesidad, Rojo ideó la compañía en 2003 y, para su constitución, utilizó la hipoteca de su casa como aval. Entonces eran solo cinco trabajadores. Actualmente, Víntegris cuenta con 70 empleados y tres delegaciones en Madrid, Barcelona y Bilbao.

Rojo, que había amasado experiencia como director del centro de proceso de datos para el comité organizador de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, presume de no haber necesitado inversión externa para impulsar la compañía. “He trabajado para terceros, pero hemos evolucionado hasta crear productos propios, con una inversión a pulmón”, sentencia el fundador.

Fuente: Cinco Días