«Me he quedado sin trabajo”. Las palabras de Patricia de Juan (Málaga, 1988) eran más que una confesión. Una tarde de otoño de 2015, levantó el teléfono y decidió ir a por todas. Llamó a Rocío Lumbreras (Pontevedra, 1988), una ex compañera de la universidad, a la que propuso desempolvar un viejo proyecto de fin de carrera que habían hecho juntas.“Era el momento perfecto para emprender”, dice De Juan. “No teníamos nada que perder”, arguye Lumbreras, que por aquella época colaboraba en una agencia de relaciones públicas y que tiempo después la abandonó para enfocarse en Drestip, el primer buscador de moda online en el país que se ha convertido en un escaparate de ropa de diseño exclusivamente español.

“Así empezó todo”, dice De Juan en su pequeña oficina en la madrileña calle de Velázquez. Las emprendedoras sabían que lanzarse en el mundo de la moda online implicaba un reto mayúsculo. Pero desde un principio tuvieron en cuenta que competir por el mismo nicho de mercado que los gigantes del comercio electrónico en España no era la opción. Fue entonces que vieron en las pequeñas y medianas empresas de diseño de ropa una oportunidad. “Nos dimos cuenta de que el usuario de Internet solo tiene referencia de las tiendas web de las grandes marcas”, arguye Lumbreras.

Ver el vaso medio lleno las animó. “Vimos que el e-commerce crecía día con día y que cada vez más florecían nuevas pequeñas y medianas empresas de diseño que trataban de vender sus productos online”, arguye Lumbreras. El objetivo es darle visibilidad a las marcas nacionales y a su vez ofrecerle al usuario prendas de diseño único, arguye De Juan. “Nuestra política está basada en una cadena de favores, ya que somos el emprendedor que apoya al emprendedor”, destaca. El esfuerzo ha dado sus primeros frutos. En julio 2016, cuando lanzaron el buscador al mercado, la firma contaba con 25 empresas que distribuían sus productos. Ahora son casi 300. Al final de este año quieren terminar con 470 y más de 50.000 visitas mensuales.

El impulso de las redes sociales

El gran impulso que ha tenido Drestip está fundamentado en las redes sociales. Según las emprendedoras, el 90% del tráfico que reciben llega a través de Instagram. Es por ello que la empresa ha integrado a dos infuencers en su equipo (compuesto por seis personas). En España, un 85% de los internautas entre 16-65 años utilizan alguna red social, lo que representa más de 25,5 millones de usuarios, según un análisis publicado por el IAB Spain, la asociación que representa al sector de la publicidad y la comunicación digital en España. Tal es al fuerza que tienen que el 26% de los compradores online, sobre todo aquél con un perfil más joven, llega hasta la web del comercio digital a través de estas herramientas, y el 20% las utiliza como fuente de información antes de la compra, de acuerdo con un estudio del Observatorio eCommerce. “Hay un furor por las redes sociales que ha dado luz verde a la expansión del comercio electrónico en España y en todo el mundo”, subraya Lumbreras.

A pesar de este incipiente éxito que viven las fundadoras de Drestrip, los jugadores novatos tienen un panorama complicado en un negocio donde Amazon, Ebay, el Corte Inglés, así como las marcas multinacionales (Inditex y H&M) copan las ventas online. “La competencia es importante y a las nuevas empresas se les complica conseguir tráfico, y comprarlo es caro”, asegura Jordi Ordóñez, consultor en comercio electrónico. El experto considera, sin embargo, que existe un hueco en el mercado para los emprendedores, pues el público español se anima cada vez más a comprar moda a través de la web.

En España más de 17 millones de personas entre 16 y 74 años (el 49,9% de la población) han realizado alguna operación de comercio electrónico en los últimos 12 meses, de acuerdo con la encuesta sobre equipamiento y uso de las tecnologías de la información y comunicación en los hogares, publicada por el INE en octubre de 2017. La moda se ha convertido en el bien intangible con más demanda. De los que han comprado algo en la web, un 53,5% ha adquirido material deportivo y ropa, que es la segunda categoría de productos más comercializada en el país después de los servicios de alojamiento de vacaciones (con un 54,1%), según el INE.

De acuerdo con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en 2017 la facturación del comercio electrónico en España superó los 30.000 millones de euros, de los cuales más de 1.818 millones (un 6% del total) correspondió a prendas de vestir, que ocupó el tercer sitio en la lista de los sectores con mayores ingresos en las ventas online, solo por detrás del transporte aéreo (con un 10%), y los operadores turísticos y agencias de viaje (con un 14%) que refrendaron su liderazgo en los primeros puestos de la tabla. A pesar de estas cifras, el cliente español prefiere las tiendas del extranjero. El año pasado, el 54,2% de la facturación en prendas fue a parar a una tienda foránea, según la CNMC.

“La competencia no nos asusta, si existe es porque el sector funciona”, dice Lumbreras. Hacia el futuro, la empresa —que cuenta con más de 30.000 referencias de prendas y complementos para hombre y mujer— espera consolidarse como el escaparate de las pequeñas y medianas marcas españolas. Para lograrlo han iniciado una ronda de financiación. Las últimas cuentas presentadas por la empresa, las del ejercicio de 2016, dan un resultado de explotación negativo de 5.238 euros. Las emprendedoras informan que en 2017 facturaron 71.000 euros y compensaron esas pérdidas, y que prevén cerrar el año con unos 95.000 euros en ventas.

Fuente: El País