Las propuestas de la Autoridad Fiscal (Airef) para asegurar la sostenibilidad de las pensiones han gustado en el Ministerio de Trabajo, las ven «moderadas y razonables», apuntan fuentes del departamento. A los gestores actuales de la Seguridad Social les gusta como suena la música de retrasar la edad real media de jubilación hasta los 64,5 años en 2027 y, desde entonces, un año adicional en 2048. También comparte la demanda de trasladar el déficit del sistema de pensiones a la Administración central pagando con impuestos y no con cotizaciones buena parte del desfase entre ingresos y gastos que hay, según la contestación de la Seguridad Social a la Airef tras la publicación de su análisis y propuestas sobre pensiones.

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Esta última parte es la que entiende la Seguridad Social como la más urgente y la que va a empezar a negociar con los agentes sociales ya, según apuntan sus responsables. Sobre ella, la Airef pedía que se pagaran con impuestos las bonificaciones, los incentivos al empleo y los gastos de personal y mantenimiento del instituto previsor. También que se empleara parte de las cotizaciones al desempleo para pagar pensiones, a la vista de que hay excedente y que con estas se pagan subsidios no contributivos. La suma total de estas medidas ascendía a unos 17.400 millones.

Para el largo alcance la Autoridad Fiscal, pedía retrasar la edad real de jubilación a los 65,5 años en dos tramos. La Seguridad Social hace suya esta iniciativa con varios matices. Cuando la Airef habla de que la edad real media de jubilación en España es de 62,7 años, apunta ese dato incluye a los funcionarios que cotizan en el régimen de clases pasivas y que «la inmensa mayoría se jubila a los 60 años». Esa edad real superaría los 63 años si se tiene en cuenta solo a quien se retiran cotizando a la Seguridad Social. Y añaden que ese régimen especial del que gozan muchos funcionarios ya está en proceso de extinción (los nuevos funcionarios ya cotizan a la Seguridad Social y no entran nuevos en clases pasivas).

También destacan en Trabajo que la opinión de la Airef sobre la reforma de 2011 es «positiva» y que ya supondrá por sí misma un retraso de esa edad real. Esa norma es la que está elevando anualmente la edad legal de jubilación de 65 a 67 años, edad que se alcanzará en 2027. También está aumentando el número de años con que se calcula la pensión futura de 15 a 25 años, máximo al que se llegará en 2022 (en 2019 son 22 años). La edad real de jubilación no coincide con la legal porque hay diversas vías y excepciones que permiten en muchos casos la jubilación anticipada antes de llegar a esa edad legal. «Más de la mitad», señalan en el departamento que dirige Octavio Granado, cuando incluyen a los funcionarios.

¿Y qué piensa proponer Trabajo? El Gobierno no piensa en tocar la edad legal de jubilación otra vez. Este parámetro quedará pues como está previsto en la reforma de 2011. Es decir, 67 años para quien no haya cotizado 38,5 años y 65 años para quien supere esta cifra. Lo que tienen en la cabeza los responsables del instituto previsor pasa por una combinación de palo y zanahoria. Estimular el retiro más tarde con incentivos y, por otro lado, aumentar la cotización de quien quiera retirarse. «Hay que retrasar la salida del mercado de trabajo combinando las actuaciones voluntarias y las obligatorias», resumían fuentes de la Seguridad Social este mismo viernes. 

En esa línea de medidas obligatorias, Trabajo piensa que hay que estudiar las jubilaciones anticipadas. Los responsables de Ministerio hablan de buscar «flexibilidad», pero siempre que se llegue a ellas por acuerdo con los agentes sociales o los representantes de los trabajadores del sector. Para abordar los retiros temprales, el punto de partida de la Seguridad Social, cuyos gestores no son muy partidarios de la jubilación anticipada, es la sostenibilidad financiera de la de medida. No obstante, en un comunicado, el Gobierno ha dejado claro que una cuestión así debe ir acompañada de una reflexión «profunda» sobre la tasa de reemplazo, sobre los incentivos a la continuidad en el mercado de trabajo y sobre la introducción de marcos flexibles entre actividad y jubilación.

Desde Trabajo, se resalta que la evolución actual del mercado de trabajo hace que los trabajadores tiendan a jubilarse más tarde, ya que los puestos de trabajo son cada vez «menos penosos» y se automatizan más los procesos. Así, cada vez tienen más peso las actividades que se pueden hacer sin problemas a partir de una edad avanzada.

Fuente: El País