El exministro socialista Carlos Solchaga cree que los pensionistas «no tienen razón» al protestar en las calles para reclamar que el IPC vuelva a ser el indicador de referencia para la anual de las pensiones. «Ninguno de ellos ha pagado ni la mitad de lo que perciben», ha continuado, para continuar diciendo que «dejar el sistema de actualización de las pensiones como está, es más prudente que volver al IPC».

Solchaga, que ha apuntado que es pensionista, ha recalcado que las pensiones en España son más altas que la media europea. El antiguo responsable de Economía y Hacienda en gobiernos de Felipe González ha defendido que habría que modificar las pensiones «seriamente» con un planteamiento a medio y largo plazo. Aunque ha considerado que «con la tendencia peligrosa que ya exhibe», «habría que ir tomando medidas ya».

Para el expolítico, los ciudadanos quieren «mayoritariamente» unos servicios sociales y sanitarios «de primera», pero «la inmensa mayoría no quiere pagar por ellos», por lo que solo queda la vía de los impuestos y las cotizaciones. Ha destacado que el sistema tiene que ser sostenible y ha reivindicado que la sociedad española «tiene que enfrentar seriamente los problemas que tiene».

En cuanto a la reforma de la Constitución que Pedro Sánchez puso este lunes, ha opinado que la propuesta de suprimir los aforamientos «seguramente saldrá adelante y no lo lamentaré, pero no es la cosa más importante si uno quiere reformar la Constitución», ni será algo que «cambie significativamente el ambiente político, la situación de equilibrio entre las fuerzas ni la calidad de las instituciones». Para él, «en lo fundamental» la Carta Magna «no requiere reformas» aunque sí ha defendido la necesidad de reformar el Senado, que «honestamente es un estorbo, una forma de malgastar el dinero».

Ha insinuado que es una ocurrencia con la que el presidente, Pedro Sánchez, busca «relumbrón» después de «una situación en la que el Gobierno parecía haber perdido la iniciativa política como consecuencia de una serie de contradicciones flagrantes entre lo que hacía, decía, desdecía y dejaba de hacer».

Sobre la polémica en torno a la tesis de Sánchez, ha opinado que ha sido «un ataque infundado» porque «no existe plagio», aunque supone que el valor de la tesis «no sea muy elevado» porque «le pasa a la mayor parte de las tesis, cum laude y sin laude, en este país», ha apostillado. A la vez, ha afirmado que la universidad «tiene cargos más importantes de los que defenderse que del hecho de que cuatro sinvergüenzas expidan títulos sin merecimiento».

«No se puede negociar fuera de la Constitución»

Sobre el conflicto catalán, ha recalcado que «ningún Gobierno puede negociar fuera de la Constitución», pero ha destacado la necesidad de buscar alguna solución democrática y se ha mostrado partidario de establecer «algún tipo de negociación» y «algún tipo de consulta». No obstante, ha recalcado que para ello «se requiere tiempo y apaciguamiento de los ánimos», porque «hay que conseguir superar el cabreo que produce» la actitud de los independentistas, que ha situado «próxima al totalistarismo».

«Negarse a ver que hay algún problema es un error por nuestra parte; esto no se resuelve diciendo que las cosas están bien como están, aún cuando quienes defienden el independentismo lo hacen del modo más odioso, con una actitud imposible», ha dicho el socialista navarro, quien ha matizado que cuando alrededor del 50% de la población no está a gusto con el sistema político, «habría de tener algún tipo de derecho a que se reconsidere la situación».

El exministro de Felipe González ha definido al gabinete de Pedro Sánchez como un Gobierno «extremadamente frágil» y «no particularmente brillante en la ejecución de sus responsabilidades», respaldado por 84 diputados de 350 y que para conseguir la mayoría absoluta -176 escaños- tiene que pactar con ocho grupos políticos, algunos de los cuales, ha dicho, «están al borde de la irresponsabilidad política».

Pese a esta coyuntura, ha opinado que el Gobierno de Sánchez puede «durar mucho más de lo que la razón nos dice» y «sobrevivir durante un periodo prolongado», porque ni el PP, ni Ciudadanos ni Podemos quieren elecciones anticipadas.

De cara a esas elecciones, ha señalado que el bipartidismo no volverá, porque «ni el PSOE, a pesar de la recuperación de aliento, ni el PP, que sigue en una crisis de desconfianza, están con la fuerza para desplazar a Podemos el primero y a Ciudadanos (Cs) el segundo». En su opinión, de las próximas elecciones saldrá un Parlamento «bastante fragmentado» pero en el que «será más fácil organizar un Gobierno de centro-izquierda» entre el PSOE y Cs. «Entre los dos suman el 50% y podrían llegar a una situación en la que podrían gobernar, si Rivera y Sánchez dejan de tirarse los trastos claro».

Volviendo a la actual legislatura, Solchaga ha destacado que el Gobierno de Pedro Sánchez, precisamente por la falta de apoyos parlamentarios, tiene «las manos atadas» en materia de impuestos y política tributaria y «es bastante impensable que pueda hacer reformas estructurales».

Sobre la reforma laboral, el exministro de Economía e Industria ha defendido la necesidad de tomar medidas para «deshacer el nudo gordiano de la falta de crecimiento de los salarios», y se ha mostrado partidario de subir el salario mínimo interprofesional en pos de este objetivo.

Fuente: El País