La digitalización en el mundo del automóvil es un proceso imparable y una fiebre a la que no escapa ninguna marca. Desde procesos de fabricación hasta el coche conectado y autónomo, pasando por un sinfín de servicios para una mejor y más sostenible movilidad, el sector está al acecho de cualquier idea que pueda absorber para adelantarse a sus rivales en cualquiera de esos campos. Todos tienen en la mira lo que se cuece en lugares como Silicon Valley, Shanghái o Tel Aviv, auténticas mecas de empresas emergentes innovadoras. Y es precisamente en esa última ciudad, la capital empresarial israelí, donde Skoda ha redoblado sus esfuerzos para obtener de las start-ups locales la savia que necesita para tener su propio desarrollo digital dentro del grupo Volkswagen, al que pertenece el fabricante checo.

Pero Skoda tiene una ventaja frente a sus competidores en Israel: su nacionalidad. La República Checa, donde se originó la marca allá por 1895 a partir de dos fabricantes de bicicletas llamados Václav Klement y Václav Laurin de la ciudad de Mladá Boleslav, es una aliada muy especial para Israel. El país centroeuropeo (Checoslovaquia hasta su partición en 1993) estuvo entre los primeros en reconocer el Estado de Israel en mayo de 1948 y fue quien suministró las armas y el entrenamiento militar con los que las milicias sionistas lograron la victoria en la primera guerra árabe-israelí. Y aunque durante la Guerra Fría la Checoslovaquia tras el telón de acero mantuvo malas relaciones con Israel, tras la caída de la Unión Soviética y la Revolución de Terciopelo el Gobierno de Praga se apresuró a recuperar y reforzar la imagen positiva que los israelíes tienen de los checos. Hasta tal punto que el presidente del Estado centroeuropeo, Milos Zeman, fue el primer jefe de Estado de la UE en abogar abiertamente por el traslado de la embajada de su país a Jerusalén.

“Las buenas relaciones con Israel han sido clave para el desarrollo del Skoda DigiLab en Tel Aviv”, explica Jarmila Plachá, la responsable del innovador proyecto de la marca. Ella, junto a dos colaboradores, es la que rastrea el panorama innovador israelí para buscar los socios que Skoda necesita tanto para la electromovilidad como para la conectividad de los futuros automóviles. Y ya encontró varios. Uno de los más relevantes es Chakratec, una start-up que ha desarrollado un sistema de almacenamiento de energía cinética que absorbe las cargas máximas de la red y permite operar estaciones de carga ultrarrápidas, incluso en zonas remotas. También permite un número virtualmente ilimitado de ciclos de carga y descarga de alta potencia y, gracias a que usa una dinamo mecánica de inercia en vez de baterías químicas, es más ecológica.

Protección del ocupante

Otro ejemplo es Guardian Optical Technologies, que desarrolla sensores que funcionan con tecnología de microondas para detectar hasta las más pequeñas vibraciones y movimientos dentro del coche y procesar estos datos en tiempo real. Esto mejora los sistemas que identifican si el asiento para niños no ha sido adecuadamente asegurado o si el cinturón de seguridad no está correctamente abrochado. También vale mencionar a Neteera, cuyo chip situado en el respaldo del asiento del conductor monitoriza parámetros como la respiración o la presión sanguínea, permitiendo detectar la fatiga del conductor y activar una alerta a tiempo. En la misma línea, ContinUse Biometrics trabaja en un sensor óptico que realiza el seguimiento de una variedad de métricas fisiológicas para percibir cambios en las condiciones de competencia, salud y comodidad del conductor.

“Hemos usado de forma consistente las ideas de las start-ups para implementar nuestra estrategia de movilidad y digitalización. Al mismo tiempo, nuestros laboratorios ofrecen a las start-ups el entorno ideal para desarrollar ideas y proyectos. Apoyamos su puesta en práctica con nuestra experiencia”, explicó el director de digital de Skoda, Andre Wehner, en el marco de la Smart Mobility Summit 2019, celebrada en Tel Aviv a finales de octubre y a la que el fabricante checo invitó a un grupo de medios europeos.

Skoda, pese a ser parte del grupo VW, cree útil que cada marca desarrolle su propia estrategia de digitalización, ya que en diferentes mercados puede haber distintas necesidades para los emblemas del grupo automovilístico. Skoda, por ejemplo, es mucho más popular en Israel que cualquiera de las otras marcas hermanas: VW, Audi o Seat. Por eso han invertido en la app Citymove, que marca la ruta más rápida y cómoda hacia el destino seleccionado. Esa misma aplicación en breve integrará el software de la start-up Anagog, que entre otras cosas puede usarse para predecir cuándo se liberarán las plazas de aparcamiento.

Pero lo más interesante que Skoda tiene entre manos es la colaboración con los expertos en seguridad informática israelíes de XM Cyber que ya está siendo usada en los procesos informáticos internos de Skoda. La ciberseguridad es un eslabón clave tanto de los coches conectados como del autónomo. Impedir que un ­hacker pueda interferir con el coche es vital para el éxito de las fases más avanzadas de los vehícu­los donde la acción del conductor sea cada vez menor. El hecho de que muchas empresas israelíes tengan su germen en el Ejército hace que muchas de las soluciones que ofrecen hayan sido desarrolladas y probadas para la propia defensa del país contra los ciberataques, algo que en Israel se toman muy en serio teniendo en cuenta su situación e historia.

En el país hay reputadas start-ups dedicadas a la ciberseguridad de automóviles y aviones. Argus Cyber Security, propiedad del proveedor alemán de componentes Continental, es la encargada de evaluar los riesgos de ciberseguridad del Boeing 787 Dreamliner de la aerolínea de bandera El Al. GuardKnox, que trabaja para la Fuerza Aérea, ha patentado un sistema que bloquea los ataques que alteren la funcionalidad del coche. También Upstream Security, Karamba Security o Regulus Cyber son referentes del sector.

Nostalgia del Este

Skoda es la marca de coches europea más vendida en Israel y, desde hace años, la cuarta del mundo más fuerte en el mercado hebreo. La simpatía que genera la firma no solo tiene que ver con las históricas buenas relaciones que Israel tiene con la República Checa, sino también porque la marca centroeuropea probablemente ha estado presente en la vida de muchos de los inmigrantes judíos de la ex Unión Soviética y los países tras el telón de acero que llegaron al territorio israelí a partir de los noventa. Fue entonces cuando Skoda comenzó a exportar sus primeros modelos, que incluían los Favorit y Forman, a Israel. Hasta la fecha, el fabricante ha entregado más de 231.700 vehículos en la región. Entre enero y finales de septiembre de 2019 se vendieron 16.700 automóviles a clientes en Israel. Solo en septiembre se entregaron 1.100 vehículos, con aumento del 34,5% respecto al mismo periodo del año anterior. El negocio de la flota es la piedra angular de Skoda en Israel. A través de su influyente importador local, Champion Motors, Skoda se adjudicó en 2018 los contratos para suministrar vehículos a varios ministerios, así como al ejército, la policía y otras autoridades.

Fuente: El País