Los pasajeros que viajen con Ryanair a partir de este jueves, día 1 de noviembre, tendrán que rascarse el bolsillo si quieren llevar equipaje, aunque sea una pequeña maleta de mano. La aerolínea irlandesa estrena su nueva política que obliga a todos los viajeros a pagar por los bultos de mano, que hasta ahora eran gratuitos. Solo permitirá portar gratis un bolso, un maletín o una mochila pequeña pero las maletas de cabina de medidas clásicas (55x40x20) tendrán que pagar 6 u 8 euros, según la clase contratada. La medida supondrá una nueva fuente de ingresos para la compañía, pese a que esta señale que su principal motivación es acelerar el embarque y el desembarque para evitar retrasos.

En esta nueva política hay dos casos. Los pasajeros que hayan contratado el Embarque Prioritario, que cuesta 6 euros, podrán subir la maleta de mano al avión junto con el bolso o el maletín. Los que no hayan contratado esta clase tendrán que pagar 8 euros por la maleta de mano y además facturarla en los mostradores de Ryanair, antes de pasar el control de seguridad del aeropuerto, y viajará en la bodega, con lo que tendrán que recogerla en las cintas de equipaje a la llegada.

Hasta ahora a este tipo de pasajeros se les bajaba la maleta pequeña de hasta diez kilos a la bodega directamente desde la puerta de embarque para que la recogiera a su llegada en el aeropuerto de forma gratuita. Tras el cambio, deberán pagar y facturarla.

El pago se tiene que hacer cuando se reserva en la web.. Pero si agregan más tarde el derecho a llevar maleta de mano —pueden hacerlo hasta 40 minutos antes de la hora de salida programada del vuelo—, el coste ascenderá a 10 euros. Las maletas deberán facturarse antes de pasar los controles de seguridad. Si el usuario no ha facturado esa maleta y llega a la puerta de embarque, deberá abonar 25 euros y su maleta será bajada a la bodega.

Ryanair es muy estricto con los tamaños de los bultos pequeños que se pueden subir como bolsos. No permite que las medidas superen los 40x20x25 centímetros, el equivalente a un bolso, una mochila o un maletín de ordenador.

Nueva política de equipajes de Ryanair.Nueva política de equipajes de Ryanair.

La paradoja de esta nueva política es que los llamados viajeros Priority pagan dos euros menos que el resto y encima tienen la ventaja de que pueden subir su maleta y su bolso al avión, frente al resto que paga 8 euros y tiene que recoger el equipaje en las cintas. El truco es que la categoría Priority está limitada a 95 clientes por vuelo. Así que la mitad de los pasajeros no tendrán opción de contratarlo y acabarán teniendo que pagar 8 euros en lugar de 6.

El cambio que obliga a pagar por la maleta de mano entra en vigor el 1 de noviembre, pero se aplicará también a todos los vuelos reservados desde el próximo 1 de septiembre.

Reducir los retrasos

La compañía dice que no le mueve un fin económico pero  sus ingresos por recargos en equipaje se han disparado un 27%

La empresa señala que no pretende ganar más dinero con el cambio. Su principal justificación es «reducir los retrasos en los vuelos y abaratar el coste del equipaje facturado», porque hasta ahora debía etiquetar a pie de avión hasta 120 maletas que causan retrasos en los plazos de entrega de 25 minutos.

Una afirmación que choca con los datos financieros. Con el anterior cambio de política en enero, sus ingresos complementarios (ventas a bordo, recargo por equipaje y embarque prioritario) se han disparado un 27% en el primer semestre fiscal hasta los 1.300 millones de euros.

Desde enero, la aerolínea irlandesa impide subir con dos bultos de mano a la cabina del avión a menos que el cliente reserve el Embarque Prioritario por seis euros adicionales a través de su aplicación oficial.

Pese a esos datos, Ryanair insiste que la nueva modificación no afectará al 60% de los pasajeros pues un 30% adquiere Priority y otro 30% viaja sin maleta. Ryanair espera que el 40% de los viajeros que se verán afectados contratarán el servicio prioritario o dejarán de llevar esta maleta de hasta 10 kilos.

Lo cierto es que la medida coincide con la nueva política laboral de la empresa que ha tenido que mejorar las condiciones laborales de sus pilotos y tripulantes de cabina tras la oleada de huelgas, lo que ha disparado sus costes laborales.

Fuente: El País