El fuerte tirón del área de construcción de Sacyr, frente al tibio comportamiento en ese negocio que están mostrando competidores como Ferrovial y FCC, ha disparado los resultados de la firma que preside Manuel Manrique al cierre del tercer trimestre.

Sacyr declara 373,8 millones de ebitda total, con una mejora del 37,6% respecto al mismo periodo de 2017. En el caso de Sacyr Ingeniería e Infraestructuras, que aporta 95,1 millones, el alza es del 281%. Sin embargo, el motor principal del resultado bruto de explotación del grupo sigue siendo el área de concesiones, con 195 millones y una mejora del 12%.

La compañía presenta un beneficio neto de 109 millones, un 13% por encima del declarado hace un año, después de que las cuatro áreas de negocio consiguieron incrementos de ebitda.

Los ingresos alcanzan los 2.702 millones de euros (un 58% en el exterior), un 20% más, y el margen bruto crece y pasa del 12,1% de septiembre de 2017 al actual 13,8%.

La cartera también arroja un considerable crecimiento del 40%, hasta los 41.633 millones de euros, y la deuda neta se sitúa en 3.817 millones de euros, una vez contabilizada la desinversión total en Itínere, aún en proceso de materialización.

La vuelta a la normalidad en las cuentas de Sacyr ha permitido el reinicio de una política regular de dividendos, con un objetivo de rentabilidad anual del 4,2%. En lo que va de año se ha retribuido a los accionistas con dos scrip dividend, en enero y en julio.

Fuente: Cinco Días