El Ministerio de Fomento ya ha fijado los servicios mínimos de la huelga convocada por los tripulantes de cabina de Ryanair en España para el viernes 28 de septiembre. La aerolínea deberá operar todos los vuelos nacionales con orígenes o destinos insulares. Además, en los vuelos peninsulares deberán realizarse el 35% de los trayectos en los que la alternativa de transporte terrestre suponga un recorrido de menos de cinco horas y un 59% de aquellos en los que el desplazamiento por tierra suponga un tiempo superior. Para los vuelos internacionales se ha establecido también la obligatoriedad de respetar el 59% de las operaciones.

La decisión de Fomento es idéntica a la adoptada en las dos jornadas de huelga del pasado mes de julio. Los sindicatos con representación en la plantilla de tripulantes de cabina, USO y Sitcpla, habían pedido que no se repitieran esos servicios mínimos. Tras la reunión con la aerolínea que acabó este lunes sin acuerdo, y que dejaba la decisión en manos del Ministerio, los sindicatos criticaron esos servicios por «abusivos» y pidieron una reunión. Ese encuentro ya se ha producido y ha servido «para comentar los diferentes aspectos que intervienen en la fijación de servicios mínimos», según señala Fomento en una nota de prensa.

Además, el Ministerio ha precisado que Ryanair «deberá adoptar las medidas necesarias» para garantizar los servicios esenciales «manteniendo para ello el personal estrictamente necesario para cada periodo afectado por la convocatoria, salvaguardando en todo momento la seguridad». También ha recordado que «la compañía aérea deberá adoptar todas las medidas necesarias para garantizar de forma estricta y rigurosa los derechos de los pasajeros afectados».  

Aproximadamente 1.800 empleados de Ryanair en España están convocados a la huelga del próximo viernes. El paro se realizará paralelamente a los anunciados por los tripulantes de cabina en otros cuatro países: Portugal, italia, Holanda y Bélgica. En los dos últimos, la convocatoria se extiende además a los pilotos de la aerolínea.

Fuente: El País