Ryanair se pone serio en el conflicto que mantiene con sus pilotos y tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) y amenaza con reducir flota y proceder a despidos de cara a su campaña de invierno si prosiguen las huelgas. La aerolínea irlandesa afirma que, pese a sus concesiones laborales, espera más huelgas este verano como la que va a tener lugar los próximos 25 y 26 de julio en España, Bélgica y Portugal.

«Si estas huelgas innecesarias continúan dañando la confianza de los clientes, los precios y la rentabilidad en determinados mercados nacionales, tendremos que revisar nuestro programa de invierno, lo que puede llevar a reducciones de flota en determinadas bases y pérdidas de empleos en mercados donde los empleados de la competencia interfieren en nuestras negociaciones con nuestra gente y sus sindicatos. No podemos permitir que los vuelos de nuestros clientes sean innecesariamente interrumpidos por una pequeña minoría», señala Ryanair en su nota de resultados trimestrales.

La aerolínea indica aunque sigue participando activamente en las negociaciones con los sindicatos de pilotos y tripulantes de cabina en toda Europa, espera más huelgas durante el período pico de verano, «ya que no estamos dispuestos a ceder a demandas irrazonables que comprometerán nuestras bajas tarifas o nuestro modelo de negocio altamente eficiente».

La compañía recuerda que ya han firmado acuerdos de reconocimiento de sindicatos de pilotos y de TCP en sus principales mercados (Reino Unido, Italia y Alemania), pero precisa que el acuerdo ha sido más lento en mercados más pequeños «donde los pilotos de la competencia impiden tanto el progreso como el proceso de la negociación».

Los tripulantes de cabina de Ryanair en España están llamados a la huelga los próximos días 25 y 26 en defensa de sus derechos laborales. La compañía ha cancelado 400 vuelos con destino o llegada a España, lo que afectará a 75.000 clientes, aunque asegura que ya ha reubicado al 85% de los afectados.

Reducción de beneficios

Ryanair redujo un 20% el beneficio neto en el primer trimestre de su ejercicio fiscal (de abril a junio de 2018), hasta los 319 millones de euros, según los resultados presentados este lunes por la compañía.

Los ingresos alcanzaron los 2.079 millones de euros en el periodo, un 9% respecto al mismo periodo del año anterior. Su tarifa media se redujo un 4%, hasta los 38,68 euros, con un aumento del 7% de pasajeros transportados, hasta los 37,6 millones.

Michael O’Leary, consejero delegado de la aerolínea, aseguró en el comunicado que la caída del beneficio se debe a las tarifas más bajas, la ausencia de la mitad de la Semana Santa en el trimestre, los precios del petróleo y costes asociados a los pilotos. La compañía registró 2.500 cancelaciones de vuelos de marzo a junio, que achaca tanto a la falta de controladores en distintos aeropuertos como a la carencia de personal en Reino Unido, Alemania y Grecia y a las huelgas en Francia.

Además, subrayó el alza del tráfico pese a las más de 2.500 cancelaciones de vuelos causadas por la escasez de personal de tripulantes de cabina y el conflicto laboral con este colectivo.

Fuente: El País